SANTA FE: “El tomate santafesino es mucho mejor que el de Brasil”

Así lo aseguró el presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe, Guillermo Beckmann. Los verduleros consultados coincidieron al remarcar la calidad de todas las variedades del producto local.
DIARIO UNO

DISPARADA. EN LAS VERDULERÍAS, TRAS LA NOTICIA DE UNA POSIBLE IMPORTACIÓN LOS PRECIOS SE DUPLICARON. HOY CUESTA $12 EL KILO. (JUAN M. BAIALARDO)

Esta semana, tras conocerse la posibilidad de que la Argentina importe tomate desde Brasil, ante la probable escasez del producto por razones climáticas que afectaron los cultivos, alzaron su voz muchas de las entidades de productores frutihortícolas de todo el país. De todas maneras, el Gobierno Nacional supeditará esta opción a los excedentes relevados en los principales centros productivos.

En diálogo con Diario UNO, el presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe, Guillermo Beckmann, resaltó la calidad de las variedades de tomate que se cultivan en el cordón frutihortícola santafesino y consideró que “no será necesario ni conveniente importar”.

“En el caso de Santa Fe, durante noviembre y diciembre ayudó muchísimo la producción local y se bajaron los precios. Incluso se envía para otros lugares, aunque la mayor parte va para el Mercado de Productores de Santa Fe”, agregó.

—¿Hacia dónde se comercializa también el tomate santafesino?
—En la época de cosecha, que en esta zona es en los dos últimos meses del año, vienen del norte, de Chaco, por ejemplo, a buscar nuestra producción. Afortunadamente, el año pasado muchos productores probaron y sembraron y les fue bien.

En tal sentido, Beckmann aclaró que el cultivo de tomate implica siempre una gran apuesta por parte del productor, dado que requiere una inversión mayor a la de otros frutos porque precisa de insumos importados muy costosos.

“Es muy positivo que les haya ido bien. Sólo hubo un sector al que le cayó el granizo, que se perdió. En Santa Fe, este cultivo se cubre en invierno, por el clima, las heladas y demás”, agregó el especialista.
Por otra parte, además de la inversión que requiere, el tomate necesita unos seis meses de proceso en campo –en Santa Fe son pocas las hectáreas de cultivos en invernaderos–, con varias semanas de preparación, sembrado y cultivo. Al respecto, el presidente de la Sociedad de Quinteros explicó que “en esta zona en noviembre y diciembre se cosecha, pero se siembra a mediados de año, por eso muchas veces afectan las heladas y otras características del clima”.

Como dato positivo, Beckmann acotó que, de acuerdo al último relevamiento realizado en conjunto entre la entidad que preside y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), en el cordón santafesino hay alrededor de 50 hectáreas con plantación de tomate.

En la misma línea, realizó la comparación con las mejores épocas para los productores de este rubro y la declinación de la actividad: “A principios de los 90 teníamos mil hectáreas de siembra de tomate en el cordón frutihortícola de Santa Fe y Monte Vera. Se perdieron tres cosechas consecutivas en 1996, 1997 y 1998. Paralelamente se importó tomate de Brasil y no tuvimos precios competitivos. Todo eso hizo que dejaran de producir tomate en Santa Fe. Hoy estamos logrando la rentabilidad”.

Pocas chances
“Hoy hemos recuperado las esperanzas de rentabilidad en esta producción y hay muchos factores que juegan en contra del tomate de Brasil”, opinó Beckmann.

—¿Qué factores?
—En primer lugar la distancia, el costo del combustible y la calidad. Hay que hacer esa aclaración: si acá hizo calor, en Brasil también y la calidad de ellos no es superior a la nuestra. El tomate santafesino es mucho mejor que el de Brasil.

—Habiendo terminado la cosecha santafesina, ¿de dónde viene el tomate que consumimos?
—Hay tres zonas productoras en este momento: La Plata, que ya está terminando; Mar del Plata, que comienza ahora; y Mendoza, que también está arrancando.

—¿Va a ser necesario importar?
—Sólo si hay un evento excepcional del clima. La producción de Mendoza alcanza para abastecer el país. No va a convenir importar y no va a faltar tomate. Las variantes de precios se vinculan con el consumo, que crece en verano.