El plantel profesional rojiblanco lo hará en Casasol. El choque con Altético Tucumán irá el domingo a las 16. Madelón piensa en cambios para enfrentar a los tucumanos.
El Litoral |
Se jugaron diez partidos entre las dos zonas del ascenso en esta primera fecha. La mitad de los equipos logró ganar; la otra mitad dividió empates. De ese análisis macro, en el caso particular de Unión, debe preocupar que en su zona —la “B”— ya picaron en punta tres equipos (Huracán, Sportivo Belgrano y Atlético Tucumán) y que las dos únicas defensas de los 22 participantes que “se comieron” tres goles fueron los tatengues y Temperley.
En la campaña anterior, donde Madelón terminó la temporada con varios partidos sin poder ganar, había un argumento irreprochable para el entrenador: Leo no había armado ese equipo, aunque sí lo había intentado reforzar sin demasiada efectividad en el receso de verano.
Pero ahora, evidentemente, el análisis cambió, porque el que armó este equipo a su gusto es Madelón y jugó una cantidad respetable de amistosos preparatorios. El arranque no pudo ser peor: se jugó mal y se perdió, saliendo a flote un montón de dudas frente a Sportivo Belgrano en San Francisco.
Ahora, sin demasiado tiempo que perder, llegará el momento del debut de local este domingo a las 16 frente a Atlético Tucumán, que arrancó debutando con el pie derecho de la mano del experimentado Héctor “Chulo” Rivoira al ganarle 1-0 a Crucero del Norte.
Para muchos, fundamentalmente para quienes siguen desde siempre el ascenso en todas las canchas, el “Decano” tucumano está indicado como uno de los equipos que más y mejor se reforzó para volver a jugar en Primera División.
De todos modos, de cara a lo que viene el domingo, dependerá casi exclusivamente de lo que haga o deje de hacer Unión mucho más que de la calidad futbolística del rival de turno. Porque está claro que el equipo de Madelón debe mejorar su maquillaje para poder quedarse con los tres primeros puntos.
En un torneo rápido como es éste, con once equipos por zona a ida y vuelta donde los primeros cinco ascienden, está claro que el condimento inicial de cada hincha es la ansiedad, el apuro, los nervios. Si, para colmo de males, el primer paso es fallido como lo fue para Unión la excursión a tierras cordobesas, todo se potencia.
Hay una sola cosa que está clara, después del 1-3 ante el Verde: el único remedio de Unión —de cara al debut con los tucumanos de Atlético— se llama ganar. Sí o sí, como sea, pero ganar.
Por lo pronto, el entrenador decidió entrenar tanto hoy martes como mañana miércoles por la mañana, en Casasol y a puertas totalmente cerradas para todos (prensa, público en general, socios).
Como se sabe, todavía el “Memo” Fausto Montero no podrá ser utilizado e incluso muchas dudan que se recupere al ciento por ciento para el partido de la tercera fecha frente a Ramón Santamarina de Tandil.
Claro que, independientemente del cambio de nombres que pueda pensar Madelón, lo más importante que deberá modificar Unión después de las dudas del debut es su actitud.
Porque si se trata de buscar reemplazar, el equipo “hizo agua” en todas las líneas, con algunas pocas excepciones zafando del aplazo. Los jugadores arrancaron mal —seis caras nuevas— y el entrenador carga en la mochila la seguidilla sin alegrías del torneo anterior. Nunca es aconsejable, en el fútbol, acostumbrarse a no ganar.
Es por eso que en la búsqueda del diagnóstico futbolístico, el médico a cargo —Madelón— conoce el remedio antes que la enfermedad. Y el único remedio para este Unión se llama ganar.
En la campaña anterior, donde Madelón terminó la temporada con varios partidos sin poder ganar, había un argumento irreprochable para el entrenador: Leo no había armado ese equipo, aunque sí lo había intentado reforzar sin demasiada efectividad en el receso de verano.
Pero ahora, evidentemente, el análisis cambió, porque el que armó este equipo a su gusto es Madelón y jugó una cantidad respetable de amistosos preparatorios. El arranque no pudo ser peor: se jugó mal y se perdió, saliendo a flote un montón de dudas frente a Sportivo Belgrano en San Francisco.
Ahora, sin demasiado tiempo que perder, llegará el momento del debut de local este domingo a las 16 frente a Atlético Tucumán, que arrancó debutando con el pie derecho de la mano del experimentado Héctor “Chulo” Rivoira al ganarle 1-0 a Crucero del Norte.
Para muchos, fundamentalmente para quienes siguen desde siempre el ascenso en todas las canchas, el “Decano” tucumano está indicado como uno de los equipos que más y mejor se reforzó para volver a jugar en Primera División.
De todos modos, de cara a lo que viene el domingo, dependerá casi exclusivamente de lo que haga o deje de hacer Unión mucho más que de la calidad futbolística del rival de turno. Porque está claro que el equipo de Madelón debe mejorar su maquillaje para poder quedarse con los tres primeros puntos.
En un torneo rápido como es éste, con once equipos por zona a ida y vuelta donde los primeros cinco ascienden, está claro que el condimento inicial de cada hincha es la ansiedad, el apuro, los nervios. Si, para colmo de males, el primer paso es fallido como lo fue para Unión la excursión a tierras cordobesas, todo se potencia.
Hay una sola cosa que está clara, después del 1-3 ante el Verde: el único remedio de Unión —de cara al debut con los tucumanos de Atlético— se llama ganar. Sí o sí, como sea, pero ganar.
Por lo pronto, el entrenador decidió entrenar tanto hoy martes como mañana miércoles por la mañana, en Casasol y a puertas totalmente cerradas para todos (prensa, público en general, socios).
Como se sabe, todavía el “Memo” Fausto Montero no podrá ser utilizado e incluso muchas dudan que se recupere al ciento por ciento para el partido de la tercera fecha frente a Ramón Santamarina de Tandil.
Claro que, independientemente del cambio de nombres que pueda pensar Madelón, lo más importante que deberá modificar Unión después de las dudas del debut es su actitud.
Porque si se trata de buscar reemplazar, el equipo “hizo agua” en todas las líneas, con algunas pocas excepciones zafando del aplazo. Los jugadores arrancaron mal —seis caras nuevas— y el entrenador carga en la mochila la seguidilla sin alegrías del torneo anterior. Nunca es aconsejable, en el fútbol, acostumbrarse a no ganar.
Es por eso que en la búsqueda del diagnóstico futbolístico, el médico a cargo —Madelón— conoce el remedio antes que la enfermedad. Y el único remedio para este Unión se llama ganar.
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