Amnistía Internacional negó haberle ofrecido un abogado a la testigo del caso Nisman

Mariela Belski, directora ejecutiva de la ONG, cree que alguien usó el nombre de la organización sin autorización. Natalia Fernández había recibido un llamado para ofrecer los servicios de Burlando.

Infobae | 

 Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional, negó que la organización que dirige le haya ofrecido ayuda a la joven Natalia Fernández, testigo en el procedimiento en la casa del fiscal Alberto Nisman el día de su muerte. Fernández había asegurado que alguien que decía pertenecer a AI le sugirió la asistencia legal del mediático abogado Fernando Burlando, defensor del líder de Quebracho, Fernando Esteche.

 

"Nadie en la organización le ofreció ayuda a esta persona. Lo que estamos pensando es que alguien está usando el nombre de Amnistía y a título personal le ofreció ayuda. Estamos tratando de averiguar, no tenemos información, pero institucionalmente, esto no es cierto", dijo Belski en diálogo con el canal de noticias TN.

 

Más temprano, Natalia Fernández había asegurado en una entrevista con Radio Mitre que una persona que dijo pertenecer a Amnistía Internacional le "ofreció a Fernando Burlando". "Se juega mucho con mi ignorancia del tema también. Yo dije que no necesitaba nada. Aparecieron en mi trabajo. Me mostraron una credencial amarilla, esto fue como una semana y media después, me dijeron que me ofrecían protección pero que yo le tenía que dar todos los detalles de lo que había pasado", explicó la joven.

 

Belski aclaró que, además de no contar con "credencial amarilla", "Amnistía es una organización de campaña, no es una organización que litigue. Litigamos muy excepcionalmente, en casos relacionados únicamente con violaciones a los derechos humanos, derechos económicos, culturales y sociales. En la historia de AI hay muy poco litigio" y agregó que "no es política de AI recomendar abogados".

 

En un comunicado oficial, Amnistía Internacional reiteró la desmentida y sostuvo que la ONG "es un movimiento global de más de 7 millones de simpatizantes, miembros y activistas en más de 150 países y territorios que hacen campaña para poner fin a los graves abusos que se cometen contra los derechos humanos. No es política de la organización , ni su modalidad de trabajo proporcionar servicios jurídicos ni propios ni de terceros".

"En el caso que una persona haya ofrecido servicios en nombre de nuestra institución, lo ha hecho sin autorización de Amnistía Internacional y nos reservamos en su caso las acciones correspondientes", concluye.