domingo, 11 de mayo de 2014

MENDOZA: Batahola y pelea en la Plaza España entre adolescentes por un narco que les vende drogas

Las peleas entre los chicos a la salida de clases se producen todos los viernes cuando van a comprar marihuana y/o cocaína, según contaron los vecinos y comerciantes. En la tarde de este viernes dos jóvenes se pelearon y los demás alentaban. Los policías miran, aseguran los vecinos.


LA IMAGEN FUE APORTADA POR UN VECINO DE LA ZONA

Este viernes por la tarde se produjo una batahola en la Plaza España, en el corazón del centro mendocino, entre unos 50 adolescentes, algunos estudiantes y otros skaters. Pero no es la primera vez que esto ocurre; se reitera todos los viernes cuando los chicos salen de clases y se juntan en la plaza, según denunciaron los vecinos.

Podría ser algo normal o común una reunión de jóvenes luego del último día de clases de la semana, pero según los vecinos y comerciantes de los alrededores, esas “juntadas” tienen otro fin.

Las personas consultadas aseguraron que un hombre, no mucho mayor que los jóvenes mencinados, que vive en la zona y al que tienen identificado sale de su departamento al ver llegar a los adolescentes y les vende drogas: cocaína y marihuana, según requieran. Este comercio de estupefacientes también se produce todos los viernes, durante esas juntadas.

Los vecinos consultados están muy enojados porque —según ellos— cuando han llamado al 911 para denunciar el tráfico, los policías pasan, pueden advertir a ese hombre en circunstancias irregulares y no hacen nada. “Los policías lo miran y se van”, aseguraron los vecinos.

Este viernes, durante la comercialización de drogas y consumo a plena luz del día y en un espacio público, dos chicos comenzaron a pelearse a trompadas. Ninguno de sus conocidos, amigos o compañeros los separaba, muy por el contrario, los arengaban a seguir luchando.

Un comerciante contó que vio cuando uno de los contrincantes, el más golpeado, logró zafar y se fue corriendo, como muestra la foto.

Una vez terminado ese episodio, los chicos se quedaron en la plaza y ningún uniformado fue a averiguar qué es lo que había sucedido.

De todos modos, la preocupación vecinal es por el dealer que opera en la zona. Su “oficina” es el monumento de la plaza que celebra la confraternidad hispano-argentin a. Allí se sienta, se acercan los jóvenes, le entregan el dinero y él les entrega lo que buscan los chicos.

Pero el negocio está más aceitado, contó uno de los vecinos entrevistados. Algunos de los jóvenes que van a la plaza al salir del colegio o simplemente a reunirse con amigos tienen el teléfono del dealer. Lo llaman al celular, le hacen el pedido, concretan un horario y el narco sale de su edificio para realizar el delivery. Se concreta la comercialzación y a veces el vendedor no vuelve a su casa, se queda en su "oficina" a la espera de un nuevo cliente.

DIARIO UNO.

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