lunes, 21 de mayo de 2012

“Los hinchas de San Lorenzo casi matan a mi hijo a golpes”

Lo dijo la madre de Diego Fleitas, el simpatizante de Colón que el sábado fue atacado por barrabravas del Cuervo. Su familia aclaró que no tiene nada que ver con el disparo que hirió a un visitante en el pie.

Casi cuatro horas antes de que comenzara el partido de fútbol que el sábado enfrentó a Unión de Santa Fe y San Lorenzo en el 15 de Abril, se conoció la noticia de que un hincha del Cuervo había sido herido de bala en una de sus piernas y que el presunto agresor, hincha de Colón, había sido capturado y golpeado por el resto de los simpatizantes del equipo bonaerense.


Ambos heridos fueron trasladados al hospital Cullen y hacia las 22, ya habían prestado declaración. El hincha de San Lorenzo fue identificado como Alejandro Zacarías, de 26 años y oriundo de la localidad de Ezeiza, mientras que el santafesino era Diego Fleitas, de 30 años, domiciliado en barrio Santa Rosa de Lima y fanático de Colón.


Sin embargo ayer, familiares de Diego Fleitas se acercaron a Diario UNO para desmentir las acusaciones y denunciar que en realidad, Diego fue víctima de un ataque “desmedido y no provocado”.


“Mi hijo es un chico de bien. Es albañil, trabaja en una empresa de construcciones y tiene un hijo. Es gravísimo lo que pasó y nadie nos da una respuesta”, expresó Nélida, la mamá de Diego.


Y es que el sábado, a las 16, Diego conducía una moto, en la que viajaba con una nena de 3 años y una amiga y que, a la par, se movilizaban otras dos motos en las que viajaban cuatro primas de Diego, entre ellas, dos menores.

Testigos directos
Tres de esas chicas y la mamá de Diego, Nélida Fleitas, contaron su versión de los hechos. “Nosotros íbamos todos al cementerio, porque hace muy poquito se murió mi tío. Íbamos en tres motos, Diego era el único varón del grupo y llevaba puesta una campera de Colón. Cuando pasamos por calle Cándido Pujato y avenida Perón, los hinchas de San Lorenzo empezaron a insultarlo por la campera que tenía puesta. Y él cometió el error de frenar la moto, bajarse e increparlos”, explicó Noelia, de 28 años, la mayor de las primas.


“Inmediatamente –continuó– una muchedumbre se le vino encima. Le pegaron una trompada que lo dejó casi inconsciente y le quebró la mandíbula. Cuando quedó tirado en el piso, le siguieron pegando patadas. Fue todo muy rápido, pero si no estábamos nosotras lo mataban”.


En ese momento, las chicas intentaron socorrer a Diego y sufrieron las consecuencias: “A mí me pegaron en la cara también y me empujaron muchísimo”, contó Mariela, de 24 años, “y a mi hermana más chica, de 14, la manosearon”, agregó.


Y continuó Noelia: “Cuando finalmente logramos sacarle a todos los tipos de encima, él estaba semiinconsciente. Lo subí a mi moto y lo llevé al hospital Cullen, sosteniéndolo como podía. Nosotros llegamos apenas pasadas las 16, y el herido de bala llegó cerca de las 17.30, mucho después, de Diego. No tiene nada que ver con el caso. Y además, yo quiero agregar que la zona donde lo golpearon a Diego estaba liberada, porque no había ni un solo policía”.

Malos tratos
En este sentido, Noelia, Nélida y Mariela explicaron que ellas quisieron hacer la denuncia de lo que le sucedió a Diego en la comisaría 4ª, pero que sólo les pidieron hacer una declaración. Y además, dijeron que en el hospital Cullen no recibieron el mejor trato.


“Cuando llegué a ver a mi hijo, no me querían dejar entrar a la sala. Estaba la policía y lo daban por culpable de algo que él no hizo. Y encima, en el hospital ni siquiera tenían insumos para atenderlo. Le cosieron la cabeza sin anestesia”, expresó indignada Nélida.


El sábado a la noche, Diego dejó el hospital Cullen, donde estuvo algunas horas con custodia policial, sospechado de haber realizado el disparo y su familia lo trasladó al sanatorio Garay, donde deberá ser operado. “Tiene el rostro destrozado. Le partieron la mandíbula y le hundieron el cráneo. Es una locura lo que le hicieron”, concluyó Nélida.

Puntos en común
Si bien el caso de ayer fue presentado como aislado de los hechos de violencia que afectan al fútbol, por tratarse de hinchas, como víctimas y agresores, en inevitable realizar las referencias correspondientes. Y es que concurrir a espectáculos deportivos es ha tornado cada vez más complejo y demanda mayores medidas y planes de seguridad por partes de las fuerzas públicas. En lo que va del año, ya se produjeron tres muertes relacionadas con enfrentamiento entre barrabravas. La última de ellas ocurrió en Rosario el sábado 12, cuando Sergio Víctor Fernández, un hincha de Newell’s Old Boys, de 31 años, fue baleado luego del encuentro entre ese elenco rosarino y Unión de Santa Fe, y falleció días después a causa de las heridas.

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