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sábado, 12 de marzo de 2016

ROSARIO El avión gigante Antonov transformó la fisonomía del aeropuerto y toda su zona

Llegó desde Lima y el lunes irá a Río de Janeiro. Trajo un repuesto de 66 toneladas para una central termoeléctrica. La segunda aeronave más grande del mundo estará hasta el lunes. El Antonov pesa 175 toneladas y sus casi 70 metros de longitud.
La Capital | 
El avión gigante Antonov transformó la fisonomía del aeropuerto y toda su zona

 El avión ruso-ucraniano Antonov AN-124 reposó, a las 8.40 de ayer, sus más de 175 toneladas y sus casi 70 metros de longitud en el Aeropuerto Internacional Rosario (AIR). El motivo del viaje: traer un repuesto para una central termoeléctrica de Timbúes que pesa 66 toneladas y tiene 12 metros de largo.
   Transitar hoy y mañana por la avenida Jorge Newbery, en el tramo del Aeropuerto Internacional Islas Malvinas, será particular. La vista que siempre se puede contemplar de la terminal aérea se ve adornada por el timón de dirección y la leyenda “Antonov” que figura en la máquina. La segunda aeronave más grande del mundo (sólo detrás de su “hermano”, el Antonov AN-225) se quedará, en principio, hasta el lunes a la mañana.
   Quien realizó una descripción del imponente avión fue Víctor Touriño, de la empresa Jet Handling, encargado de gestionar los permisos y la logística cuando la empresa llega a la Argentina: “Es un avión de carga, y es el segundo más grande del mundo. El primero es el Antonov AN-225, que tiene una carga de 200 toneladas, y luego está el Antonov AN-124 (el ejemplar que aterrizó en la ciudad) que puede transportar una carga máxima de 120 toneladas. Son muy versátiles porque sirven para operar en cualquier aeropuerto y no se precisan equipos porque el avión se autodescarga”.
   Puede sonar complicado, pero el AN-124 está preparado para cualquier eventualidad, por más que su carga sea “pequeña” (en relación al gran porte de la aeronave en sí) o que llegue a los límites de peso. “Si son bultos menores a 20 toneladas, el avión tiene una grúa interna que los levanta y los deposita en un camión o tractor que esté esperando. En este caso, que supera esa carga (alrededor de 70 toneladas), tiene un sistema de rieles que la deposita fuera del avión; luego, con una grúa, se puede hacer la descarga sin problemas.
   Acerca de la cantidad de tiempo durante el que puede estar en funcionamiento, el Antonov AN-124 tiene una autonomía de 14 horas, considerada “importante” por Touriño. “El tema es que, con una carga, debe abastecerse menos. Se le pueden poner hasta 200 toneladas de combustible y se va compensando la carga que lleva con el combustible”, agregó.
“Es un avión que tiene 74 metros de ala, 4 metros de altura interna y 10 metros de ancho”, completó Touriño; a eso hay que sumarles sus 69 metros de longitud y sus 20 metros de alto. El avión, que llegó a las 8.40 al aeropuerto de Fisherton, comenzó su travesía en la ciudad estadounidense de Charleston y realizó dos escalas: una en Curaçao y otra en Lima (Perú). Luego arribó a la ciudad.
   Su próximo destino será Río de Janeiro. Así lo afirmó el representante del Ruslan: “Hay una carga allí para realizar. Falta confirmar una parte comercial, pero todo indica que iríamos el lunes por la mañana”.
Gigante soviético. “Dos compañías importantes, Volga Dnepr y Antonov, fabricaban partes del mismo avión. En su momento estaban divididas, porque una estaba en Rusia y la otra en Ucrania. Ahora, se juntaron y conformaron una base operativa en Londres; trabajan juntas y crearon Ruslan. Aunque mi especialidad son los vuelos privados, soy representante de Ruslan International”, explicó luego de atender un llamado telefónico en el que respondió en inglés.
   Estas naves se dejaron de producir tras las desaparición de la Unión Soviética, y las últimas estructuras básicas a medio hacer se terminaron de desarrollar entre 2001 y 2004. Touriño contó: “Los rusos tenían aviones tirados en Rusia a medio hacer por falta de fondos. Entonces, los aviones que quedaban, pertenecientes a la Volgan y a la Antonov, empezaron a ser alquilados por dos empresas inglesas: Air Foyle y Heavylift Cargo Airlines”. Con los grandes aviones soviéticos, los ingleses hacían un negocio rentable en su momento para las empresas que lo fabricaban.
   “En Rusia se dieron cuenta de que en Inglaterra estaban haciendo el negocio con sus aviones, y que ellos también podían llevarlo. Por eso, pusieron oficinas comerciales en Londres para comerciar, tanto la Volgan como Antonov. Luego, se fusionaron y absorbieron a las compañías inglesas y, hoy en día, está Ruslan”, agregó para detallar la actualidad de quien fue el encargado de traer al gigante soviético.
El repuesto. El jefe de mantenimiento de la central termoeléctrica José de San Martín de Timbúes, Ariel Stechina, aportó datos del repuesto que trajo el gran avión: “El motivo del viaje fue para traer el rotor de uno de los generadores sincrónicos, porque la pieza original sufrió un desperfecto y debe ser reemplazada. Dispusimos este transporte por cuestiones de tiempo y para volver a poner la unidad en servicio nuevamente. El rotor pesa 66 toneladas y tiene una longitud de 12 metros. Es de una potencia nominal de 280 megavatios”, concluyó.

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