La culpa no es del chancho: "Los barras comen asado en el club"

Tras el ataque de la barrabrava de Deportivo Español a sus jugadores, el presidente admitió que "tiene trato" con ellos y que "quien dice que no los conoce es un hipócrita".

El presidente de Deportivo Español reconoció este martes que tiene "trato" con la barrabrava de la institución luego de que 20 integrantes de la misma agredieran a cuatro futbolistas. "Los barras comen asado en el club, tengo trato con ellos. Quien dice que no los conoce es un hipócrita y mentiroso", reconoció Daniel Calzón.

En declaraciones formuladas a TyC Sports, el directivo afirmó que "vamos a extremar las medidas de seguridad para el plantel", al tiempo que graficó que los violentos "acá no tienen negocios de tanta magnitud". "En este país los delincuentes tienen más derechos que la gente normal.

Los justicieros terminan como (Javier, el expresidente de Independiente) Cantero", manifestó. Cerca de 20 barrabravas de Deportivo Español agredieron este lunes a cuatro jugadores del primer equipo tras el empate 1 a 1 ante Fénix, en la cancha de la UAI Urquiza, por la 38va fecha del torneo de la Primera B Metropolitana.

El micro que trasladaba a los jugadores llegó al club ubicado en el Bajo Flores tras el partido, para poder retirar los automóviles de algunos de ellos. Sin embargo, en determinado momento los jugadores observaron a los integrantes de la barrabrava del club, y prefirieron no ingresar a las instalaciones, pero los dirigentes que estaban con ellos les dijeron que "estaba todo bien".

Cuando los jugadores ingresaron al predio los barras los increparon, insultaron y los agredieron físicamente, siendo el más castigado el defensor Favio Segovia, el marcador de punta Santiago López y los mediocampistas Ramiro Fergonzi e Ignacio Anívole. Segovia, quien radicó la denuncia en la comisaría de la zona, recibió golpes en el cuerpo, en un ojo y en la boca.

Fergonzi admitió la violenta escena que debieron soportar y dijo que "cuando se retiraban (los violentos) nos dijeron que en la próxima, el tiro iba a ser en las rodillas". "Esto es algo que da miedo porque no sabés cómo puede terminar", agregó el jugador que admitió que mientras jugó en Colegiales "también me pasó lo mismo", dijo.