miércoles, 2 de julio de 2014

“El inglés es una herramienta central para la comunicación”

La profesora Celina Cullen analiza la importancia del estudio de esa lengua extranjera, cuáles son las razones más habituales del fracaso en su aprendizaje y con qué estrategias se puede evitar.


María Celina Cullen es profesora de inglés y escribió un libro para poder aprender, de manera progresiva, esa lengua extranjera. La publicación aborda la práctica gramatical graduada con ejercicios diseñados especialmente para ayudar a los alumnos que tienen más dificultades para aprender el idioma. Y la idea de su autora fue compartir su experiencia y recursos.

En diálogo con Educación, Cullen se refirió a la importancia, las estrategias y los mitos en el aprendizaje del inglés. Y destacó que no hay una edad límite para decidir empezar o retomar el estudio.

Consultada sobre por qué es el inglés una de las materias que más alumnos deben rendir en las mesas de diciembre, marzo y julio, la profesora –que el viernes pasado presentó la reedición de New Exercises And More– dijo: “Hoy en día los chicos tienen muy poca rutina de estudio y el inglés se tiene que estudiar. Uno puede facilitar la comprensión, pero el alumno tiene que sentarse a estudiar”.

Y continuó: “Por el otro lado, considero que la idea del docente tiene que ser lograr que el idioma sea para la comunicación. Pero hoy los chicos no ven esa meta. Lo toman como una materia más que no les interesa ni les gusta. Por eso tenemos que lograr que se entienda que el inglés es una herramienta central para la comunicación”.

La educadora remarcó que hay que trabajar en que los jóvenes entiendan las posibilidades que se les abren cuando manejan esa lengua extranjera. “Hoy en día la globalización ha llegado a tal nivel que todo el mundo se comunica con el inglés. Es el idioma predominante en lo que es comunicación y desarrollo tecnológico. Es necesario como herramienta”.

En ese sentido, reconoció que la clase no es el único ámbito en el que se puede aprender la lengua extranjera y que es importante utilizar todas las herramientas que se ofrecen en distintos ámbitos, sobre todo el mundo cultural. “Hay alumnos que han aprendido y mejorado mucho escuchando películas en inglés”, ejemplificó.

Por lo tanto, señaló que los docentes deben estar atentos a esos intereses y utilizarlos a favor de la enseñanza. “Nosotros en Santa Fe todavía no tenemos la necesidad imperativa de usar el inglés en la calle. Si bien hay mucho turismo internacional, se concentra en Rosario o Buenos Aires. Pero ya va a llegar ese momento y tenemos que estar preparados. Somos los docentes los responsables de lograr que los alumnos usen las herramientas de comunicación como el inglés”.

De todas maneras, la profesora no se mostró a favor de forzar el estudio de la lengua extranjera sino que recomendó buscar las estrategias para lograr el gusto por el tema. “Tenemos que tratar de que todos los chicos aprendan algo de inglés. Hay que buscar que lo que les damos en la escuela les sirva. Si está como una materia debe exigirse como las demás. Pero hay que despertarles el interés y en la actualidad contamos con la ventaja de que ellos escuchan música y ven películas en inglés”, dijo.

Estrategias que ayudan

El trabajo de Cullen está organizado en dos libros, uno de gramática y otro de vocabulario. “Lo que lo hace distinto es que está diseñado para ayudar a los alumnos que tienen más dificultades en aprender el idioma. Una de las características que hace que el ejercicio sea accesible es la graduación, es decir, está ordenado de acuerdo a su dificultad”, detalló la educadora.

Y evaluó: “La persona que tiene dificultad se encuentra incómoda haciendo un ejercicio porque no entiende las palabras o la estructura. Entonces el libro lo ayuda graduando el ejercicio y hace que llegue al mismo lugar que otro alumno pero a un paso diferente”.

Consultada sobre cuáles son las dificultades más habituales que aparecen cuando se está estudiando inglés, la docente marcó que una de las cuestiones que aparece es la mala caligrafía del alumno en dificultades. “Entonces si el alumno copia lo que está en el pizarrón pero no lo hace bien o después no se entiende va a ser más difícil que pueda realizar la actividad. Por eso yo decidí darle al libro la característica de fotocopiable, así el docente puede entregar las copias a los alumnos y evitar ese paso”, comentó.

Por otro lado, señaló que otra dificultad que suele aparecer es la del vocabulario. Cuando se aprende una lengua extranjera aparecen muchas palabras nuevas por eso, según Cullen, una buena estrategia es limitar el vocabulario y utilizar las palabras “transparentes”, es decir, aquellas que son iguales o muy parecidas en castellano e inglés.

Por Victoria Rodríguez


Fuente: Diario UNO Santa Fe

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