Ahora luce prolijo. Todo está pintado y ordenado. Es grato recorrer las instalaciones donde compiten la línea B de Rosario Central porque se percibe que hubo un cambio radical en su estructura pese a que todavía hay trabajo por hacer y mejorar
.La Capital |
El arribo de Daniel Teglia a la coordinación general y la posterior designación de Oscar Craiyacich para que esté al frente del pelotón en Fábrica de Armas generó un antes y un después en la vida interna de las divisiones inferiores auriazules. Porque reforzaron la pirámide de técnicos con entrenadores destacados en materia juveniles. Se hizo hincapié en la captación de nuevos proyectos y en la docencia. Y en apenas una temporada recogieron los frutos inesperados. Porque la segunda línea canalla finalizó la campaña 2013 ocupando la tercera plaza en la tabla general de la Rosarina detrás de Newell\'s y Central A. Sin dudas, ahora la fábrica se ve que funciona. Y bien.
"Estoy muy conforme con lo que hicimos. También muy contento por el apoyo que nos brindó Daniel Teglia como coordinador general. Hemos salido tercero en la general y eso muy importante porque se cumplió con el objetivo inicial deportivo", afirmó un emocionado Craiyacich tras recorrer con Ovación el búnker que tienen los guerreros en zona sur. Claro que el responsable del área técnica sabe que hay otros ítems a resolver. Como que los entrenadores tengan todos los elementos para desarrollar su trabajo sin inconvenientes y sin poner dinero de sus bolsillos como sucedió en varias ocasiones a lo largo de la pasada temporada.
El predio cuenta con tres canchas de las cuales una se utiliza exclusivamente para jugar el torneo oficial que organiza la Rosarina. Mientras que las otras dos son para entrenar. Aunque hay un tercer escenario que está siendo refaccionado y será utilizado para desarrollar los diversos tipos de entrenamientos. También está próximo a ejecutarse el riego artificial en uno de los rectángulos de juego. A su vez, los vestuarios también están siendo refaccionados para que los chicos, sean locales o visitantes, tengan un mejor confort desde este 2014.
"Uno siempre busca más. Antes éramos sólo dos equipos que buscaban jugadores (por Central y NOB). En cambio, ahora vienen de todos lados a llevarse chicos. Sobre todo de esta zona. Por eso tenemos que estar preparados para captar a los futbolistas y que puedan desarrollar su potencial en Central", acotó Craiyacich, quien además confesó que "el buen laburo que se hizo fue también gracias al trabajo que hicieron los muchachos que componen esta gran familia. Logramos todo por el esfuerzo colectivo que se hizo".
Con respecto a las cosas que fueron modificadas a lo largo del 2013, el coordinador afirmó con orgullo: "El tema de la infraestructura es uno de los puntos que mejoramos sustancialmente. Tenemos mejores canchas, hay un gimnasio que lo están reformando. Contamos con más elementos de entrenamientos pese a que siempre apuntamos a tener todo. Pero cerramos una gran temporada". Sobre los entrenadores que recalaron y le dieron un plus al equipo de trabajo, como son los casos notorios de Marcelo Trivisonno, Alejandro Fernández u Omar Montero, Oscar respondió: "Son grandes profesionales. Conocen muy bien sus funciones y lo demostraron. Al haber un buen grupo de entrenadores también nos permitió mejorar el nivel futbolístico en las diversas categorías".
Mientras el nutrido grupo de técnicos, preparadores físicos, entrenadores de arqueros, colaboradores y cuerpo médico protagonizaban un cálido diálogo entre risas tras haber compartido un gran asado de fin año, Craiyacich se puso serio y exteriorizó lo que pretende para la próxima temporada. "Hay que seguir trabajando con humildad y mucha responsabilidad como lo hicimos a lo largo de todo el año. Tenemos gente muy capaz y con una planificación acorde los resultados llegarán con el paso del tiempo. Esperemos que todo continúe como hasta ahora", lanzó antes de mirar de manera paternal hacia donde estaba el grupo que comanda. Y no es para menos. Sabe que gran parte de que el proyecto siga creciendo dependerá de sus laderos. Esos mismos que hicieron posible que la fábrica que estaba olvidada volviera a funcionar y tener proyección.
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