Una movilización de trabajadores de la Uocra -que alcanzó grandes proporciones- tuvo lugar este jueves a la mañana en la puerta del Ministerio de Trabajo de la provincia para reclamar acerca de una cierta “connivencia” entre algunos funcionarios del área con el grupo vinculados con los hermanos Araya, situación que repudia la conducción de la normalización local.
.El Litoral |
Una movilización de trabajadores de la Uocra -que alcanzó grandes proporciones- tuvo lugar esta mañana en la puerta del Ministerio de Trabajo de la provincia para reclamar acerca de una cierta “connivencia” entre algunos funcionarios del área con el grupo vinculados con los hermanos Araya, situación que repudia la conducción de la normalización local.
En tal sentido, se expresaron César Cassina y Fernando Roldán -colaboradores del normalizador Salustiano Lemos- quienes expresaron que “de forma totalmente pacífica, sin amedrentar ni querer transmitir miedo a la sociedad, hemos hecho acto de presencia ante el Ministerio de Trabajo de la provincia para que el titular de la cartera tome conocimiento de que no todos los funcionarios del área trabajan ajustados a la ley sino que parecen responder más a las ‘relaciones’ y a ‘ciertas amistades’ ya que no tratan a todo el mundo igual”.
Recordaron que “hay que recordar que hubo una conducción -con relación a la ejercida por los hermanos Araya- que durante mucho tiempo sembró el terror y tuvieron de rehén a la ciudad. Nosotros queremos mostrar que no nos escudamos detrás de lentes negros o autos oscuros. No somos violentos. Sí, queremos la atención del Ministerio de Trabajo porque hace seis meses que está todo demorado. Además, el ministro tiene que saber que tiene buenos funcionarios y otros que no lo son. Porque hay quienes conviven con la anterior patota escudados en supuestas ‘amistades’, pero lo que se logra es que la patota de Araya siga en pie, porque estos funcionarios no respetan la ley”.
Los representantes de los que manifestaron esta mañana expresaron que “hemos ordenado nuestra casa a través de las directivas de Gerardo Martínez. Pero desde el Ministerio de Trabajo, nos han abandonado y sigue manteniéndose lo anterior, siguen manejándose en los autos negros”.
Finalmente, señalaron que “cuando ingresamos en las distintas obras vimos que los trabajadores estaban desprovistos de las condiciones mínimas, tal como ocurrió con la Termoeléctrica de Sauce Viejo. Allí, nos encontramos con que los trabajadores no tenían agua, no había baños ni comedores.
En otras obras no hay sillas, no hay mesas y hay problemas con las condiciones mínimas de la higiene y seguridad. ¿Por qué pasaba esto? Porque si algún trabajador se quejaba lo callaba a golpes la patota de Araya”, concluyeron
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