Un grupo de mujeres se reúne periódicamente para compartir conocimientos de pueblos antiguos y ceremonias de la madre tierra. Ahora, preparan un viaje espiritual que las llevará a recorrer Sudamérica.
En medio de la dinámica que propone la vida actual, donde las mujeres han ido ganando cada vez más espacios sociales y laborales, pero sin poder renegar del todo de los roles domésticos culturalmente asignados, el encuentro entre pares para poder compartir la esencia de la femineidad que cultivaban sus antepasados en épocas ancestrales se fue volviendo una necesidad para un grupo de paranaenses.
Zulma Moreyra fue una de las gestoras de este tipo de encuentros, hace 12 años. Con una vasta trayectoria como tarotista, sacerdotisa de la luna y temazcalera, lectora de registros Akáshicos, gemoterapeuta, sahumadora, herbóloga, profesora en respiración ovárica, masajista chamánica, guía de círculos, especialista en espiritualidad femenina, entre otras disciplinas, fue proponiendo un espacio que ganó adeptas entre las féminas de la región, y venciendo resistencias de los hombres compañeros de vida de esas mujeres que se animaron a participar en distintos círculos con el objetivo de encontrarse con ellas mismas y con sus semejantes para sentirse mejor.
Facilita talleres de sanación femenina, donde enseña a capitalizar la energía de los ciclos de la mujer, utilizando el arte como medio de expresión. En la búsqueda del desarrollo de la espiritualidad femenina, Zulma genera y forma parte de círculos de mujeres, donde se celebra lo sagrado femenino.
“Hace 12 años que comencé a hacer distintos círculos en Paraná, de diversas temáticas, como enseñanza de tarot, círculos herbales, también otros que tienen que ver con los ciclos de la mujer y el sangrado menstrual, otro para reconectar con nuestras raíces, que es el círculo de brujas. En general, son círculos de empoderamiento femenino, donde la mujer comienza a reconocerse, a verse, a sacar ese saber que lleva en su interior, a rescatarlo y también a aprender cómo aplicarlo en lo cotidiano, ya que esto debe servirles para su vida diaria”; contó a Ser Un@.
Cuando se habla de empoderamiento femenino, se hace referencia a un proceso interior que cada mujer desarrolla para lograr el autocontrol a través de la toma de conciencia, a partir de una conexión con su feminidad y un trabajo sobre las cuatro dimensiones que componen al ser humano: mental, emocional, física y espiritual.
Esto les permite sentirse más seguras al momento de tomar decisiones, ya que van logrando el autoconocimiento y esto le permite tomar decisiones.
Con respecto a los resultados que se consiguen participando en este tipo de encuentros, Zulma aseguró: “Se produce algo mágico. Hay mujeres que principalmente han logrado encontrar la forma de sentirse bien y orgullosas de sí mismas. Algunas de ellas pudieron, a partir de este empoderamiento, encontrar el trabajo de sus vidas, armar un emprendimiento o conectarse con el amor propio y a la vez con el de pareja. Porque el no saber amarse, no saber respetarse y no saber reconocerse genera problemas de pareja; también hay muchas mujeres que lograron recomponer un vínculo amoroso con su madre o con otros miembros de su familia a través de estas instancias”.
En este marco, aseguró que los beneficios son múltiples, pero tienen que ver sobre todo con lograr acceder a una mejor calidad de vida. “En algunos casos consiguen sanarse físicamente al sanarse emocionalmente, ya que al poder apoderarse de un pensamiento positivo, se sienten más seguras de sí mismas y logran resolver algunas cuestiones físicas o mentales”, sostuvo.
Por otra parte, señaló que cuando se habla de “empoderamiento de las mujeres”, muchas veces aparece el temor del esposo, según comentó Zulma. “Actúan desde un prejuicio, sobre algo que no conocen. Generalmente, desde nuestra visión binaria, vemos el poder sobre el otro y los hombres piensan que su mujer se va a rebelar, que no va a querer hacer las cosas de la casa, que va a querer salir más seguido. Y en realidad cuando advierten que no se trata de eso, sino de un poder personal donde la mujer se siente mejor consigo misma y a partir de entonces mejora la comunicación, se genera una mayor empatía”, sostuvo.
Zulma Moreyra comentó por último que quienes participan de los talleres son mujeres de todas las edades. “Incluso hay círculos en los que hay niñas, que vienen con las madres, donde hablamos de diversos temas. Las mamás ya han participado antes y consideran que es bueno para sus hijas”.
Fuente: Suplemento Ser UN@ / seruno@unosantafe.com.ar
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