Lo dijo el nieto de Julia Peirano, una de las 23 víctimas –según los registros oficiales– del desborde del río Salado en el 2003. Por cuarta vez, suspendieron la audiencia en la que iba a declarar su madre.
En diálogo con Diario UNO, Víctor Barrientos, hijo de Julia del Prete, cuestionó la dilatación de la causa civil y aseguró que responde “a maniobras políticas”.
—¿Les dieron alguna explicación sobre por qué se suspendió esta audiencia?
—Todavía no pude ver la notificación oficial. La distancia nos complica mucho seguir de cerca cada cambio. Pero hay una cuestión muy concreta: hace ocho años que ocurrió la inundación y hace casi tres que estamos tramitando esta causa, y mi mamá todavía no pudo declarar. El porqué de cada uno de los amparos y demás recursos judiciales que surgen días antes de la fecha establecida es diverso.
“Pero tenemos entendido que esta vez el freno lo habría puesto la Municipalidad de Santa Fe. En la causa nosotros habíamos pedido el testimonio del actual intendente de Santa Fe, el ingeniero Mario Barletta, porque cuando ocurrió la inundación del 2003, él era rector de la Universidad Nacional del Litoral y había hecho algunas manifestaciones, con anterioridad al hecho, avisando que la ciudad se podía llegar a inundar”.
—¿Cómo afecta a tu familia estas alteraciones del cronograma de las testimoniales?
—Nos afecta de múltiples maneras. La más leve es que tenemos todos los pasajes comprados para viajar a Santa Fe. No es fácil organizar todos nuestros trabajos y planificar un viaje tan largo, desde Río Gallegos a Santa Fe, son más de 2.700 kilómetros. Por otra parte, está la cuestión anímica. Es un desgaste permanente para la salud de mi mamá. Hace tres años que está intentando contar qué paso. Es un retroceso en su terapia, en su calidad de vida. Ya mataron a mi abuela y así van a matar a mi madre.
Los responsables
“Nosotros entendemos que los procesos judiciales son largos y más en este caso que es una causa testigo, pero lo que está pasando es demasiado, es un exceso que escapa a los tiempos procesales y que claramente tiene que ver con cuestiones políticas. Sin decisión política la causa por la inundación de Santa Fe no va a avanzar. Más allá de las reparaciones económicas del daño, se debe determinar quiénes fueron los responsables de la tragedia y de las muertes y, para eso, es necesaria la voluntad de quienes administran la provincia. Con lo que están haciendo ahora, no sólo están dilatando la investigación y resolución de la causa sino que, además, no dejan que las víctimas y familiares puedan cerrar un trágico capítulo de su vida”, expresó ayer el muchacho.
Bajo agua
Víctor Barrientos tiene 27 años. Cuando las aguas del Salado cubrieron un tercio de la ciudad de Santa Fe vivía con su abuela, Julia Peirano, una de las 23 víctimas fatales que integran el listado oficial. Ahora, su madre, e hija de Peirano, Julia del Prete, es una de las testigos en la causa penal y por cuarta vez, le suspendieron la declaración testimonial.
Barrientos y su madre viven actualmente en Río Gallegos y cada vez que tienen que trasladarse a la ciudad de Santa Fe les insume un gasto económico altísimo. “No sólo no tuvimos que reconstruir la casa que quedó tapada de agua, sino que también hace años que peregrinamos por oficinas públicas realizando un sinfín de trámites burocráticos que no nos dan una solución. Estamos esperando una decisión política de reparación, reconstrucción y de determinación de responsabilidades y estamos analizando viajar a Santa Fe igual el 1 de diciembre, para hacer este reclamo personalmente”, finalizó.
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