martes, 19 de julio de 2016

Entrevista a Jorge Asís "Lo mejor que le puede pasar a Macri es que no miremos mucho su gobierno"

El escritor y periodista afirma que el mayor mérito de la actual gestión es “el efecto comparativo con la anterior”.

Foto: Mauricio Garín
Gabriel Rossini

grossini@ellitoral.com
Jorge Asís disertó en la ciudad invitado por el Casino Santa Fe donde dijo, entre otras cosas, que “lo mejor que tiene el gobierno de Macri es que son depositarios de las expectativas de mucha gente”, que “los macristas se sienten mejor con los peronistas que con los radicales” y que María Eugenia Vidal es el mejor cuadro peronista que hay en el país, entre otras.
—¿Cuál su opinión sobre el gobierno de Macri?
—Es doloroso y hasta patético decir que el máximo atributo que se le encuentra a este gobierno es simplemente que es mejor que el anterior. Por más improvisación, chambonadas, por más que den la sensación de que están haciendo un Estado, en Argentina, y esto no es nuevo, al presidente que llega le lleva un tiempo conocer el paño. Hay una sensación de gobierno de pasantía, de tipos que dicen “a prueba y error”, “estamos aprendiendo”. Eso es lo peor que pueden decir de su gobierno. Porque yo a vos te voto, te pongo ahí para que gobiernes no para que aprendas a gobernar.
—Argentina es un país que se gobierna con “palo y zanahoria”, donde la figura del presidente debe ser fuerte porque de lo contrario se corren muchos riesgos.
—Había dos cosas por resolver que hicieron muy bien y con habilidad, pero que tampoco eran tan graves. Los holdouts querían arreglar y si estás dispuesto a pagar, a humillarlos a billetazos, es más fácil. Y la salida del cepo fue buena. Lo mejor que tienen es que son depositarios de las expectativas de mucha gente. Acá lo que se produjo políticamente y cuesta entender es el desplazamiento de Macri de hacer un frente con los peronistas a hacer uno con los radicales, consciente del hastío y el cansancio de la gente por las barbaridades que hizo a último momento el kirchnerismo. Y hoy es un problema para Macri -que yo nombro como cabeza del “tercer gobierno radical”, que puede tener un dejo de ironía pero no es chicana- porque ese desplazamiento hace que los radicales estén disconformes con su gobierno, que está colmado de peronistas que estaban desde antes con Macri.
—Un problema de convivencia.
—Los macristas se sienten más cómodos con los peronistas que con los radicales. Y ahí hay un problema porque el que está con vos se siente disconforme y sabe que los tipos del PRO dicen “con los radicales no se puede, cada vez que me piden una audiencia vienen con 15 currículum y quieren cargos”, como que los descalifican, y en el radicalismo hay un germen de rebelión de ir solos. Pero acá hay otra cuestión ¿Cómo se hace el macrismo? Con la derecha que se fascinó con Menem y que los hizo acercarse al peronismo, la derecha de la Ucedé, la derecha que jamás construyó un sistema capitalista, ni siquiera con los militares.
—Hay un factor al que usted se refirió y que no me acuerdo se haya dado en un gobierno democrático, al menos desde 1983 hasta ahora y es que mientras empeora la valoración sobre la gestión de Macri, se mantienen las expectativas de que va a sacar el país adelante.
—Porque la gente tiene una repulsión a volver a lo que ya fracasó. El máximo mérito de este gobierno es el efecto desastrosamente comparativo con el anterior, en gran parte está sostenido por ese efecto comparativo. La gente puede decir “son pavos, pero esto es mejor que lo que pasó”. El descalabro del kirchnerismo, los escándalos, la obscenidad del epílogo catastrófico, sin la menor dignidad, abrupto. Hay mil maneras de explicarlo pero, es curioso, interesa más la caída del kirchnerismo que se extingue inexorablemente que la emergencia del macrismo. Y esto es muy cómodo para Macri porque lo mejor que le puede pasar es que no miremos mucho su gobierno.
—Pero eso es finito, tiene un límite temporal. Usted lo escribe “en agosto vuelve la política”.
—Creo que la política viene después del receso de invierno.
—Hay otra cosa que estamos percibiendo que es un incipiente hastío. Se está generando un clima de “que se vayan todos”. ¿Percibe usted eso?
—No todavía. El gobierno de Macri por el desconocimiento de lo que es una acción presidencial se parece mucho al inicial gobierno de Kirchner. Yo equiparo el papelón de las cuentas del gas con el de las promesas de inversión china, que mostraba un desconocimiento del funcionamiento del mundo elemental. Menos mal que Argentina no está en guerra ni tenemos problemas limítrofes. No te pido que me resuelvas pronto como estadista una guerra ni 14 conflictos limítrofes como los que tuvo Menem que resolver con Chile. Pero por lo menos, la cuenta del gas la tenés que cobrar. Si das como concesión un aumento del 400 por ciento decís “estos muchachos no tienen la menor calle”.
—Bueno, da la impresión de que los funcionarios del gobierno razonan como si todos ganaran 80 mil pesos por mes.
—Hay algo de eso. Aparte los Ceos no pagan la quincena, conducen. A la quincena la pagan los tanos que tienen su tallercito, esos son los que saben de riesgos. Los Ceos piensan en el bono de fin de año, no sacan de la suya.
—Usted dice que después del receso vuelve la política. ¿Cómo ve el segundo semestre que en el relato del gobierno iba a ser el de la lluvia de las inversiones y la recuperación económica?
—La única plata que va a entrar es la del campo. Volvemos a la Argentina dependiente de la agricultura. Según mi información, los únicos que pueden poner un poco de plata son los chinos. No van a traer inversiones como cree Macri los europeos porque Europa está muy mal, se mira el ombligo y EE.UU. menos. Acá la única plata que puede venir es de los países asiáticos y principalmente China.
—¿Y en el tema político?
—Hay que aceptar que a partir de agosto se está en campaña electoral. El gobierno nacional tiene un problema en Santa Fe porque no tiene un candidato competitivo como tampoco lo tiene en Córdoba ni en Buenos Aires. Usted sabe cómo es esto, si perdés la primera elección de mediano término hay una sensación justa o injusta de que fuiste. Tiene la suerte de tener enfrente un peronismo invertebrado, pero el peronismo en cualquier momento ante la posibilidad de recuperar el poder se vertebra. Creo que hay dos corrientes: el macrismo que absorbe el radicalismo y el kirchnerismo que en su caída arrastra al peronismo. En realidad el bipartidismo continúa: se es filo radical o filo peronista. Salvo que, como dicen Durán Barba o Marcos Peña, estemos en los gérmenes de la nueva política, cosa que es un disparate.
—Se tiene la sensación de que el gobierno nacional es básicamente comunicación.
—Mala comunicación.
—En una de sus últimas notas usted escribe que Macri sólo va estar 4 años y no 8. ¿Eso es malo o bueno? Porque en la Argentina tener fecha de vencimiento es muy peligroso.
—Se le puede adelantar el pato rengo. Pero en realidad Macri no está para 8 años. Se sabe que ahora Macri está mirando como su sucesor a Marcos Peña. El mejor cuadro que tienen es María Eugenia Vidal que tiene una valoración superior a la calidad de su gobierno. Y Rodríguez Larreta, que despacha el maxikiosco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tal vez no corresponde que lo diga, también está enfermito.
—¿Ve un candidato en el peronismo con proyección para 2019?
—Hoy el que aparentemente está más valorado es Sergio Massa. Como lo escribí y se lo dije personalmente tiene dos alternativas. O repite el ejemplo de Menem o repite el ejemplo de Ruckauf. Una mala movida te termina. El está en esa ancha avenida del medio pero con identidad peronista. Y con la necesidad de estar siempre en el candelero, cosa muy difícil de lograr desde una diputación. Hoy la interna peronista va a darse mayormente en la interna para senador de la provincia de Buenos Aires donde lo que le conviene al macrismo es tener a la doctora viva o convaleciente entre imputaciones, procesamientos, indagatorias. Massa si quiere jugar va a tener que salir a hacerlo ahi y eso no se equipara con ponerla a Stolbizer Por otro lado, la doctora no creo que se entregue mientras cabalga sobre el fracaso eventual del gobierno. Fuera de Buenos Aires lo tenés a Urtubey que tiene una buena imagen pero para hacer política la tenés que tener en Rosario, en Santa Fe, en Mendoza, Córdoba. Y otro tipo que me parece que podría ocupar hoy el lugar que tuvo Cafiero en los 80 si se asume y toma conciencia de su rol histórico es José Manuel de la Sota que es un político muy respetado en el peronismo pero no votado.
—En Buenos Aires hay varios que se anotan
—A Scioli me parece que lo dan precipitadamente por muerto. Está Randazzo que tiene una vocación por el tiempismo, de cuando es oportuno o no hablar. Y en la Argentina nunca es oportuno hablar. Y después tenes los “dadores voluntarios de gobernabilidad” que en el peronismo son tres: Massa, Urtubey y el más importante que es Pichetto, que es el que verdaderamente hoy gobierna junto con Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, que son los dos únicos exponentes activos que instrumentan la política de este gobierno. Y otro gran ideólogo que no puede aparecer es Carlos Grosso. Y después tenes gente más o menos importante.
—¿Qué piensa de María Eugenia Vidal?
—Que es el mejor cuadro político peronista que tenés en la Argentina. Se enojan cuando lo digo pero tiene una típica formación peronista.

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