viernes, 17 de enero de 2014

UNIÓN: "NOS JUZGARON SIN SABER"

Emanuel Britez y Sebastián Caballero contaron cómo fue el hecho en el que se vieron involucrados el año pasado, cuando fueron detenidos por protagonizar disturbios con hinchas de Colón, que los insultaron en la vía pública. “Hubo gente, incluso que nos conocía, que no nos creyó”, coincidieron los jugadores de Unión.
Diario UNO | 

Después del partido amistoso ante Olimpo de Bahía Blanca, el plantel tatengue gozó de la tarde libre y Ovación tuvo la oportunidad de tener un mano a mano con dos amigos, más allá de ser compañeros y de estar en la misma pieza en la concentración en Mar del Plata: Emanuel Britez y Sebastián Caballero.


En esta ocasión, los futbolistas hablaron de su amistad y obviamente que se refirieron a su presente en el Rojiblanco. Pero, además, contaron por primera vez cómo fue el incidente que sucedió en la vía pública cuando fueron provocados por un grupo de hinchas de Colón, momento en que ingresaban a una heladería.


“Apenas llegamos a la pieza puse los puntos sobre la mesa porque soy el que más experiencia tiene. Caballero se fue a la cama de una plaza y yo a la más grande, porque a los chicos hay que ponerlos en su lugar (risas)”, así arrancó la entrevista Ema Britez. Aunque rápidamente agregó: “Es una broma, la verdad que Seba es como mi hermano”.


Después de lo que fue el comienzo con Britez llegó el turno de Caballero, quien afirmó: “Es cierto lo que dice Ema sobre la relación que tenemos de chiquitos, pero más allá de eso el respeto está por sobre todas las cosas y eso hace que con el tiempo la relación se afiance cada día más. Nos conocemos desde los cuatro años y pasamos por muchas cosas durante tanto tiempo”.


Y Britez agregó: “El fútbol y la vida me dio la oportunidad de tener a un amigo como Seba y eso lo valoro mucho porque son las cosas lindas que te da el fútbol, nos conocemos desde bien de chicos y mirá dónde llegamos... No todo es casualidad o suerte, por algo estamos acá y por sobre todas las cosas por algo somos como hermanos”.


“Somos como una familia y más allá del lugar que hoy ocupamos como futbolistas, primero somos personas y eso también se nota en cada práctica. Tener adentro del campo a un tipo de confianza también es bárbaro”, manifestó Caballero.


—Por todo lo que dicen, ¿intentan estar la mayor cantidad del tiempo juntos?
—EB: Es así... También tengo otros amigos, pero pasamos con Sebastián la mayor parte del tiempo porque compartimos el mismo trabajo, además eso hace que si cualquiera de los dos está bajoneado nos contenemos uno al otro y así tiramos siempre para el mismo lado.
—SC: Cuando a uno no le salen las cosas es bueno tener al lado a un amigo para que lo ayude y es lo que nos pasa a nosotros, con una palabra o una mirada a veces alcanza para darnos cuenta de cómo estamos y eso es algo importante entre amigos.


—¿Sería un error cambiar desde lo personal, sabiendo que ahora están en un plantel profesional y que incluso jugando o alternando entre los titulares?
—EB: Seguro, por eso lo primero que hay que mantener es la humildad, no podemos agrandarnos y a eso lo tengo bien claro. Aunque ya tenga partidos en Primera soy consciente que no soy nadie.
—SC: La humildad y la sencillez es lo que a uno lo hace grande. El único camino para llegar y mantenerse en el fútbol es el de la responsabilidad, el sacrificio y sobre todo el de ser siempre la misma persona.

—¿Piensan que ser pibes de barrio, de venir de familias trabajadoras influye en algo?
—EB: Puede ser, porque uno siempre se mantuvo de la misma forma. Por eso ahora es lindo cuando estoy en mi casa y ando por el barrio que todos me saluden o me pregunten cómo estoy. El respeto es importante, incluso porque conozco gente hincha de Colón que me saluda o pregunta cosas. Eso la verdad que está muy bueno.
—SC: Ser futbolista no significa que uno es más que el otro, es un trabajo y una pasión. Por eso debemos aprovechar la posibilidad que tenemos de laburar de lo que nos gusta. Y el barrio no se pierde nunca, el recordar cuando jugaba descalzo con los chicos o haber ido a la escuelita de fútbol también, no nos podemos olvidar nunca de dónde salimos y sobre todo del esfuerzo que hicieron nuestros padres.
—Ser jugador de fútbol no quiere decir que sean mejores o peores...
—EB: Claro, no estamos ni arriba ni somos menos que las personas que tienen otro trabajo, somos todos laburantes. Sí es cierto que el fútbol abre otras puertas, hasta incluso muy importantes, pero ser futbolista no nos da derecho a estar por sobre los demás, acá somos todos iguales, o sea simples personas.


La pretemporada
“Por suerte hay un grupo increíble, eso lo vengo diciendo desde que llegaron los chicos nuevos el semestre pasado, la verdad que vino bien salir un poco de Santa Fe porque estar acá más de 10 días no sólo sirve para hacer físico o fútbol sino también para unirnos más y sobre todo ahora que hay un cuerpo técnico nuevo”, contó Ema Britez

—¿Hay que salir un poco de la rutina?
—SC: Sí, puede ser, para recargar pilas y cambiar un poco de aire. Esto nos ayuda y mucho a todos, incluso para estar bien desde lo anímico y fortalecernos más todavía porque se viene una segunda rueda muy fuerte y debemos estar bien preparados porque no podemos dar margen a nada.


Un tema público
Después de cómo Britez y Caballero hablaron de la relación de amistad que tienen desde tan pequeños, de hablar del fútbol y en parte de lo que esta siendo la pretemporada en Mar del Plata, llegó el momento de conversar con los dos jugadores de Unión sobre el incidente que sucedió el año pasado cuando fueron provocados en la vía pública originando un revuelo en la entidad de la Avenida López y Planes y en la misma ciudad, teniendo en cuenta lo rápido que tomó estado público dicho incidente.


“Somos conscientes que aunque recién estamos arrancando ya somos gente pública, pero nosotros nos comportamos como siempre y no pensamos en que nos pueden buscar lío, como pasó, y seguramente va a seguir pasando. A mí por ejemplo no me gustó lo que dijeron de nosotros en muchos lados porque nunca nos escucharon y ahora aprovecho esta nota para contarte que yo nunca saqué el arma, fue un amigo mío y todos me atacaron como si hubiese sido yo el que sacó la pistola; me dio bronca porque hablaron sin saber como era el asunto, incluso gente que está siempre al lado mío”, le confesó Emanuel Britez a Ovación.


Y la frase del nacido en barrio Don Bosco de Santa Fe no quedó ahí sino que continuó y afirmó: “Sentí como que la idea era atacarme con lo que se decía... No te voy a negar que intercambiamos palabras, que nos cruzamos pero nunca hice lo que dijeron. Sentí mucha impotencia en ese momento, la verdad que nunca me sentí tan mal, admitimos que no tendríamos que haber contestado, pero de ahí a decir que yo saqué el arma es otra cosa”.


—¿Qué tenés para decir Seba (Caballero), ya que también estuviste en el hecho?
—Fue bastante complicado, creo que la bronca fue de todos lo que estuvimos esa noche en ese episodio. Todos dieron por hecho lo que sucedió sin habernos preguntado, estos golpes nos sirvieron para darnos cuenta de muchas cosas: primero que en la calle ya somos públicos, aunque tenemos pocos partidos siempre hay alguien que nos conoce y, segundo, que al prejuzgarnos tanto no nos sentimos apoyados totalmente.


—¿Cómo fue la reacción de sus familiares cuando se enteraron de lo que había pasado?
—EB: Estaban muy preocupados, lógicamente, porque cuando pasaban las horas y no llegábamos a casa nos empezaron a llamar, igual que la familia Vega, pero no teníamos el celular ya que estábamos declarando en la policía. Después a ellos les conté lo que había pasado y me creyeron porque saben lo que soy y punto.

—¿Les sirvió de algo esa experiencia incómoda?
—EB: Claro que sí, me sirvió para saber que tengo que aprender a callarme la boca y no reaccionar cuando quieran provocarme.
—SC: Es un poco lo que te comenté anteriormente sobre que tenemos que cuidarnos más, pero así como nos ocurrió a nosotros les pudo pasar a cualquiera. Lo que ocurrió quedó ahí, pero nos dimos cuenta de muchas cosas que antes ni pensábamos que nos podían llegar a suceder, como que hubo gente que nos cuestionó, que dudó de nosotros, incluso los que nos conocían.

—¿Estuvieron presos, Emanuel?
—No... Para nada. Además cuando fuimos a la comisaría los oficiales fueron respetuosos con nosotros. Y lo que dijo Seba es cierto, ya que hubo gente que no nos creyó para nada y menos mal que era gente que estaba de nuestro lado... Los que estuvieron siempre fueron nuestros familiares, compañeros y amigos, los verdaderos.

—¿Por qué creés que te apuntaron a vos todas las críticas?
—La verdad que no sé, dijeron que fui el que saqué el arma y, como te expliqué, no fui yo.

—¿Es cierto que te pintaron los dedos en la comisaría?
—No, eso es mentira, el oficial fue bien claro conmigo, él me preguntó si la pistola era mía y yo le dije que sí, pero que no la había sacado. Otra cosa que dijeron era que habíamos puesto plata para salir y eso fue otra mentira más sobre el tema.

—¿Habían salido a buscar gaseosas como trascendió en un primer momento?
—SC: Sí y también a comprar helado porque estábamos comiendo un asado en la casa de un amigo que vive cerca de mi casa, fuimos tranquilos y nos provocaron. Llegó la policía y fuimos a la comisaría a declarar por lo que sucedió, nada más; las cosas las agrandaron algunos más de la cuenta, pero esto también nos sirve como experiencia de lo que tenemos que hacer y de lo que no tenemos que hacer también.

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