miércoles, 25 de mayo de 2016

Sta Fe Las escuchas de un juez comprometido

“Groso error si te querés poner a investigar al jefe de la policía”, dijo el juez Osvaldo Carlos de Rafaela en un audio al que accedió Sin Mordaza. El diálogo es entre el juez y un sub comisario que denunciaba a un policía por llevar menores a mirar pornografía adentro de una comisaría en Estación Clucellas.


Sin Mordaza TV accedió a una grabación de la conversación entre el Juez de Instrucción Penal de Rafaela Osvaldo Carlos y un subcomisario que se presentó en su despacho para reclamar por una denuncia contra un policía que habría llevado menores a mirar pornografía en una comisaría de Estación Clucellas. El hecho fue denunciado ante Asuntos Internos, el Jefe de la Unidad Regional de Rafaela Daniel Alcaraz y la Fiscalía. Ante la inacción de los mencionados su sorpresa fue mayor cuando escuchó al magistrado intentando convencerlo de no investigar al jefe policial.
En el audio se puede escuchar al juez Osvaldo Carlos brindando “consejos” al marido de la denunciante sobre cómo se procede en estos casos:
“Lo que yo te digo a vos es que te tranquilices. Te voy a dar un consejo de comedido ¿Qué le pasa al comedido? ¿Vos sabés el dicho? El comedido siempre queda para la mierda por hacer gauchadas y después decís: qué me tengo que meter. Por eso te digo, esta gente no es fija, no te quiero atemorizar ni soy protector de nadie. Mirá, si yo creo que hay algo que me caracteriza a mí, siempre, en toda mi carrera, cualquiera que tiene causas por apremios me chupa un huevo”.
“Yo no tengo ninguna animosidad ni a favor ni en contra de los policías pero cuando los policías laburan mal, y a veces laburan muy mal y encubren muy mal, yo la verdad tuve problemas. Tengo cualquier cantidad de causas de apremios que estaban en Instrucción y que estaban con una pata arriba y yo moví todas”, explicó el juez.

Es injusto lo que te pasa
“Yo lo que a vos –al marido de la denunciante- te digo es que no te enloquezcas porque te veo pasado de vueltas, porque yo sé que en realidad es injusto lo que ha pasado con vos pero yo voy a hacer lo que tenga que hacer y no te quepan dudas, lo voy a anoticiar al fiscal y vamos a trabajar juntos. Sabés hasta qué dije: qué causa al pedo, qué causa al pedo porque no tengo posibilidad de probar el motivo de la denuncia que es habérsela exhibido (a la pornografía) a un menor”.
“Investigalo vos, decime cómo, yo hago lo que vos quieras pero llevame a la dirección a comprobar que ese material le fue exhibido al pibe. Dale, yo voy atrás tuyo ¿Cómo hacemos? Explícame el verdadero motivo, cómo pruebo el objeto de la investigación. El objeto de la investigación es demostrar que ese material fue exhibido a un menor porque si yo tengo material y lo miro ¿Y? no jodo a nadie, es más en la medida en que no trascienda…”
“Administrativamente (como responsable de un delito) puedo tener un problema, me pueden sancionar, un día de suspensión, un apercibimiento, un tirón de oreja, un tirón de huevo, lo que sea, pero administrativamente. Delito es si puede ser que yo me dedicara a exhibírselo a menores, perfecto, terrible, a ver dónde está el nene, qué dice el nene, qué dicen los padres del nene. No denunciaron los padres del nene, ¿no están anoticiados los padres del nene? En esa investigación, necesariamente tienen que declarar las víctimas con el consentimiento de los padres o lo que sea ¿Qué edad tiene el pibe?”, pregunta el juez.

El juez golpeador de testigos
En un momento de la charla, el juez pregunta por qué ella (la madre de los menores) no inicia la denuncia, “porque le tienen miedo (al policía Palacios), porque saben la clase de persona que es”, contesta el subcomisario.
“Perfecto, estoy totalmente de acuerdo… Yo qué tendría que hacer, yo necesito la declaración sí o sí. Traela acá y yo le digo, mira vos vas a declarar acá, la sopapeo y le digo vos vas a declarar, ¿cómo harías vos? Hacemela declarar, convéncela… querés que yo la cite a la mujer”, manifiesta claramente el magistrado.
Pornografía en las oficinas públicas
“Ahora, yo qué tengo acá, yo tengo pornografía ¿Adónde? En una computadora y yo te digo ¿Y? ¿qué hay con eso? Yo te hago otra pregunta ¿Quién no tiene una mina en bolas y un tipo culeando en una computadora? Todo el mundo tiene, pero quién no tiene en una oficina pública? Todos se pasan whatsapp”, dijo el juez Carlos.

No investigar al jefe
“Groso error si te querés poner a investigar al jefe de la policía, vos escúchame lo que yo te digo, me interrumpís y te vas: Groso error si te pones a investigar al jefe de la policía, primero y principal porque vos no tenés la facultad, el poder, la investidura ni te habilita el código pero vos sos, por ende, un ciudadano que tiene derecho a denunciarlo porque vos viste que fulano cometió un delito, eso no te lo saca nadie, porque ese es tu derecho. Tu derecho no es impulsar la investigación. Quedate tranquilo, vos fumá, para eso está el fiscal. Vos caele al fiscal todos los días, pateale la puerta y explícaselo mil veces pero el que lo va a hacer es el fiscal, al fiscal convencelo, a mí no me podes convencer porque vos lo que estás diciendo, yo ya lo sé y no me caben dudas de que me estás diciendo la verdad. Ahora, quién le da matraca al tema: un fiscal hermano, no hay otra”, finaliza.

El hecho
Fany Yedro, domiciliada en Estación Clucellas, departamento Castellanos, cumplía funciones en la Sub Comisaría de dicha localidad, y cuenta que: “Sucedió que por una vecina del pueblo nos enteramos con mi esposo de que un policía de la misma dependencia de nombre Daniel Palacios se dedicaba a seguir a menores de edad y además en la computadora de la comisaría les mostraba a algunos chicos páginas de pornografía. La vecina me pidió que por miedo a que tomen represalias reserve su identidad. La única forma de corroborar si Palacios hacía algo de lo que esa vecina decía era revisar el historial de páginas abiertas en internet en la computadora de la dependencia (lo que hice en fecha 25-03-2013) y me encontré que cada vez que Palacios estaba de guardia eran innumerables la cantidad de páginas pornográficas visitadas, y sobre todo siempre buscando la participación en esos sitios de menores de edad”.
“El jefe policial Alcaraz no tomó ninguna medida contra Palacios, por el contrario lo que hizo fue tomar represalias contra nosotros (mi esposo y yo), empezando por tramitar para mi marido el traslado a otro departamento de la provincia. Entonces decidimos con mi esposo realizar las denuncias correspondientes en Asuntos Internos de la policía provincial”, continúa relatando Yedro.
“Al ver la actitud tomada por Alcaraz -a quien no le importó absolutamente nada lo ocurrido sino, por lo contrario, le molestó que como mujer y empleada policial le advirtiera que Palacios era un enfermo pedófilo caí en una depresión muy grave, que todavía hoy me afecta y me exige tratamiento psicológico, y me vi obligada a presentar carpeta médica psicológica porque realmente no puedo comprender como el Jefe Policial optó por proteger a un violador serial y pisotear mi condición de mujer y denunciante. La razón de irme del ámbito laboral fue que no podía seguir trabajando a la par de un abusador sexual. Ese delincuente Palacios siguió en la misma dependencia durante un año más, hasta que en abril del 2014 fue detenido por una de las tantas denuncias de abusos sexuales a menores que tenía encima, y condenado luego por una de esas denuncias a la pena de nueve años. Mientras Alcaraz escupía sobre mi condición de mujer, dejando a Palacios todo ese año para que se paseara todos los días tomándome el pelo en cualquier lugar del pueblo que me encontraba, yo me la pasaba recorriendo consultorios médicos y tomando pastillas para poder dormir, porque sino me pasaba las noches llorando, llegando incluso a pensar que tenía que morir porque para este mundo no valgo nada. No entendía cómo fue posible que llegara a esta situación, porque sabía que mi intención fue hacer el bien”, expresa la policía Yedro.
Fuente: SM

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