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sábado, 19 de noviembre de 2011

ROSARIO/La frase de uno de los imputados por el crimen de Pimpi Camino

"Te voy a dar un tiro, ortiva". La frase se la habría dicho René Ungaro a Jorgelina Juncos. Uno de los imputados por el crimen del ex jefe de la barra de Ñuls y una chica vecina del Fonavi en el que vivía. Ayer se leyó la declaración en el marco del juicio oral y público.

La frase de uno de los imputados por el crimen de Pimpi Camino

"Te voy a pegar un tiro en la cabeza, ortiva; te voy a matar como al Pimpi". La frase se reiteró varias veces ayer, durante la segunda jornada del juicio oral y público por el asesinato del ex barrabrava de Ñuls, Roberto "Pimpi" Caminos. Según algunos testigos, se la habría dicho René Ungaro, uno de los tres imputados, a Jorgelina Juncos, una joven que vivía en la misma torre del Fonavi que el acusado, cinco días después del crimen. Jorgelina estaba citada como testigo de la causa, pero "el miedo" no le permitió presentarse. La fiscal Nora Marull presentó una nota ante el Tribunal en la que indicaba que anteanoche recibió un llamado del padre de la chica, que le comentó que debieron vender la casa donde vivían porque hubo un robo y les quemaron la puerta; al parecer, se trataría de una instigación. Sin embargo, la amenaza se escuchó por primera vez cuando el juez Gustavo Salvador permitió que se ingresara por lectura la declaración que brindó Juncos durante la etapa de instrucción. Allí la chica contó que el 24 de marzo de 2010, ella denunció a su pareja (Miguel Angel Estrada) en la Comisaría 11º por problemas de pareja, por lo que personal policial la acompañó a su departamento a recoger algunas cosas, para irse de la casa. Dijo que al llegar, Estrada estaba con Ungaro, quien le propinó la advertencia por entrar con la policía al lugar. Según indicó, también le habría mostrado un arma.
Durante la producción de pruebas de ayer, nueve testigos de la Fiscalía dieron su testimonio. Uno de ellos podría haber allanado el camino sobre cómo se dieron los hechos en la madrugada del crimen; sin embargo, Florencia R., aseguró que en las primeras horas del 19 de marzo de 2010 estuvo en el bar Ezeiza, donde mataron a Caminos, pero que no recordaba detalles. La joven aseguró que vio al Pimpi afuera, mientras estuvo en la vereda con una amiga (Natalia) fumando un cigarrillo. "El estaba apoyado en la pared, pero no vi si había más personas", dijo dudosa. Ante la insistencia de la Fiscalía para que leyera la declaración anterior, en la que supuestamente se daban más precisiones, la joven se cerró aún más. Dijo que recordaba que se acercó una persona, pero que "estaba muy oscuro" y no pudo distinguir ningún rasgo, vestimenta, ni si esta personas tenía algo entre las manos o no. En consecuencia la querella pidió que se investigue si previamente hubo falso testimonio; pero el juez apuntó a que "todo lo que sea leído por la fiscal (de declaraciones anteriores) no será tomado como prueba producida".
El testimonio de más peso durante la tarde de ayer tuvo que ver con la lectura que hizo la Secretaría sobre la declaración de Jorgelina Junco, que más tarde confirmaron el entonces comisario de la seccional 11º, Miguel Oliva y el sumariante que tomó la denuncia, Luis Aquino.
La situación de Juncos devino en la intervención del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), para brindarle "protección y asistencia", ante el "pánico" que tenía la chica tras la amenaza de Ungaro. Ricardo Lamas, subdirector del centro confirmó que tanto ella como su hijo pequeño tuvieron custodio durante un tiempo, la relocalizaron en una vivienda donde se sintiera segura, y brindaron otra ayuda de asistencia porque estaba en una "situación de peligro concreto", según expresó.
Guillermo Morgans, de Seguridad Personal, quien trasladaba a Juncos adonde tuviera que ir, aseguró que la joven estaba "consternada y con miedo de que le pasara algo. Hablaba de una amenaza, de un tal René, en el Fonavi donde vivían antes".
Sobre el final de la jornada, volvió a declarar Rubén César, el sobrino de Pimpi, quien aseguró que su tío "insistió esa noche con ir al bar Ezeiza, porque conocía a Tato Gutiérrez ?que estuvo detenido poco tiempo por el caso y luego fue excarcelado??. Iba casi todas las noches ahí".
Durante varios momentos de la jornada, la defensa se quejó porque la Fiscalía pedía que los testigos leyeran sus declaraciones durante la etapa de instrucción, para poder referir los mismos detalles; pero el juez aclaró que "se analizará la veracidad de las declaraciones".

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