lunes, 10 de febrero de 2014

NEWELL'S COMENZÓ EL TORNEO CON UN EMPATE SIN GOLES ANTE BOCA, CONSERVANDO AMBICIONES Y FORMAS

Newell’s igualó sin goles ante Boca en su presentación en el torneo Final 2014. Mostró algunas señales positivas y Vigliano no le cobró un claro penal en el primer tiempo.
La Capital | 
NEWELL'S COMENZÓ EL TORNEO CON UN EMPATE SIN GOLES ANTE BOCA, CONSERVANDO AMBICIONES Y FORMAS

 Newell’s arrancó el torneo conservando ambiciones y formas. Tiene una idea, la respeta, pero mantiene algunos vicios que lo condicionan. Por eso el 0 a 0 con Boca, por eso no pudo cortar la racha sin triunfos y por eso mostró que quedan cosas por trabajar. El conjunto rojinegro fue un poco más desde las intenciones, desde el contacto con la pelota, sobre todo cuando conectaban Ever Banega y Maxi Rodríguez, pero en algunos pasajes perdió las riendas y sufrió algunos sacudones xeneizes. Hubo señales positivas que en gran medida se desperdiciaron porque el árbitro Mauro Vigliano no sancionó un claro penal de Forlín a la Fiera en la primera etapa (32’). Ese error pudo cambiar la historia del partido y el análisis quedó crudamente en evidencia luego de que el propio juez reconociera públicamente que se equivocó en esa acción.
   “Fue un error mío. Me voy mal, muy mal”, señaló Vigliano en horas de la noche a la salida del Coloso. Esa grosería arbitral también jugó en contra de las posibilidades rojinegras de atrapar una victoria en el Parque. Porque esa decisión de dejar pasar por alto la falta despertó la ira de los hinchas y puso el partido en otro nivel de reclamos y presión dentro de la cancha, que tampoco favoreció al planteo leproso.
   Más allá del punto de inflexión que significó ese penal no cobrado, dentro del partido hubo razones para el empate. Es que para llevarse los tres puntos a Newell’s le faltó una pizca de pimienta arriba, en los últimos metros. No tuvo precisión y voracidad en el toque final. Y quizás debió tener algo más de dinámica en el segundo tiempo para zamarrear a un rival que se mantuvo agazapado cuando perdió intensidad.
   Lo más atractivo de Newell’s asomó en los primeros 15’, con un fútbol de toque, rotación y espíritu ofensivo. Con Banega y Maxi como pícaros pasadores y armas de descarga. Luego cedió ante una levantada de Boca y sobre el final de esa etapa volvió a pisar fuerte y generar peligro más cerca de Orion.
   En el segundo tiempo la puesta en escena general bajó varios decibeles y al conjunto local se le hizo complicado generar huecos en la resistencia visitante. Como lógica consecuencia, la parda en cero empezaba a cobrar dimensiones.
   Boca contó con varias chances a través de Gigliotti, y de Gago sobre el final. Pero hubiera sido demasiado castigo para un Newell’s que siempre ofreció su intención de jugar y que quedó claro que sólo pensó en la victoria hasta la expiración misma del cotejo.
   Newell’s acumula nueve fechas oficiales sin ganar. Una serie que arrastra del torneo pasado pero que hubiera sido oportuno enterrar en el primer acto de este certamen. El equipo de Berti, a pesar del corte que significó la pretemporada y del envión anímico y el evidente espesor futbolístico que otorga la inserción de Banega, no pudo dejar atrás males que todavía lo sobrevuelan socarronamente.
   El empate de ayer no lo conforma. Para nada. Le confía algunos guiños de aceptación y confirmación, algunas directrices de este proceso. Pero quedó expuesto que debe ser más contundente si quiere serle fiel a sus propios objetivos. Más allá del penal que le correspondía.

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