Las víctimas son un médico y una funcionaria del Poder Judicial. Ladrones ingresaron a su vivienda de Cruz Roja 1700. Les llevaron dinero, alhajas, ropas y elementos de informática.
El Litoral |
Anoche Alberto festejaba sus 40 años cuando su esposa, Alina, se retiró un momento hasta el domicilio de ambos con la intención de buscar un medicamento. Sin pensarlo, el rutinario trámite la puso de cara al horror.
Una primera señal le advirtió que algo anormal había ocurrido en su vivienda de calle Cruz Roja al 1700: las luces de la casa estaban prendidas.
Y ni bien llegó hasta la planta alta confirmó todo lo malo. Los cuartos estaban en completo desorden, todo revuelto y “patas para arriba”.
Presa del terror la mujer volvió sobre sus pasos y llegó hasta la fiesta donde, como pudo, informó de la ingrata novedad a su marido.
El infortunio dejó en ellos claras consecuencias.
Por ejemplo prefieren no dar a conocer por completo sus identidades, como una manera de preservar a los suyos.
No obstante apuntaron que Alberto es médico y que Alina es funcionaria del Poder Judicial donde se desempeña como secretaria de un juzgado correccional.
Relato directo
Esta mañana, los esposos accedieron a dialogar con este diario donde narraron detalles de lo acontecido.
“Anoche teníamos programada la fiesta de cumpleaños de Alberto en una confitería del centro. Salimos de acá cerca de las 22.
Pasada la medianoche regresé a casa para buscar un medicamento y me encontré con que las luces estaban prendidas y la puerta abierta. Cuando voy a la planta alta veo que está todo revuelto y en completo desorden. Me volví a la fiesta para buscarlo a él y después nos fuimos hasta la seccional 1ra.
Respecto de la manera en que ingresaron al inmueble, Alberto explicó que “entraron por el garaje. Violentaron la cerradura y rompieron parte del marco. Nos llevaron dinero; dos computadoras, alhajas, en fin...
“Esta zona está de terror”, agregó. “Hace poco robaron en un negocio de aquí al lado. Mi hermana quedó atrapada cuando asaltaron un supermercado. Frente a la puerta de casa encañonaron a una chica y le robaron.
Nos vamos
El golpe caló hondo en el ánimo de la familia.
“En lo inmediato nos vamos a ir de esta casa. Y luego contemplamos la posibilidad de irnos a vivir a otra ciudad. Ya no se puede más padecer así”, dijo Alberto.
No queremos más pasar por algo tan terrible. Este disgusto, esta sensación de impotencia. Saber que estuvieron en nuestra casa, revisando nuestras cosas, se llevaron las notebooks donde están las fotos de la familia, toda la intimidad, en fin... es una invasión muy grande.
Esto va a empeorar
Más adelante apuntaron que “esto no se va a revertir. Al contrario, va a empeorar. Veníamos observando golpes delictivos que pasaban muy cerca nuestro y entonces pensábamos ‘¿cuándo me va a tocar a mí? Y bueno..., nos tocó. Entonces ahora qué queda pensar. ¿Cuándo me va a volver a pasar?
El país está mal. Hay una realidad social que genera todo estos hechos. No tenemos una policía que frene esto. Tampoco un sistema judicial ni leyes que lo frenen. Al contrario, todo juega a favor de los delincuentes. Entonces vivimos con miedo. Y no se puede vivir así. El miedo hace que nos aislemos unos con otros.
Entonces la reacción primaria que uno tiene es irse.No hay alternativas. La dirigencia no nos da respuestas. Y va a pasar algo peor... de eso no tengo dudas”, sentenció.
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