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sábado, 16 de enero de 2016

19 de enero: Día del Trabajador Cervecero Una vida dedicada a la producción de cerveza

Eduardo Cetta se desempeñó en distintos cargos durante los últimos 40 años en la cervecería Santa Fe y hoy es el gerente industrial. Es santafesino y confiesa que prefiere llenar un tacho con hielo, botellas y latas de cerveza antes de “pinchar” un barril. En la planta de Calchines al 1400 son 500 los empleados que este martes festejarán su día.

Cerveza fresca. Eduardo Cetta tiene en su mano un liso recién “tirado” desde un conducto previo al envasado, en la planta industrial de la cervecería Santa Fe en barrio Candioti Sur. Foto: Guillermo Di Salvatore
De la Redacción de El Litoral

Este martes 19 de enero se celebra el Día del Trabajador Cervecero, en conmemoración de la fundación de la Federación Argentina de Trabajadores Cerveceros y Afines (Fatca), que nuclea a los trabajadores cerveceros de todo el país. Pese a que la federación fue creada en el año 1936, fue en el año 1949, cuando se estableció ese día como el del Trabajador Cervecero.

En esta oportunidad, se sintetizó ese día en un hombre de nuestro medio que dedicó toda su vida a la fabricación de cervezas. Eduardo Hugo Cetta, de 61 años, es quien ocupa hoy el cargo de gerente industrial de CCU Argentina, popularmente conocida como la cervecería Santa Fe, donde trabajan 500 personas, y otras 100, en el Centro Logístico de Sauce Viejo.

Se trata de una firma emblema de producción de cervezas de nuestra ciudad hacia el mundo donde Cetta se empleó durante más de 40 años, y pasó por todos los procesos de la producción y venta de esta refrescante delicia que se debe servir “con dos dedos” de espuma.

Eduardo recibió a El Litoral en la planta que tiene la cervecería en Calchines al 1400, en barrio Candioti Sur, y dedicó su tiempo a explicar de forma apasionada todo el proceso de elaboración de este exquisito producto elaborado por manos santafesinas mediante una recorrida por la fábrica (hay visitas guiadas, ver Para recorrer la Cervecería), y revelar algunos secretos para no arruinar la cerveza.

Sabiduría cervecera

Entre cañerías, cajones, latas y botellas marrones, entre vapores y un perfume a cerveza recién elaborada, caminando por senderos demarcados de una planta modelo con todas las normas de seguridad imaginables, el anfitrión fue enumerando a lo largo del recorrido algunos consejos, como por ejemplo, que es mejor tomar la cerveza ni bien se la compra y no estacionarla, que no se debe exponer al sol, que hay que enjuagar bien el vaso a utilizar para evitar el contacto con la grasitud, que si es un chop no se debe sacudir el barril una vez “pinchado” ni golpear la serpentina de la chopera cuando se la llena de hielo, entre otros consejos de un experimentado. “Yo prefiero llenar un tacho con hielo y botellas o latas de distintas marcas. Así se mantiene la cerveza bien fría, cada uno toma la que quiere y nunca te va a fallar una arandela, el gas, ni te van a salir los lisos con pura espuma”, confiesa, aunque luego reconoce que disfruta de tomar un liso en un restaurante.

La recorrida tuvo su punto cúlmine en la Sala de Tanques de Cerveza Filtrada, más conocida como la “medidora”, que es fase final de su elaboración previa al envasado. Allí, un operario “tiró” desde una serpentina que deriva de un conducto que viene desde tanques gigantes de acero inoxidable, un liso helado de la cerveza recién elaborada para su degustación. Estaba en su punto ideal, por eso Cetta asegura que “quien desee tomar la mejor cerveza debe ir al Patio de la Cervecería, porque va directo desde su elaboración hacia la chopera”, a través del “lisoducto” que atraviesa calle Calchines desde la planta hacia el local gastronómico ubicado enfrente.

La planta tiene una capacidad de producción de 1 millón de litros diarios. Por año produce 250 millones de litros.Foto: Guillermo Di Salvatore

Más tarde, ya en la fresca calidez de su despacho (gracias al aire acondicionado) donde se distinguían sobre el escritorio principal cuatro latas de cerveza Santa Fe abrazadas por el novedoso pack que busca promocionar la empresa, Eduardo recordó aquel primer día en el que llegó para emplearse en la firma, momento por el cual hoy celebra con emoción el Día del Trabajador Cervecero. “He tenido la extraña suerte de haber visto todas las transformaciones de esta empresa centenaria que desde sus comienzos funcionó en este predio de calle Calchines al 1400”, empezó diciendo Cetta. “Primero, produciendo cerveza para la región, por eso ver hoy que se producen las cervezas Santa Fe y Schneider, y las licencias de Budweiser, Heineken y Amstel, para toda Argentina y países limítrofes, en el mismo lugar que hace más de 100 años, es algo extraordinario”.

— ¿Y cómo fue ese primer día como trabajador cervecero?

— Tengo el recuerdo clarísimo, una foto. Fue el lunes 2 de febrero de 1976. Tenía 20 años y me había recibido de técnico químico en la escuela Pizarro. Vivía en Santo Tomé y debía entrar a las 6 de la mañana a la antigua planta de Schneider que estaba sobre Blas Parera al 5700. Como no tenía claro los tiempos que necesitaba para viajar en colectivo salí muy temprano y llegué a la planta a las 5.30. Ya que no me conocían debí esperar en la portería para ingresar. Luego ingresé y fui al laboratorio donde iba a trabajar, y tuve que esperar parado a quien iba a ser mi jefe. En ese instante, aunque no lo crean, pensaba en este otro instante, y me preguntaba qué sería de mí dentro de 40 años, ¿dónde estaré? Es decir que en mi primer día de trabajo pensé en cómo sería el último.

Es que a días de cumplir 62 años (el 20 de enero) Eduardo está cada vez más cerca de jubilarse y por su cabeza transcurren pensamientos sobre la posibilidad de retirarse, tras una vida dedicada a la fabricación de cerveza, aunque todavía ese momento tan esperado no llegó.

—¿Cuánta cantidad de cerveza producía la marca en sus comienzos y cuánta, hoy?

— En aquellos años la por entonces Cervecería Schneider producía 140 mil hectolitros por año, y hoy CCU Argentina produce aquí 2,5 millones de hectolitros anuales. El consumo por entonces era mucho más estacional que hoy, por lo que la planta trabajaba a full durante tres o cuatro meses, de octubre a enero, y luego se producía una detención total de la producción. Hay que señalar que en aquellos años la bebida con alcohol preferida de los argentinos era el vino de mesa y hoy lo es la cerveza.

—¿En qué áreas de la cervecería se desempeñó?

— En todas las posiciones técnicas de esta industria, desde la elaboración (en la antigua Schneider), hasta el envasado, luego de la fusión con Santa Fe, en 1982. También pasé por el control de calidad y en 1986 fui a hacerme cargo de la maltearía que funciona en Bahía Blanca.

Eduardo gira el sillón de su escritorio hacia su espalda y mira un portarretratos ubicado sobre un armario, con una fotografía en la que se lo ve joven en un campo sembrado de cebada. “Fue una de las experiencias más hermosas, todavía extraño esa ciudad en la que viví 11 años”, dice, y cuenta que conserva esa foto allí cerca suyo para mirarla cuando se pone nervioso y transportarse a esa época en la que recorría los campos entregando semillas, comprando la cosecha y transformándola en malta.

—Y luego regresó a Santa Fe...

— Fue en 1997, cuando me convocaron para ser gerente de planta aquí. Me sedujo volver a la planta donde ya había estado, aunque no fue fácil el segundo desarraigo, porque mis hijos ya eran grandes. Y en el año 2000 ocupé el cargo de gerente industrial, que es el que tengo hasta el día de hoy.

Por haber pasado su vida dedicada a la producción de cerveza es que Eduardo piensa hoy que la principal implicancia que tiene este día de celebración es “el reconocimiento a toda nuestra gente por el esfuerzo realizado durante todo el año”. Y en cuanto al balance personal, dice sentirse “completo” porque lo hizo “todo”, y repite: “Lo que quise hacer en esta empresa, lo hice”.

En cifras
250
millones de litros
de cerveza es lo que produce al año la cervecería. La capacidad de producción es de 1 millón de litros diarios, pero durante los meses de invierno, cuando disminuye el consumo, se produce menos.
80
litros de cerveza
es el promedio de consumo anual de un vecino de nuestra región, de acuerdo con las estadísticas que maneja la cervecería; casi el doble del promedio de lo que consume un ciudadano de otro lugar de nuestro país, que es de 44 litros.

El dato

Para recorrer la cervecería
Quienes deseen recorrer la cervecería lo pueden hacer en los horarios de visita durante el verano: de martes a sábado, a las 18 hs. A partir de marzo, el horario es a las 17. No es necesario realizar ningún trámite. Sólo hay que presentarse en la planta ubicada en Calchines al 1400.

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