El joven de 17 años dijo que la víctima lo provocó y se trenzaron en una pelea. La Jueza de Menores Susana Bilich tiene ahora 10 días hábiles para resolver su situación procesal. Mientras tanto, acumulan pruebas en torno al asesinato en la Escuela Drago.
.Diario UNO |
Darío, el adolescente de 17 años que se entregó el lunes, luego de permanecer más de tres días prófugo de la Justicia santafesina en una causa que lo investiga por asesinar a puñaladas a Joel Soto, de 16, un compañero de colegio, prestó declaración indagatoria ayer por la mañana, en el juzgado de Menores, a cargo de Susana Giordano de Bilich.
En la audiencia también estuvo presente el fiscal, Jorge Andrés y el defensor particular del adolescente, Héctor Tallarico. Y luego de casi dos horas de declaración, fue nuevamente trasladado a la División de Asuntos Juveniles, donde está detenido. El adolescente dijo que él intentó defenderse del ataque de Joel y que recién entonces lo apuñaló.
La jueza Bilich sostuvo ayer que aún restan varias pruebas por realizar. Entre ellas, esperan recibir declaraciones de testigos del incidentes y también de personas que conocieron la relación que mantenían víctima y victimario. A partir del momento de la indagatoria, la magistrada cuenta con 10 días hábiles para resolver la situación procesal del muchacho. El caso ocurrió el jueves pasado, en la vereda de la escuela, ubicada sobre la avenida General Paz al 5300, cuando en un violento altercado entre compañeros de clases terminó con uno de ellos apuñalado de muerte.
El crimen de Joel Soto se produjo cerca de las 21, en la puerta del colegio Drago, donde funcionan dos instituciones más: el jardín de infantes Lola Uranga y la escuela nocturna Hipólito Yrigoyen, en barrio Sargento Cabral. La escuela nocturna tiene 70 alumnos. Es la única escuela para adultos con comedor escolar y recibe a gente de toda la ciudad. La víctima recibió un cuchillazo en el abdomen y murió antes de que pudiera ser atendido en el hospital José María Cullen, hasta donde había sido trasladado.
La pesquisa
Aquel día, el fiscal regional de Santa Fe, Ricardo Fessia, declaró que se trató de “una disputa interpersonal”. Según la pesquisa, todo comenzó dentro de la escuela nocturna, cuando Soto y su compañero comenzaron a discutir por cuestiones ajenas al colegio. Según el fiscal, tras la discusión, los chicos salieron corriendo de la escuela, las maestras y sus compañeros los llamaron a los gritos, pero a dos o tres metros de la salida se produjo el enfrentamiento. “Uno le asestó una puñalada al otro, cuando llegó al hospital ya no tenía signos vitales. Los dos estaban armados con cuchillos”, afirmó Fessia, quien sostuvo que “los chicos vienen de un barrio complicado”.
Aquel día, el fiscal regional de Santa Fe, Ricardo Fessia, declaró que se trató de “una disputa interpersonal”. Según la pesquisa, todo comenzó dentro de la escuela nocturna, cuando Soto y su compañero comenzaron a discutir por cuestiones ajenas al colegio. Según el fiscal, tras la discusión, los chicos salieron corriendo de la escuela, las maestras y sus compañeros los llamaron a los gritos, pero a dos o tres metros de la salida se produjo el enfrentamiento. “Uno le asestó una puñalada al otro, cuando llegó al hospital ya no tenía signos vitales. Los dos estaban armados con cuchillos”, afirmó Fessia, quien sostuvo que “los chicos vienen de un barrio complicado”.
Tras el crimen, la vereda quedó con manchas de sangre y se hallaron dos cuchillos que habrían sido usados por los alumnos en la pelea.
Según el fiscal, “la maestra comentó que los chicos estaban un poco «sacados», bajo el influjo de algo, y algunos dicen que hubo una disputa sentimental”, pero esto todavía no pudo ser probado. Seguidamente, señaló que “el joven muerto tenía antecedentes penales por delitos contra propiedades”. “Hay que hacer un análisis más profundo, no creo que sea la droga lo único que determine esta espiral de locura, pero el asunto es muy complejo”, subrayó Fessia, quien dijo que “aparentemente, los jóvenes tendrían una disputa previa del barrio en el cual viven”.
Detectar la rivalidad
Sobre el agresor, el fiscal dijo que dialogó con el padre, el cual le aseguró que tiene “poco contacto” con el chico y que no vive ni con él ni con la madre, por lo que no sabe cuál es su hogar. Claudia, la madre del Joel, se quejó: “Desde la escuela nadie me avisó que mi hijo había sido agredido y fallecido. Me enteré por la jueza 13 horas después. Yo estaba trabajando. Mi hijo tenía antecedentes (penales) pero no murió robando. Antes de ir a la escuela yo le revisé la mochila y tenía el celular, tres cuadernos y lápices. Después me dijeron que le habían encontrado dos cuchillos. Desde mi casa no salió con esos cuchillos”, aseguró.
Sobre el agresor, el fiscal dijo que dialogó con el padre, el cual le aseguró que tiene “poco contacto” con el chico y que no vive ni con él ni con la madre, por lo que no sabe cuál es su hogar. Claudia, la madre del Joel, se quejó: “Desde la escuela nadie me avisó que mi hijo había sido agredido y fallecido. Me enteré por la jueza 13 horas después. Yo estaba trabajando. Mi hijo tenía antecedentes (penales) pero no murió robando. Antes de ir a la escuela yo le revisé la mochila y tenía el celular, tres cuadernos y lápices. Después me dijeron que le habían encontrado dos cuchillos. Desde mi casa no salió con esos cuchillos”, aseguró.
El viernes por la tarde la escuela de barrio Sargento Cabral estaba prácticamente vacía. Los hechos de violencia que raspan a las instituciones escolares amedrentan a los alumnos, a sus padres y a los propios docentes. Daniela Ruiz, la directora de la escuela Luis María Drago, que comparte edificio con el colegio primario al que concurrían los adolescentes, contó que sólo llegó a ver los dos cuchillos tirados en la vereda, sangre en el piso y a la escuela copada por policías y periodistas. Sin embargo, sí quiso expresar cómo el caso sacudió a toda la comunidad educativa.
Por su parte, Noemí Stara, la directora provincial de Educación para Adultos, dependiente del Ministerio de Educación de Santa Fe, informó que un equipo socioeducativo ya está trabajando en conjunto con los directivos de la Hipólito Yrigoyen para ver cómo se abordará el tema y calificó como “lamentable” que la escuela no haya registrado la rivalidad entre los dos jóvenes. “Sorprendió a toda la comunidad educativa, que está muy comprometida con sus dos alumnos. Fue un hecho inesperado. Nadie se percató del abismo que había entre ellos”.
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