jueves, 22 de mayo de 2014

Las carnicerías santafesinas sienten la baja en las ventas

Los datos del Ministerio de Agricultura de la Nación coinciden con la realidad que atraviesa el sector. Las ofertas y una mayor variedad de productos son las estrategias para atraer a los clientes.
La Capital | 
Las carnicerías santafesinas sienten la baja en las ventas

Luego de llegar al récord de casi 117 kilos anuales por habitante, a mitad de 2013, el consumo de carnes en la Argentina comenzó a retroceder debido al fuerte incremento en los precios internos de esos alimentos. Según datos oficiales, transcurrido el primer trimestre de este año la ingesta promedio de carne vacuna, aviar y porcina ahora se ubica en unos 108 kilogramos per cápita.
Los datos brindados por el Ministerio de Agricultura de la Nación coinciden con la realidad que atraviesan hoy los comerciantes del sector. Y es que las perspectivas que brindaron propietarios y encargados de los locales pueden calificarse como negativas.
La venta de carne vacuna registró una baja importantísima. Entre algunos de los factores que colaboran a que el escenario no sea el más favorable se enumeran: el incremento de precios que esos productos registraron en los últimos meses, la inexistencia de exportaciones y el crecimiento de productos derivados del pollo y cerdo. “Cayó, para que vamos a mentir”, afirmó Juan Carlos que desde hace décadas trabaja en el sector, al mismo tiempo que dijo no haber visto nunca una caída en las ventas como en esta época.
En febrero, el kilo de carne de ternera pasó de 40 a 70 pesos. Hoy un kilo de pulpa para armar unas milanesas ronda ese último precio. En el caso de querer cocinar un puchero, los valores varían en relación al corte que se elija: el caracú arranca en los 35 pesos, mientras que la aguja común tiene un valor de 15 pesos el kilo y la especial 50 pesos.
“Desde que aumentó la carne, al precio que tiene hoy se nota la caída en las ventas, además hay mucha diferencia en productos alternativos como pollo o cerdo. Hoy la gente elige lo más económico para poder subsistir”, señaló el carnicero Antonio Fernández.
Basado en su experiencia, Fernández observó que el mercado siempre registró momentos cíclicos similares al actual. A pesar de las bajas que se dan, valoró el hecho de que la carne mantenga un precio sostenido. “No hay tantos animales en el país, tampoco se exporta porque lo que se cría se vende en el mercado interno. Esto provoca la falta de oferta, pero ayuda a mantener su precio”, analizó.
Cambio de hábitos
Como consecuencia de los aumentos que sufrió la carne en los últimos meses, los comerciantes registran un cambio de hábitos por parte de los consumidores. Al momento de llegar al mostrador, las estrategias de compra son variadas. El hábito de llevar un kilo de carne empezó a cambiar, ya que en la actualidad muchos optan por adquirir los cortes por medio de cantidad de bifes (en algunos casos), mientras que otros piden en relación al dinero que puedan gastar.
El escenario económico obliga a los comerciantes a pensar constantemente en diferentes estrategias para poder mantener el nivel de ventas. Más de uno mencionó la puesta en marcha de ofertas; otros optan por ampliar la variedad de productos entre los que nombraron carne de cerdo, pollo y ensaladas con el objetivo de mantener un equilibrio. Carne picada, albóndigas, hamburguesas son algunas de las opciones que agrandan la lista de ofertas que algunos comerciantes ofrecen a sus clientes para captar su atención.
Infaltable
A pesar de las cifras que se manejan, los carniceros consultados aseguraron que el asado sigue siendo el gustito que los santafesinos mantienen sí o sí los domingos al mediodía. En caso de querer armar un asado para cuatro personas se deberán comprar dos kilos de carne, en el cual se pueden incluir vacío, costilla, ala de pecho o marucha, lo que tendrá un costo que rondará los 140 pesos. Si los comensales están antojados de mollejas o achuras, el precio se encarecerá.
Otra tendencia que se observa en los locales de venta cárnica, es que cada uno de los clientes lleva la parte que va a comer. “Si hacen una reunión ya nadie invita para el asado y cada uno lleva lo suyo”, bromeó Fernández. 

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