Un equipo de universitarios creó pequeñas unidades tubulares donde pueden cultivarse desde tomates hasta pimientos. E hicieron una plataforma virtual para compraventa e intercambio de verduras.
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Foto:Gentileza Prensa UNL
Interdisciplinario. Los integrantes del equipo premiado provienen de distintas carreras de la UNL y la UTN Santa Fe.
Luciano Andreychuk
La inventiva académica no tiene límites, y Santa Fe es un semillero de ideas novedosas. Un grupo interdisciplinario de estudiantes universitarios avanzados denominado CoopEco diseñó un sistema que permite cultivar pequeñas huertas en departamentos, de ésos que abundan en las grandes urbes, donde los edificios se levantan día a día como hongos.
El diseño fue premiado en el último Rally Latinoamericano de Innovación -categoría Innovación- realizado en la UTN Santa Fe. Y consiste en el llamado Kit Hidro-huerta: se trata de unidades tubulares de unos 10 cm de diámetro, donde se podrían cultivar mediante el sistema hidropónico lechuga, tomates, pimientos y otras verduras. No llevan tierra y se podrían colocar en un balcón, una cocina u otro espacio doméstico. Es sólo una idea, pero quizás podría convertirse en un microemprendimiento.
“Tomamos el sistema de cultivo hidropónico, que no es nada nuevo pero había que darle una innovación. Y ahí empezamos a inventar”, contó a El Litoral Cristian Sattler, alumno avanzado de arquitectura (Fadu/UNL) e integrante del equipo.
Cómo funciona
Los jóvenes diseñaron una unidad autónoma que se puede acoplar y crecer, para cultivar verduras. “La unidad es vertical, como un desagüe de agua, de unos 10 cm de diámetro, que se puede poner en un balcón o en una cocina. Se pueden acoplar otras cuatro o cinco unidades para cultivar más verduras, una al lado de la otra”, explicó el joven.
El kit hidropónico funciona con una bomba de aire que recircula el agua, llevándola de arriba hacia abajo. No lleva tierra, sino un gel especial. Ese gel contiene una solución acuosa enriquecida en nutrientes que circula por todas las unidades, alimentando las plantas y teniendo las raíces.
Es monitoreado por un sistema inteligente denominado fuzzy logic, que establece un control en base a los cultivos comunes.
“Esto permite que el kit sea autónomo: te vas de tu casa y el cultivo sigue solo su proceso”, agregó Sattler.
El producto es de fácil instalación y funciona como parasol vertical en balcones y ventanas, protegiendo del ingreso de luz directa al ambiente. O también, mediante la incorporación de luz artificial, puede instalarse en ambientes cerrados como una cocina. Fomenta un estilo de vida más “verde” y saludable: es limpio, autónomo y no usa agroquímicos.
Plataforma web
Pero la innovación más importante del equipo fue una plataforma web para quienes compren el producto, o para productores interesados que quieran sumarse a una comunidad virtual. Así se facilita el intercambio de todos los interesados en esta forma de cultivo.
“Esa plataforma permite que alguien puede producir, mostrar su oferta y luego venderlo o intercambiarlo, en una suerte de trueque. Hay un mapa de la ciudad, con puntos de venta e intercambio”, añadió Sattler. Y para quienes comercialicen sus cultivos, se suman monedas virtuales (créditos o puntos). “Entonces, alguien se queda sin cultivos, pero puede intercambiarlos mediante las monedas virtuales acumuladas a otro productor”.
Por ahora, es sólo una idea desarrollada, pero podría convertirse en un emprendimiento. “Es difícil lanzarse a una iniciativa emprendedora, se necesita financiamiento, estructura, etc. Pero no se descarta la posibilidad de armar algo”, concluyó el joven.
El equipo
Los integrantes CoopEco, el equipo premiado en el Rally, fueron Cristian Sattler, Julián Asención y Eduardo Ambroggio (arquitectura, Fadu/UNL); Lucrecia Gianello (licenciatura en economía, FCE-UNL), Leandro Ferrado y Andrés Estepa (ingeniería en informática, Fich-UNL), Valentina Gerlach (ingeniería en alimentos, FIQ-UNL) y David Campo (ingeniería en sistemas de información, FRSF-UTN).
El Rally
En el Rally de Innovación, había 10 problemas de los cuales cada equipo participante debía elegir uno, en una maratónica jornada de 28 horas. Los jóvenes de CoopEco escogieron la consigna de diseñar una huerta para espacios reducidos en contextos urbanos como balcones, terrazas, etc.
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