Hace exactamente un mes, la
Municipalidad ponía a la venta la promocionada tarjeta sin contacto para
el transporte urbano de pasajeros. Los resultados, a 30 días del
arranque, superaron las expectativas de los funcionarios: 55 mil
unidades inteligentes vendidas entre los 200 mil usuarios que a diario
utilizan el servicio de colectivos.
Hace exactamente un mes, la Municipalidad
ponía a la venta la promocionada tarjeta sin contacto para el transporte
urbano de pasajeros. Los resultados, a 30 días del arranque, superaron
las expectativas de los funcionarios: 55 mil unidades inteligentes
vendidas entre los 200 mil usuarios que a diario utilizan el servicio de
colectivos. Con este panorama, el Ente del Transporte de Rosario (ETR)
ya le encargó al Banco Municipal otro lote de 350 mil plásticos
recargables, a comercializar el año próximo y ya definió elevar a 400
los puestos de venta.
La implementación por etapas del nuevo sistema prepago superó con creces los cálculos de los propios funcionarios municipales.
El 26 de noviembre se había lanzado un lote de 20 mil
unidades, que fue reforzado rápidamente hasta contabilizar 55 mil
tarjetas (vendidas hasta ayer).
"Con la primer tanda agotada, tenemos 100 mil
tarjetas más, pero ya encargamos otras 350 mil unidades al Banco
Municipal", confirmó la titular del ETR, Mónica Alvarado. Un lote de
plásticos que llegará en 2012.
Los resultados. A la hora de medir el impacto de la nueva tecnología a bordo de los ómnibus rosarinos, Alvarado hizo sus estimaciones.
"Tenemos contabilizados 450 mil viajes diarios, con un promedio por pasajero de 2,10 traslados por día" indicó.
La funcionaria agregó: "Esto supone un uso de parte
de 200 mil usuarios todos los días, de modo que la incidencia de las
tarjetas inteligentes asciende ya a un 30 por ciento del total".
En cuanto a la red de recarga de viajes, el municipio
avanzará esta semana con la definición de los 350 nuevos puestos, que
se agregarán a los 50 sitios que ya operativos.
La tarjeta sin contacto había debutado en julio con
una prueba piloto entre mil usuarios (en su mayoría integrantes de
instituciones barriales), que se encargaron de testear y monitorear el
novedoso sistema de pago.
Según se definió en su momento, por un periodo no
menor a 6 meses ambos sistemas (tarjeta magnética y plástico recargable)
convivirán en las 700 unidades de transporte .
Con un costo de 8 pesos, una durabilidad de 10 años y
una recarga mínima de 4,60 pesos, cada tarjeta posee un chip interno
que, al acercarla a las nuevas máquinas canceladoras, identifica y
descuenta el valor del boleto en el saldo previamente cargado. Además,
el plástico permite su personalización.
Según los primeros sondeos realizados en el ETR, el
importe promedio de recarga de estos 55 mil usuarios que dieron el salto
tecnológico asciende a los 15 pesos.
Entre las múltiples ventajas, como la realización de
trasbordos entre unidades del sistema y su aplicación para otros
servicios (todos proyectos a futuro), la tarjeta inteligente no altera
su uso con el agua.
Por el contrario, a las tarjetas magnéticas hay que
cuidar las como verdaderas joyas para que no se quiebre la banda, entre
otras prevenciones.
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