Atlético de Rafaela le ganaba a Tigre con un gol de antología de Lucas Albertengo, pero Matías Pérez García, un viejo “verdugo”, igualó en una acción fortuita. El equipo de Burruchaga hizo un partido aceptable pero fue preso de los nervios y la tensión. Ahora definirá permanencias y el tercer descenso en la última fecha.
La Opinión de Rafaela |
Parece ser un mandato histórico, una marca indeleble, un estigma que aparece en cada final de temporada. Atlético de Rafaela no pudo ganarle a Tigre, estiró su increíble racha sin éxitos a través del 1-1 y ahora deberá definir la permanencia en la última fecha. Un cierre con ribetes parecidos a los anteriores, escuchando canchas ajenas y esperando que el rival de turno no afloje en el esfuerzo. Lo único bueno es que el equipo de Burruchaga sigue dependiendo de sí mismo.
La “Crema” arrancó el partido con dos llegadas a fondo y dos salvadas de García, que “milagreó” en el inicio del cotejo. Atacó con profundidad por la derecha y provocó un cabezazo de Albertengo que el portero de Tigre mandó al córner. En su ejecución el mismo arquero salvó un remate inconsistente de Federico, que estaba demasiado solo como para rematar con tan poca potencia.
Eso fue lo más peligroso del primer tiempo, después fue todo nervio y tensión, trasladado naturalmente al manejo de la pelota. Fissore y Bastía se mostraron más activos que el resto, pero no bastó para desnivelar en los últimos metros. Albertengo ganó la cuerda en alguna acción, pero nada que genere un mano a mano o que ponga la piel de gallina por el peligro extremo.
El juego se dividió en dos segmentos bien diferenciados. Cuando Atlético tuvo la pelota Tigre se apretó en los 40 metros delante de su arquero, armando una muralla casi inexpugnable. La "Crema" chocó y chocó y cuando el “Matador” tuvo el balón en su poder, la desesperación del "celeste" fue carne de cañón para la buena técnica del mediocampo visitante, que por momentos paseó la pelota por todo el estadio con los rivales corriendo de atrás. Atlético basó su campaña esperando en campo propio, aguardando un error rival, ayer tuvo que salir a buscar y evidenció su falta de costumbre para hacerlo. Además quedó expuesto que fue un plan improvisado, Burruchaga apeló a cambios y jugadores que antes ignoraba, ahora con el agua al cuello.
Los goles aparecieron en el complemento. A los 7 minutos uno de los tantos del campeonato, made in casa. Fissore presionó a Pérez García en la salida de Tigre, quitó y combinó con Pavetti, este rápido con Albertengo y allí sí Lucas no dudó y sacó un latigazo de derecha que se metió en el ángulo. Inatajable, como para evitar todas las mufas.
Cuando la cosa viene torcida es difícil enderezarla, por eso la alegría no duró más de 10 minutos. Tigre salió de la “cueva” con un par de pelotazos y con dos rebotes fortuitos, provocados por buenos movimientos de Nahuelpán, dejó a Pérez García sólo con el arco. 1-1, a volver a remar contra la corriente.
La tensión volvió a aparecer y fue un ir para adelante, sin sentido, alocado y casi desesperado. Así y todo, a pesar de las pocas luces para atacar, la “Crema” tuvo el segundo y lo mereció. Federico quedó mano a mano pero fue fagocitado por el achique de García y más tarde Vera enganchó el rebote de un córner y la estrelló en el palo. Ni el tiro del final…
Antes del cierre, para que la imagen sea aún peor, Erramuspe le “planchó” el pecho a Nahuelpán con sus tapones y vio la roja. Entró Bovaglio para rearmar la defensa, claro, se sabía que Colón ya perdía 2 a 0 y un punto terminaba sumando para igualar al "Sabalero".
Fue empate nomás, una igualdad que lo único que hace es estirar el dramatismo hasta la última fecha, por los resultados ajenos y aguardando una recuperación “sobre la hora”. La campaña es decepcionante, un fracaso, más allá que Atlético se quede en Primera. Un claro ejemplo que la tozudez y la soberbia no llevan a ningún lado. Ayer Burruchaga modificó el perfil del equipo, armó un conjunto más simpático para la gente y la “Crema” jugó mejor que en encuentros anteriores. No alcanzó, pero si el proyecto sucumbe no será por el 1-1 ante Tigre.
Lo increíble es que Atlético sigue dependiendo de sí mismo. Hoy habrá que ser “hincha” de Gimnasia (qué paradoja…) y el fin de semana dar la sorpresa en Sarandí. La fe es lo último que se pierde.
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