El gobernador bonaerense abogó por mayor consenso y convivencia democrática. Habló a días del lanzamiento de La DOS, que como el kirchnerismo en Unidos y Organizados, reúne a todos sus seguidores. Buscan más lugares en las listas legislativas
Moderado. Conciliador. Elíptico. Una vez más, Daniel Scioli volvió a apelar al ‘estilo Scioli’. A pocos días de la presentación formal de la agrupación que lleva sus iniciales, La DOS, integrada por fuerzas amalgamadas por su sueño presidencial, el gobernador bonaerense ratificó ayer – a su modo– su eventual candidatura con el método que convirtió en su firma política.
Un día antes, su propia sangre motorizó el “Operativo Clamor”: José “Pepe” Scioli, hoy cercano al diputado opositor Francisco de Narváez, comparó su figura con Nelson Maldela al expresar su deseo de verlo convertido en Presidente. “Me conoce realmente como pocas personas, mi forma de ser: un buscador permanente de consenso, de llevar tranquilidad, y crear confianza”, amagó el ex motonauta, en una entrevista con el programa “No va más”, de Radio El Mundo.
En la antesala del cacerolazo del 8N (8 de noviembre) y de la batalla cultural que la Casa Rosada libra con el Grupo Clarín por el 7D (7 de diciembre), Scioli volvió a pararse en el centro, a metros de distancia del ultrakirchnerismo: “Tenemos que desdramatizar las distintas situaciones en cuanto a confiar y creer que en el marco del estado de derecho, el funcionamiento de los tres poderes del Estado y nuestra convivencia democrática se irán revirtiendo estas situaciones”, adujo confiado.
La gambeta al plano electoral no es casualidad. Este año, luego de admitir sus deseos presidenciales, el kirchnerismo lo castigó desde dentro y fuera de la provincia, desembocando en la llamada “crisis del medio aguinaldo”, que puso en jaque las finanzas bonaerenses.
Declarada la tregua, el mandatario auspició la creación de un sciolismo orgánico. A La Juan Domingo, con un nacimiento más anti mariottista (por el vicegobernador Gabriel) que sciolista, la semana pasada se le sumó La DOS. A la manera del Unidos y Organizados (UyO) cristinista, en realidad la debutante fuerza funciona como un paraguas para las fuerzas que le responden. Varias que encabezan sus funcionarios, como el Peronismo 2020, de su ministra de Gobierno Cristina Alvarez Rodríguez o Peronistas sin Fronteras, del titular de Infraestructura, Alejandro Arlía.
Con la impronta que convirtió en su marca, anticipan en su entorno, por ahora Scioli no se pondrá enfrente de La Dos, que ya tiene agendado un plenario en Pilar para el 29 de noviembre. “Permite que todos participen en la construcción política pero él está dedicado a la gestión”, analizan en La Plata.
Eso no significa que los cañones sciolistas no tengan ya un blanco. “No hay 2015 sin 2013”, repiten sus operadores. La clave para sus aspiraciones presidenciales es recuperar el control de una Legislatura provincial, controlada por el kirchnerismo. La batalla entre UyO y La DOS por los lugares en las listas parece inevitable. “No podemos volver a aceptar los mismos pocos espacios de 2011”, rumian en despachos platenses.
Por si no hay acuerdo, el sciolismo ya está mandando el mensaje: a los renovados contactos del gobernador con La Juan Domingo, deja trascender la sintonía de La DOS con el intendente de Tigre, Sergio Massa, la otra figura provincial que, con las encuestas a su favor, también juega al misterio.
Un día antes, su propia sangre motorizó el “Operativo Clamor”: José “Pepe” Scioli, hoy cercano al diputado opositor Francisco de Narváez, comparó su figura con Nelson Maldela al expresar su deseo de verlo convertido en Presidente. “Me conoce realmente como pocas personas, mi forma de ser: un buscador permanente de consenso, de llevar tranquilidad, y crear confianza”, amagó el ex motonauta, en una entrevista con el programa “No va más”, de Radio El Mundo.
En la antesala del cacerolazo del 8N (8 de noviembre) y de la batalla cultural que la Casa Rosada libra con el Grupo Clarín por el 7D (7 de diciembre), Scioli volvió a pararse en el centro, a metros de distancia del ultrakirchnerismo: “Tenemos que desdramatizar las distintas situaciones en cuanto a confiar y creer que en el marco del estado de derecho, el funcionamiento de los tres poderes del Estado y nuestra convivencia democrática se irán revirtiendo estas situaciones”, adujo confiado.
La gambeta al plano electoral no es casualidad. Este año, luego de admitir sus deseos presidenciales, el kirchnerismo lo castigó desde dentro y fuera de la provincia, desembocando en la llamada “crisis del medio aguinaldo”, que puso en jaque las finanzas bonaerenses.
Declarada la tregua, el mandatario auspició la creación de un sciolismo orgánico. A La Juan Domingo, con un nacimiento más anti mariottista (por el vicegobernador Gabriel) que sciolista, la semana pasada se le sumó La DOS. A la manera del Unidos y Organizados (UyO) cristinista, en realidad la debutante fuerza funciona como un paraguas para las fuerzas que le responden. Varias que encabezan sus funcionarios, como el Peronismo 2020, de su ministra de Gobierno Cristina Alvarez Rodríguez o Peronistas sin Fronteras, del titular de Infraestructura, Alejandro Arlía.
Con la impronta que convirtió en su marca, anticipan en su entorno, por ahora Scioli no se pondrá enfrente de La Dos, que ya tiene agendado un plenario en Pilar para el 29 de noviembre. “Permite que todos participen en la construcción política pero él está dedicado a la gestión”, analizan en La Plata.
Eso no significa que los cañones sciolistas no tengan ya un blanco. “No hay 2015 sin 2013”, repiten sus operadores. La clave para sus aspiraciones presidenciales es recuperar el control de una Legislatura provincial, controlada por el kirchnerismo. La batalla entre UyO y La DOS por los lugares en las listas parece inevitable. “No podemos volver a aceptar los mismos pocos espacios de 2011”, rumian en despachos platenses.
Por si no hay acuerdo, el sciolismo ya está mandando el mensaje: a los renovados contactos del gobernador con La Juan Domingo, deja trascender la sintonía de La DOS con el intendente de Tigre, Sergio Massa, la otra figura provincial que, con las encuestas a su favor, también juega al misterio.
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