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sábado, 21 de abril de 2012

En condiciones inadecuadas, preparan más de 7.000 raciones de comida

Espacios más que reducidos, la carencia de elementos de funcionamiento y el riesgo sanitario son factores comunes y alarmantes. “Si viene una inspección, seguro la clausura”, advierten desde UPCN. Promesas incumplidas y el desafío diario de 21 personas de trabajar en medio de una brutal incomodidad.

 

En condiciones inadecuadas, preparan más de 7.000 raciones de comida
Ayer, a primera hora, la actividad era febril en la Cocina Centralizada. La gran cantidad de lluvia que había caído en la ciudad tornaba aún más incómodo trabajar allí.


Cada día, son exactamente 7.098 las raciones de comida que se preparan en la Cocina Centralizada de Reconquista. En verdad, el número es real pero se presenta como inverosímil si se tiene en cuenta que el lugar no tiene más de 75 metros cuadrados y trabajan en él 21 personas.
Hacinamiento, insalubridad, inconvenientes logísticos y edilicios, y la certeza de no cumplir con los mínimos requisitos de seguridad alimentaria son factores que ejercen una presión psicológica decisiva en los trabajadores, en su mayoría mujeres, que merman considerablemente su rendimiento laboral.
La Delegación Reconquista del gremio UPCN fue la primera en encender la luz de alerta, y a través de la diputada provincial de extracción sindical Silvia De Césaris, requirió informes sobre el “estado edilicio de la Cocina Centralizada de Federación de Cooperadoras Escolares que funciona en Reconquista” y que depende del Ministerio de Educación de la provincia.
Falencias
La solicitud elevada al Ejecutivo provincial también pretendió saber con qué elementos cuenta para su funcionamiento y estuvo fundamentada en la “deplorable situación” en que se encuentra, ya que en la dependencia ubicada en la esquina de General López y San Martín, sector céntrico de la ciudad, se cocina para 7.098 alumnos de las escuelas primarias y algunas secundarias de Reconquista.
El edificio donde funciona es “ruinoso, mide 5 metros de frente por 15 de fondo, con pasillos donde puede moverse una sola persona, y allí trabajan 21”, señaló el pedido de informe de la diputada provincial aprobado en la Cámara Baja.
El texto citó denuncias recibidas, tanto de trabajadores como de vecinos, respecto de que el trabajo en el lugar es “insalubre” porque del lado norte no tiene ventilación, ya que las tres ventanas fueron reemplazadas por pedido de vecinos.
Sostuvo, en ese sentido, que “hay tres cámaras sépticas con 4 rejillas de desagües dentro de la cocina, y cuando llueve se inunda todo y salen los desechos cloacales. Hay un solo baño para hombres y mujeres, que a la vez sirve de vestidor, no tiene ventilación y los desagües se encuentran tapados”.
La legisladora completó su requerimiento preguntando “ante la presencia de qué políticas de Estado nos encontramos, relacionadas en este caso con la alimentación de los alumnos que no es otra cosa que el bienestar general de la comunidad toda”.
El Litoral visitó el local en cuestión y pudo comprobar in situ el panorama descripto. Fue así que entrevistó a Delia Aguirre, secretaria seccional de UPCN, quien refrendó que “las falencias que hay son de larga data y si bien es una cocina centralizada figura en realidad como escuela, la Nº 9.602”.
Presenta varios problemas porque “no tiene ventilación, los extractores no funcionan, son altas las temperaturas que deben soportar quienes trabajan allí, y están tan mal colocadas las cosas, las garrafas están en la parte de arriba entonces para abrirlas hay que subir una escalera y ante un incendio, que ya ocurrió -por suerte sin heridos-, no hay salida de emergencia”, aseguró.
La dirigente gremial agregó que “el lugar es muy reducido, el lugar que deben tener las ecónomas está cubierto por mercadería, y el baño que es mixto está al lado de los hornos, en fin son innumerables anormalidades”.
“Desidia”
Al consultar a Aguirre sobre la posibilidad de un edificio propio, la referente gremial comentó que “en algún momento, cuando era gobernador Hermes Binner, se habló de un terreno en el mismo lugar donde funciona la escuelita del barrio Las Flores (sur de Reconquista). Esto sería lo ideal porque pertenecería al Estado, y no a terceros; y segundo, porque se podría construir una buena Cocina para que las compañeras pudieran estar trabajando en buenas condiciones”.
El local donde actualmente se cocina, acotó, pertenece a la Federación de Cooperadoras que primeramente empezó preparando raciones para unas pocas escuelas, pero, luego el radio comenzó a extenderse y hoy en día abarca a escuelas de todo el ámbito urbano y periférico de la ciudad.
Desde hace un tiempo se están haciendo los reclamos pero aún no han tenido eco, quizás, por “la falta de intención o por desidia de los gobiernos nunca se hizo nada y esta vez, por lo menos, logramos que se instale el tema en la opinión pública”.
A la vez, denunció taxativamente que las compañeras trabajan con mucha presión y en un ambiente donde tienen que rendir al ciento por ciento “terminan rindiendo solamente a la mitad de su capacidad; además, cuando llueve, los desagües se tapan, rebalsan y tienen que trabajar en medio de los líquidos cloacales”.
Hay una serie de cosas “muy desagradables” que terminan por provocar que “la comida que se brinda a los chicos no sea óptima por las magras condiciones que se le ofrece al trabajador”, finalizó.

Para UPCN, no están dadas las condiciones sanitarias para la preparación de alimentos y “si un día va algún inspector de la Agencia de Seguridad Alimentaria de la provincia creemos que la clausura”, porque es demasiado agudo el cuadro de situación que se vive, advirtió la autoridad regional del gremio.
Delia Aguirre puso de manifiesto que “en el edificio existe un solo baño para las 21 personas que prestan servicios, que es usado como sanitario y al mismo tiempo como vestidor. Y en este tipo de trabajos, donde se convive con vapores y temperaturas elevadas que generan los equipos de cocina, es vital contar con una dependencia donde poder cambiarse de ropas con comodidad”.
Lo ideal sería que cada escuela preparare la comida de sus alumnos pero de no ser así, el edificio para una cocina centralizada debería ser un espacio adecuado, con vehículos de transporte acondicionados y con personal dedicado: “acá los mismos que cocinan tienen que llevar la comida”, lamentó.
Por último, elevó el pedido a los gobernantes para que “piensen y reflexionen que los chicos que son nuestro futuro necesitan de una respuesta, nunca se puede cocinar bien en el estado actual; entonces, el gobierno debería gestionar una nueva construcción para que se radique la Cocina Centralizada’’, advirtió Aguirre.
Riesgo sanitario
En condiciones inadecuadas, preparan más de 7.000 raciones de comida
Partidas.
Según pudo saber El Litoral, las partidas para adquisición de mercaderías sufren una desactualización alarmante. La provincia envía $2,35 por cada alumno, pero los costos reales de cada ración superan los $8 por persona. Además del monto recibido, se debe extraer una parte para gastos de mantenimiento. “Sólo porque los proveedores son en extremo solidarios y nos bajan los precios es que podemos cocinar”, dicen desde la Cocina Centralizada.

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