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jueves, 21 de agosto de 2014

SANTA FE: Colectivero héroe, premiado

El chofer de la Línea 14, Jorge Rivarola, será reconocido este jueves en el Concejo por su ejemplar comportamiento. El hombre ayudó a una joven que fue víctima de un asalto en la vía pública.

El Concejo Municipal realizará este jueves un reconocimiento al colectivero Jorge Rivarola, por su comportamiento. El chofer de la Línea 14 ayudó a una joven que fue víctima de un arrebato en la vía pública. Esta iniciativa fue propuesta por el edil del PRO, Tomás Norman, y tendrá lugar este jueves al mediodía, momentos antes del inicio de la sesión.

La noche del miércoles 30 de julio transcurría sin mayores sobresaltos para Jorge Rivarola, quien realizaba su habitual recorrido nocturno cuando a metros de la parada de la avenida General Paz y Quintana pudo ver cómo dos muchachos se acercaron a una joven que estaba esperando para tomar un colectivo.

Sin mediar palabra, los sujetos golpearon a la muchacha, que hacía unos instantes había atinado a pararse y hacer señas. “Cuando vi que la estaban golpeando me imaginé que la estaban robando y me di cuenta de que era así porque los vi correr con el celular de ella en la mano”, relató el colectivero.

Este hecho tuvo lugar a las 22.15, cuando la joven estaba sentada en Quintana y General Paz, sobre esta última calle. El chofer describió que esa zona es iluminada y tiene tránsito constante, pero en ese momento la suerte no ayudó a la chica que solo esperaba llegar a su casa. “No había nadie en la calle”, señaló Rivarola.

Paso seguido, el chofer detuvo el colectivo, en el cual solo viajaban cuatro pasajeros, para cerciorarse del estado de la víctima. Allí pudieron constatar que se trataba de una chica de unos 18 años.

“La chica estaba muy shockeada, al límite de no poder hablar. La gente que me acompañaba se encargó de contenerla, porque yo cuando paré solo pude pedirle que subiera al coche para no quedarse sola ahí”, relató.

Una de las pasajeras logró calmarla y gracias a eso pudieron saber que la joven vivía en cercanías del Hospital de Niños y no contaba con el dinero para poder retornar a su casa. “Le prestamos un teléfono para que pueda comunicarse con un familiar que la esperó en la parada”, agregó.

En el momento de la agresión, Rivarola se encontraba a una cuadra de distancia de donde se había registrado la violenta escena. Por eso, al momento de acercarse a la joven ya se había comunicado telefónicamente con el 911. “No pudimos hacer más que eso”, señaló el joven conductor.

Los ladrones lograron escapar corriendo por calle Quintana, con dirección hacia el oeste. La rapidez con la que se movilizaron impidió a los pocos testigos que observaron el hecho poder identificarlos.

Testigos diarios

La posición de manejo facilita que los choferes puedan observar hasta dos cuadras de distancia hacia adelante. Cuando el tránsito es tranquilo, los conductores tienen la posibilidad de prestar mayor atención a los detalles y alrededores.

“En la calle muchas veces hay ocasiones de observar, más que nada a la distancia, en este caso en particular fue porque estaba cerca. Pero en las plazas y avenidas, creo que cualquiera de mis compañeros puede decir que este tipo de cosas se han vuelto algo muy común”, indicó Rivarola sobre las sucesivas escenas de las que son testigos los trabajadores del rubro.

Al chofer le extrañó el nivel de agresividad y violencia que tuvieron los sujetos. “Me sorprendió que le pegaran casi sin mediar palabra, pero eso es algo muy común hoy”, dijo.

Si bien hace solo cuatro años que trabaja como chofer de la Línea 14, Rivarola cuenta con una amplia experiencia como conductor en transporte. A diario le toca ser testigo de los hechos que tienen a la calle como escenario principal y hoy, luego de varias vueltas por la ciudad, pocos hechos logran sorprenderlo.

Su labor lo obliga a trabajar en turnos rotativos; al momento de elegir un horario, se inclina por el de la mañana, porque según dice “rinde más”. Sobre el turno de la noche, recalca que este es menos intenso, pero es el más peligroso.

“Estamos como todos expuestos constantemente, y un poco uno tiene el recelo. Cuando vas llegando a una esquina, mirás que no pase nada raro”, añadió.

En su opinión, el reconocimiento que recibirá no es nada extraordinario. “No es nada de otro mundo. Darle una mano, contenerla y llamar a un familiar fue todo lo que hice. Me sorprendió la repercusión que tomó”, concluyó.

DIARIO UNO.

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