Con la organización conjunta de
la Municipalidad de Santo Tomé y el Instituto Belgraniano del Litoral,
este lunes por la mañana se realizó el acto en conmemoración del
bicentenario de la creación de la Bandera Nacional Argentina. La
ceremonia fue encabezada por el intendente de la ciudad, Fabián Palo
Oliver, y tuvo lugar en la Plaza “Manuel Belgrano”.
El único orador del encuentro fue el presidente del
Instituto Belgraniano, Dr. Diego Reynoso Mántaras, quien sostuvo que “a
200 años de aquella gesta y aquel acto fundacional de la patria es bueno
preguntarnos qué significa para nosotros, los argentinos de la
posmodernidad, la bandera nacional. Preguntarnos si tiene algún
significado ese juramento de lealtad que hemos hecho a la bandera,
incluso hasta perder la vida”.
“Y si no somos perjuros, ese juramento tiene un sentido y una razón
que orienta nuestra existencia y pertenencia a una comunidad, hacia un
futuro solidario y un sentido común”, aseveró.
El acto incluyó el descubrimiento de una plaqueta recordatoria y
contó con la participación de la presidenta del Honorable Concejo
Municipal, Daniela Qüesta; los secretarios municipales de Gobierno y
Acción Social, CPN Adriana Baldo, y de Obras y Servicios Públicos, Arq.
Ricardo Méndez; los concejales Martín Giménez, María Alejandra Chena y
Carlos Tepp; el coordinador de la Región 3 Nodo Santa Fe, Carlos Suárez;
el jefe del Batallón de Ingenieros 1, Tte. Cnel. Marcelo Calderón; el
sub jefe del Batallón de Ingenieros Anfibios Cnel. Altamura;
representantes de Ex Combatientes y de Veteranos de la guerra de
Malvinas; miembros de la Unión Nacional de Oficiales de Reserva
(Agrupación Regional Santa Fe); integrantes del Instituto Belgraniano,
la Asociación Italiana de Santo Tomé y las escuelas Juan de Garay,
Berrutti y Bustamante.
Renovar el compromiso
En el inicio de su alocución, Reynoso Mántaras se refirió al acto
de creación de la bandera el 27 de febrero de 1812: “Eran tiempos de
crisis, de violencia, tiempos donde la vida y la muerte eran cosa de
todos los días y donde la decisión de enarbolar un símbolo máximo de
independencia y de libertad, como eran los nombres de aquellas baterías,
tenía un significado especialísimo de valor y de decisión. Una decisión
clara que le daba Manuel Belgrano a la posteridad. Una decisión
premonitoria y previa en varios años a la declaración de nuestra
Independencia. Tendría que llegar 1816 para que la bandera nacional
fuese oficializada”, subrayó.
“Sin embargo, la bandera argentina ya venía haciéndose carne y
siendo apropiada por el gobierno y por el pueblo de las Provincias
Unidas del Río de la Plata”, afirmó Mántaras. “Ya en 1813 flamea por
primera vez en combate en la batalla de Salta. En 1817 el gran
acuarelista inglés Essex Vidal la pinta desde un barco en la fortaleza
de Buenos Aires, celeste y blanca. En 1818 se adopta el sol de la
bandera nacional, ese sol expectante de la patria naciente”, recordó.
Más adelante en su discurso, el titular del Instituto Belgraniano
recalcó: “Nos encontramos en épocas de posmodernidad, donde se pregona
el fin de la historia, la satisfacción inmediata de la vida mundana y
material. Si eso es simplemente lo que significa la bandera no tendría
sentido nuestra presencia aquí. Allí está nuestra familia, nuestra
patria, nuestra historia, el bien común que es superior al bien
particular y es por eso por lo que hemos jurado dar la vida. Y ese
juramento, a 200 años de la creación de la bandera, es el que debemos
renovar con fervor y reflexionar.”
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