anuncio

anuncio

anuncio

anuncio

domingo, 29 de noviembre de 2015

Sin pistas a diez días del crimen de un matrimonio en Firmat

La policía sólo descartó la hipótesis de robo en la muerte del fotógrafo Mario D’Angelo y su esposa Graciela Picech.
La Capital | 
Sin pistas a diez días del crimen de un matrimonio en Firmat

 Sus fotos los mostraran siempre resplandecientes, unidos y sonrientes. Estaban llenos de vida social y rodeados de amigos. Una pareja sin enemigos conocidos o confesos. El se llamaba Mario D’Angelo y era fotógrafo social. Ella era Graciela Picech y llevaba adelante un emprendimiento de venta directa de alhajas y bijouterie heredado de su padre. Sus vidas parecían transcurrir normalmente. Pero la mañana del miércoles 19 de noviembre los hallaron asesinados en su casa del barrio Carlos Casado de Firmat, ciudad ubicada a 100 kilómetros de Rosario. Ambos tenían heridas de degüello. No les robaron nada y les dejaron sus celulares. Quién los asesinó y por qué, sigue siendo el enigma que desvela a los investigadores.
   Durante la primera semana de pesquisa el fiscal de la causa, Matías Merlo, descartó rápidamente dos hipótesis. La primera fue la de homicidio seguido de suicidio. La segunda, el robo seguido de homicidios. En la escena del crimen quedaron 53 mil pesos, valiosas cámaras fotográficas por unos 9 mil dólares y elementos de electrónica además de los teléfonos de las víctimas. Además, el asesino de la pareja entró sin forzar una cerradura. Mató y se fue sin desordenar ningún ambiente. D’Angelo quedó tendido en el living, detrás de la puerta de acceso a la vivienda; Picech fue ultimada en el dormitorio matrimonial.
Cautela. El fiscal no quiere descartar otras hipótesis. Es cauto y reservado a la hora de meterse en la profundidad de la pesquisa. Trabaja en contacto con la familia para ayudar a elaborar el duelo. “El contacto con los familiares de ambas víctimas es diario. Ahora estamos a la espera de los resultados de las pericias ordenadas sobre los celulares de la pareja, un trabajo que está llevando adelante la Policía de Investigaciones de Rosario (PDI). Se está trabajando sobre llamadas, mensajes de texto, voz y Whatsapp entrantes y salientes. La PDI tiene un equipo que puede recuperar los mensajes borrados y eso puede determinar cómo fueron los últimos días de la pareja”, indicó ayer el fiscal Matías Merlo.
   En sus tareas, Merlo realizó más de un centenar de entrevistas con allegados a las víctimas para tener elementos que le permitan entender la idiosincracia de los fallecidos, sus círculos de pertenencia y la dinámica de la pareja. En ese orden, y según los avances registrados, dejó entrever que para la investigación fue una sola persona la que mató al matrimonio. Y que el arma usada sería la misma. En sus declaraciones reiteró varias veces que el doble crimen fue cometido con “ensañamiento” y que la escena del crimen lleva a inferir un asesinato por venganza. Además, trascendió que se realizaron al menos dos allanamientos, pero nadie quedó vinculado a la pesquisa.
Demanda. “A la familia la va a tranquilizar saber quién lo hizo, pero también queremos saber por qué paso todo esto. Queremos saber qué fue lo que pasó adentro de esa casa porque era gente muy querida por muchos”. Así Marcelo D’Angelo, hermano del fotografo asesinado, les habló a sus vecinos, autoconvocados para recordar a las víctimas del doble crimen en una manifestación realizada el 20 de noviembre.
   “Es importante que se llegue a alguna resolución y que se sepa algo. Esto es una pesadilla en vivo”, pronunció. Marcelo también es fotógrafo social y fue contratado para retratar oficialmente el casamiento de Wanda Nara y Mauro Icardi en junio de 2014. Un logro que catapultó el trabajo profesional de los hermanos.
Con sigilo. El martes 18 de noviembre, pasadas las 21, Mario D’Angelo y Graciela Picech llegaron a su casa de Aristóbulo del Valle y Juan Manuel de Rosas, en el barrio Carlos Casado de Firmat, a unos pocos metros del ingreso al cementerio de la ciudad. Regresaban en su auto tras estar unas horas en Rufino. Una cámara de videovigilancia del municipio, ubicada a cinco cuadras de su casa, registró el paso del Volkswagen Passat gris de la pareja.
   La casa del matrimonio era sobria en su aspecto y estaba acondicionada para evitar robos. Tiene alarma y tapiales altos con pinchos y vidrios reforzados. Hace un año habían sufrido un escruche y entonces procuraron asegurar el lugar. El vecino más cercano que tenían está afincado a unos 20 metros.
   Tras llegar de Rufino la pareja cenó y alrededor de las 22.30 Graciela se fue a dormir mientras Mario se quedó chateando y mirando televisión. Esa es la última postal que se tiene del matrimonio hasta que una de las hermanas de ella encontró los cuerpos a la mañana siguiente. El televisor de la casa estaba encendido y a muy alto volumen. Graciela estaba sobre la cama matrimonial y Mario muy cerca de la puerta de ingreso. Ambos tenían profundos cortes de degüello. El médico forense ubicó la hora de las muertes entre la 0.30 y las 2 de la mañana. El arma utilizada tendría una hoja de cuatro centímetros de ancho y podría tratarse de una cuchilla.
Todo en orden. “Verificamos que no se forzaron ni se rompieron cerraduras ni aberturas. Había alrededor de 53 mil pesos que no fueron sustraídos, máquinas fotográficas de muy alto valor (alrededor de los 9 mil dólares) y elementos electrónicos. También hallamos gran cantidad de alhajas de oro y de plata y de bijouterie que comercializaba la mujer y nada de ello fue robado”, señaló el fiscal de la causa. “Lo que podemos interpretar en el lugar del hecho es que la persona que ingresó era conocida o tenía cierta relación con las víctimas”, indicó.
   “La pareja murió a raíz de las heridas cortopunzantes que recibieron en la zona del cuello. Los cadáveres tienen golpes de puño y heridas de arma blanca en ambos brazos, lo que indica que intentaron defenderse. No había desorden en la casa”, agregó. Por eso el fiscal trabaja sobre la hipótesis de que una sola persona atacó a la pareja y lo hizo con la misma arma blanca. Aunque pidió cautela repitió varias veces la palabra “ensañamiento”.
   Sobre la escena trabajaron efectivos de la Policía Científica de Rosario y del departamento General López que peritaron algunas huellas. Una de ellas la marca de un zapato que pisó sangre. También se retiraron elementos del baño de la casa para determinar si el asesino se aseo antes de retirarse del lugar. “Quien los mató cometió el hecho y se retiró”, explicó Merlo. “Atento a la calidad del arma podría haber participado una sola persona, aunque no hay que descartar nada”, indicó.
   El viernes 20, mientras un centenar de amigos y vecinos de Mario y Graciela arropaban a los deudos en la esquina de la casa del horror, el fiscal Matías Merlo encabezó dos allanamientos en el mismo barrio Carlos Casado, a pocas cuadras de la escena criminal. Fueron en una carnicería y en una vivienda. “Se buscaron elementos de interés que pudiera tener o no relación con el hecho para poder empezar a desentrañar qué pasó”, explicó Merlo.
   Fuentes extraoficiales indicaron que al dueño de la carnicería se llegó por distintos llamados cruzados con las víctimas. El fiscal comentó, además, que recibió alrededor de ciento cincuenta testimonios para poder conocer la vida de la pareja, sus círculos de pertenencia y determinar cómo fueron sus últimas horas. En ese marco, el miércoles pasado Merlo fue a Firmat y durante casi tres hora le tomó declaración a Marcelo D’Angelo en su casa de barrio La Quemada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario