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domingo, 24 de junio de 2012

PROV. STA FE: Falsos policías mataron al capataz de una estancia en la que robaron

Fue el mediodía del viernes en las afueras de Los Cardos, a 144 kilómetros al noroeste de Rosario. La víctima habría reconocido a uno de los ladrones. Se llevaron una importante suma de dinero.
La Capital | 
El capataz de la estancia Los Robles de esta localidad, ubicada a 144 kilómetros de Rosario y en el suroeste del departamento San Martín, fue asesinado el mediodía del viernes por un grupo comando que ingresó al establecimiento para robar. Los integrantes de la banda, al menos siete personas, utilizaron uniformes policiales y dos de ellos vestían trajes y se anunciaron como inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
Todo ocurrió alrededor de las 12.30 cuando el grupo llegó en una camioneta importada y dos autos por la ruta provincial 13 e ingresaron por el camino de ripio que lleva al casco de la estancia, ubicado a unos cinco kilómetros al norte de centro de Los Cardos, localidad de unos 1.600 habitantes. Tras recorrer un prolijo sendero de tres mil metros flanqueado por jóvenes robles, los asaltantes llegaron a la casa y se identificaron como funcionarios de la Afip, quienes como habitualmente ocurre en estos procedimientos, estaban acompañados por policías.
Alejandro Angeletti, hijo de la propietaria del campo, los recibió gentilmente y los hizo ingresar a la propiedad ante la ausencia de su madre, quien había viajado a visitar la muestra Agroactiva. Tras ello fue reducido y maniatado con precintos plásticos por los falsos inspectores, quienes con el terreno liberado empezaron a revolver distintos rincones de la casa en busca de dinero en efectivo.
Se cruzaron. "Estos tipos habrían tenido el dato de que en la casa había unos 250 mil pesos en distintas monedas provenientes de operaciones de cereal en negro", confió un vocero de la pesquisa, que se maneja en la más estricta reserva. En ese sentido, ahora se investiga si finalmente los maleantes se alzaron con el dinero buscado o se fueron con las manos vacías. Lo que sí se estableció es que se llevaron dos escopetas que había en la casa.
Cuando los delincuentes salían de la vivienda se toparon con el capataz de la estancia, Claudio Tramannone, de 48 años, quien ingresaba al establecimiento. Para los policías, el hombre reconoció a alguno de los ladrones y al saludarlo firmó su sentencia de muerte. Lo llevaron a la parte trasera de la finca a punta de pistola y cerca del sector de cocheras lo fusilaron por la espalda a quemarropa.
Los investigadores aún no determinaron qué arma se utilizó porque no hallaron casquillos en el suelo y se aguardaba el resultado de la autopsia para esclarecerlo. Cuando el hombre fue hallado por la policía, tenía en la espalda la marca de un fogonazo y un orificio de bala con salida en la tetilla izquierda. Según los peritos policiales, Tramannone, casado con Sonia Fabietti y padre de dos hijos adolescentes, falleció en el acto.
Los asaltantes escaparon del lugar en sus vehículos y en la Toyota Hilux del hijo de la dueña de la estancia, vehículo que después fue hallado abandonado en la banquina de la ruta 13, entre Los Cardos y Las Rosas.
Después de ocurrido el atraco y el homicidio de Tramannone, la policía comenzó a seguir diversos hilos investigativos en conjunto con la Tropa de Operaciones Especiales y las autoridades del Ministerio de Seguridad de la provincia. Mientras que en el pequeño pueblo empezaron a circular tantas versiones como hipótesis tiene la policía.
Versiones e hipótesis. Según fuentes confiables, algunas de las hipótesis apuntan a esclarecer los motivos de las contradicciones respecto a los bienes sustraídos de la estancia y a la posibilidad de que sus propietarios manejen más datos de los que aportaron hasta ahora a la policía. Hasta el momento sólo se estableció que los malvivientes se habrían llevado joyas de oro, euros, dólares y billetes argentinos, pero sus propietarios no indicaron la cantidad aproximada. Los pesquisas suponen que en el lugar había gran cantidad de dinero proveniente del mercadeo de cereal, ya que los días previos desde el campo habían salido varios camiones con soja.
En tanto, un dato llamativo surgió la tarde de ayer cuando un vecino de Ibarlucea se contactó con un hombre de apellido Tramannone afincado en Rosario, a quien encontró a través de la guía telefónica, para preguntarle si tenía parentesco con Claudio Tramannone. Su interlocutor le dijo que era su primo hermano y el vecino le informó que tenía en su poder una billetera con la cédula de identidad federal y las tarjetas de crédito del familiar, lo que había encontrado en inmediaciones de la ruta 34. Por eso, se presume que la banda se deshizo de las pertenencias del hombre fusilado mientras escapaban hacia Rosario.

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