Titulada “Al maestro con
cariño”, la muestra es coordinada por Nanzi Vallejo y presentará obras
de 24 artistas que fueron alumnos de López Claro. La inauguración se
concretará este jueves a las 19.30, en la Casa Museo ubicada en Piedras
7352. La actividad es organiza el Gobierno de la Ciudad, en el marco de
los actos para recordar los 100 años del natalicio del artista.
En la continuidad de la programación proyectada para conmemorar el
centenario del nacimiento de César López Claro, el jueves a las 19.30 el
intendente José Corral dejará inaugurada una nueva muestra homenaje en
la Casa Museo ubicada en Piedras 7352. Se trata de “Al maestro con
cariño”, una exposición coordinada por Nanzi Vallejo que se compondrá
con obras de 24 artistas de la ciudad que fueron discípulos de López
Claro. Ellos son Claudia Alfonzo, Nydia Andino, Fernanda Aquere, Alberto
Arias Acastello, Luis Dona, Virginia Farah, Gabriela Garrote, Hugo
Lazzarini, Gabriela Leiva Cullen, José Martí, Abel Monasterolo, María
Rosa Moscoso, Susana Ocampo, Gustavo Ortega, Martha Pardo, Cecilia
Paván, Gabriela Pertovt, José Luis Roces, Ramiro Rossi, Paula Sobrero,
Pyli Urfer, Juan Vera, Gabriel Villot y Eugenio Wade.
Al maestro, con cariño
“César López Claro perteneció a un gran grupo de artistas que
fueron pilares fundamentales de aquella escuela de Artes Visuales de la
provincia creada en la década de los cuarenta por gestión del Prof. Juan
Mantovani entonces Ministro de Instrucción Pública. Circunstancias
especiales lo mantuvieron alejado de la ciudad de Santa Fe donde
quedaron no pocos afectos y su vivienda familiar”, sostiene Nanzi
Vallejo en el texto que especialmente redactó para esta exposición. En
el documento, continúa señalando: “Restablecida la democracia en los
años 80 nuevos vientos renovadores inspiraron a quienes conducían los
destinos de la educación y la cultura. La Escuela de Artes Visuales
donde el artista había transitado no sin contratiempos, derivados de su
apasionado sentimiento por el arte y sus firmes ideales políticos,
también se renueva. Sus directivos apoyados por un grupo de jóvenes
docentes convoca a sus antiguos profesores, los consulta y los invita a
sumar su experiencia teórica y de taller, llamado que es respondido por
varios ex docentes que adhieren a las nuevas propuestas artísticas y
educativas.
No fue excepción César López Claro, quien desde el barrio de San
Telmo respondió entusiasta al llamado. Agradecido y generoso regaló
primero el gran mural en homenaje a las artes, luego las diez telas de
la bóveda de la gran Sala de Audiencias de los antiguos tribunales luego
salón de actos de la Escuela, proyecto de gran envergadura al que se
sumaron profesores y alumnos.
El apoyo y afecto recibido lo animaron a trasladarse nuevamente a
Santa Fe, decisión trascendente que significó no pocos esfuerzos. Con el
apoyo incondicional de su esposa María, su permanente e incansable
compañera del arte y de sus proyectos de vida que hoy transita sus días
de madurez con la serenidad y placidez de quien se ha brindado a través
del lenguaje de la danza y ha sido sostén implacable de los ideales del
maestro.
El Taller de Dibujo de la Figura Humana que se inició en la
Escuela de Artes Visuales lo continúa junto al grupo fundante en su
entonces casa-taller. El proyecto se consolida en el tiempo y se
transforma en un polo de enseñanza-aprendizaje singular. López Claro
privilegiaba el dominio del ‘oficio’, objetivo un tanto olvidado aún en
las Escuelas de Arte por la atracción que ejercen otros recursos más
rápidos y fáciles que ofrece la tecnología actual.
Cobijó a sus alumnos en un clima propicio para la creación. Su
mirada que siempre estuvo siempre puesta en América y especialmente en
la problemática de sus hombres la plasmó en murales de gran aliento
como los que enmarcan los cuatro grandes planos de la Sala América y que
constituyeron el firmamento bajo el cual se arroparon cálidamente sus
alumnos.
En el Taller de César López Claro se consolidaba un clima de
trabajo, una madura conducción y una personalidad atrayente. El dominio
de la figura humana lo atestiguan sus innumerables escorzos, punto de
vista preferido que resolvía con admirable rapidez mientras en un clima
de absoluta concentración trabajaban sus alumnos ante el modelo vivo.
Ésa fue la tónica de su taller donde con lucidez y responsabilidad, al
final de la jornada analizaba con el grupo cada propuesta individual
para que su estilo y resolución pictórica no influenciara la imagen de
cada uno de ellos. Muchos jóvenes y adultos pasaron por su casa, cada
uno de ellos concretó su proyecto individual y juntos, varias propuestas
colectivas que se plasmaron en una sucesión abrumadora que hablan de su
espíritu inquieto y capacidad inagotable de trabajo.
Todo ese quehacer lo alternó entre la escuela y su casa particular
que paso a paso fue adquiriendo otra fisonomía hasta convertirse en el
Museo César López Claro.
El crítico Jorge Taverna Irigoyen dijo en una oportunidad que López
Claro ‘se caracterizó por el más saludable de los inconformismos; la
búsqueda’, y esa característica se la imprimió a sus alumnos. Hoy los
que lo acompañaron nos aseveran que han recogido ese legado, formados en
un riguroso oficio hoy transitan diferentes caminos en la consolidación
de su expresión personal.
En la actualidad, sus alumnos abrazan géneros y estéticas
diferentes. Hay quienes son creadores analíticos, racionales,
expresionistas, geométricos o documentalistas. Lo vuelcan en la tela o
en el papel bidimensional, construyen objetos, ensayan caricaturas o se
rinden a las técnicas digitales; amasan el barro o teorizan sobre los
innumerables presupuestos del arte y la expresión. Pero ésta feliz y
oportuna convocatoria nos ha dado la pauta firme y a la vez gozosa de
cuánto y cómo el paso por el Taller de López Claro les ha dejado una
señal inequívoca en su transitar personal y artístico”.
Centenario
A lo largo de 2012 se conmemora el centenario del nacimiento de
César López Claro. Por este motivo, el Gobierno de la Ciudad y la
Asociación Amigos del Museo llevarán a cabo una programación mediante la
cual se rendirá especial homenaje al artista. Para la programación de
estas actividades se trabajó en la interacción entre el Museo, las
escuelas y el barrio, al tiempo que se involucrarán a ex alumnos de
López Claro y nuevas figuras del universo artístico santafesino que dan
cuenta de la impronta y el legado del gran artista nacido en Azul.
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