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domingo, 10 de enero de 2016

Con los ríos altos, sacar el agua de lluvia de la ciudad será más lento

Las compuertas de todos los desagües están cerradas para evitar que el agua de la Setúbal y del río ingrese a la ciudad. Esto ralentiza el escurrimiento y provoca anegamientos temporales en zonas que no suelen tener estos inconvenientes. Un escenario que puede repetirse en los próximos meses y que el municipio busca minimizar con una compra abreviada de bombas.

Una isla. Desde lo alto impacta la gran masa de agua que rodea las áreas urbanas de Santa Fe y alrededores.Foto: Gentileza Gustavo Álvarez

Lía Masjoan
lmasjoan@ellitoral.com
Twitter: @lmasjoan

Santa Fe es un plato, una gran palangana rodeada de agua. Dos grandes ríos, el Paraná y el Salado, recuestan sus orillas al este y al oeste, con sus lagunas y riachos.

En el medio, la ciudad creció, expandió su silueta hasta traspasar las zonas seguras, se aprovechó de porciones de tierra seca... secas hasta que el río crece y lo amenaza todo.

Su topografía llana, con muy escasa pendiente, complica el escurrimiento del agua que cae en cada lluvia. Es por eso que Santa Fe necesita contar con un sistema de desagües óptimo para conducir esos excedentes hacia el río. Y en ese aspecto, hay todavía muchas obras por hacer.

Kilómetros de terraplén convirtieron en seguras zonas que son del río por naturaleza y encajonaron la ciudad entre paredones de tierra y arena refulada, dificultando que el agua de lluvia escurra naturalmente.

Ahora todo es más complicado. Más de 150 bombas, entre fijas y móviles, distribuidas en más de 50 puntos de bombeo de la geografía santafesina, se utilizan actualmente para evacuar los excedentes pluviales, engrosando costos para su mantenimiento -que debe ser permanente- y su operatividad ante emergencias.

El peor escenario hídrico que podría tocarle a Santa Fe es el que se anuncia para los próximos meses: los dos ríos altos y lluvias intensas.

“Cuando el río está bajo no hay problema porque el sistema de drenaje y de evacuación de excedentes tiene posibilidades de descargar por gravedad, es decir, que el agua puede escurrir por canales cerrados o abiertos a pelo libre, que es cuando el movimiento del agua se produce en función de la diferencia de niveles”, explicó Felipe Franco, el secretario de Recursos Hídricos de la Municipalidad de Santa Fe.

Lo que mostró la primera lluvia

La altura que alcanzó el río, superando los 6 metros, obligó a cerrar todas las compuertas, con lo cual si llueve el agua no saldrá por gravedad sino por bombeo, tanto hacia el oeste como hacia el este. Con este panorama, el intendente abrió el paraguas y pidió “paciencia” a los vecinos. “El agua sale más lentamente por bombeo que por gravedad. Ojalá no tengamos lluvias intensas pero es muy probable que esto suceda, con lo cual vamos a tener que ser muy cuidadosos con la basura y estar muy atentos a las recomendaciones que dé el municipio”, dijo el intendente José Corral esta semana en una conferencia de prensa, unas horas antes de que caiga la primera lluvia fuerte del año, el lunes pasado, que puso a prueba todo el sistema bajo este nuevo escenario.

Y se detectaron problemas: varios barrios se anegaron, incluso algunos que no suelen tener inconvenientes, como Siete Jefes, Candioti y Guadalupe Norte. “La Costanera se convirtió en un reservorio, allí prácticamente no hay volúmenes de almacenamiento temporal y se necesita una capacidad muy grande de bombeo para poder absorber el pico de la lluvia porque no hay capacidad de almacenarlo y sacarlo”, afirmó el secretario.

Repotenciarán el bombeo en el este

Bajo la premisa de que el sistema de bombeo “configurado originalmente, hoy no es el más eficiente -reconoció Franco-, estamos planteando nuevas modificaciones y repotenciaciones del sistema donde estas situaciones de río alto y lluvias intensas aparentemente vienen a quedarse un tiempo”.

En medio de la emergencia hídrica que pidió Corral y avaló el Concejo, la Municipalidad prepara una compra abreviada de equipamiento para repotenciar el bombeo en el cordón este “y esperar más tranquilos las lluvias que se anuncian para febrero-marzo”.

De todos modos, la necesidad de incrementar el bombeo está restringida a la capacidad de instalar bombas dentro de las cámaras existentes. Las más importantes están ubicadas en el puerto. “El mayor problema lo tuvimos en Las Heras donde el sistema que existe es de bombas de eje horizontal con sección inducida y cuando se ceban, salen de servicio. Eso ocasionó la inundación de barrio Candioti. Vamos a cambiarlo por un sistema moderno de bombeo automatizado y ya se hizo una cámara nueva”, explicó el funcionario.

Algo similar ocurrió en la Costanera. El sistema instalado allí “funcionó pero, al ser manual, se cortó al quedarse sin agua” y hasta que no se detectó el inconveniente y llegaron los operarios a reactivarlo se anegó toda la zona cercana a El Faro, contó Franco. “Estamos trabajando en el sistema de control del bombeo para automatizarlo y que tenga mejor respuesta ante este tipo de eventos”.

En Guadalupe Norte, en calle Riobamba y las aledañas también hubo anegamientos importantes. “Allí hay una combinación de factores -expresó Franco-. Por un lado, el desagüe Matheu está concebido para descargar con río bajo. Además, ese sistema está conectado con el del reservorio del conducto French y, aparentemente, puede haberse producido un reflujo de ese reservorio que anegó Matheu y Defensa. Eso es que tenemos que evitar en próximos eventos y la limitante que tenemos es el espacio físico que tiene la cámara para alojar bombas”. Por eso, en estos días los técnicos están elaborando un proyecto para construir una cámara más amplia que pueda alojar mayor equipo de bombeo”.

—¿Estará lista para las próximas lluvias? -se le preguntó.

—Vamos a llegar si el río baja y nos permite trabajar. Si no va a ser imposible. Con lo cual estamos viendo otras alternativas, como repotenciar French -respondió el secretario.

Respecto al nivel del río, la expectativa es que se va a mantener en los niveles actuales: “Puede bajar un poquito pero después va a retomar niveles del orden de los 6,40 / 6,50 metros”, pronosticó Franco.

El valor de los retardadores pluviales

Los retardadores pluviales cobran un valor fundamental ante escenarios como los que se anticipan para Santa Fe en los próximos meses, con los dos ríos altos y precipitaciones intensas. Estos dispositivos permiten retener el agua mientras llueve y evitan que todo el caudal que cae vaya directamente al sistema de desagües, minimizando su saturación. Desde el año 2013, la ciudad de Santa Fe cuenta con una ordenanza que regula su instalación.

La ordenanza 11.959 establece que deberán incorporar retardadores pluviales todos aquellos que inicien legajos de obras nuevas; los legajos de ampliación o modificación de obras en caso de que se incremente la superficie impermeable horizontal en un 20 % o más; las solicitudes de urbanización, y los inmuebles con más de mil metros cuadrados.

Según los cálculos de los especialistas, el funcionamiento del sistema permite retardar el 50 % de los excedentes pluviales en una lluvia promedio de 60 mm de intensidad por hora.

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