El titular del Episcopado y Arzobispo de Santa Fe instó a “recuperar el valor de la palabra como instrumento de un diálogo sincero, creíble y respetuoso“ en la sociedad para crecer en la “cultura del encuentro“. “Parecería que los argentinos no nos queremos ni nos cuidamos, nos enredamos en un estéril juego dialéctico que nos enfrenta, descalifica y hace difícil ese encuentro que nos permita crecer como Nación“, indicó Arancedo.
Así lo afirmó esta noche en la misa de apertura de la 106ta. asamblea plenaria de obispos que delibera en la casa de retiros El Cenáculo-La Montonera de la localidad bonaerense de Pilar, con la participación de un centenar de prelados de todo el país.
“Parecería que los argentinos no nos queremos ni nos cuidamos, nos enredamos en un estéril juego dialéctico que nos enfrenta, descalifica y hace difícil ese encuentro que nos permita crecer como Nación“, advirtió el arzobispo de Santa Fe en su homilía.
En ese marco, dijo que “necesitamos recuperar el valor de la palabra como instrumento de un diálogo sincero, creíble y respetuoso, que nos permita crecer en una cultura del encuentro“.
Citando el documento de los obispos latinoamericanos en Aparecida, el titular del Episcopado argentino dijo que es necesario ‘educar y favorecer en nuestros pueblos todos los gestos, obras y caminos de reconciliación y amistad social, de cooperación e integración“.
“Tomar el camino de la verdad, la justicia, la justa reparación y la reconciliación es participar del amor creador y redentor de Dios. Con ella nace algo nuevo que nos permitirá construir una Patria más justa y fraterna. Desde el Evangelio no se confunde reconciliación con impunidad“, añadió el obispo.
Asimismo, Arancedo citó el texto ‘Iglesia y Comunidad Nacional“ que señalaba: ‘No hay democracia posible sin una leal convergencia de aspiraciones e intereses entre todos los sectores de la vida política con miras a armonizar el bien común, el bien sectorial y el bien personal, buscando una fórmula de convivencia y desarrollo de la pluralidad dentro de la unidad de objetivos fundamentales“.
En ese sentido, el arzobispo santafesino añade que ‘el noble ejercicio de la política, como parte de la ética y en el marco institucional de la República, adquiere todo su valor como tarea al servicio del bien común“.
En otro tramo de su sermón, Arancedo habló de la importancia de la ‘dimensión misionera de la Iglesia“ que ‘necesita de un estilo austero y transparente en el que aparezca con toda su fuerza la persona y el evangelio de Jesucristo“.
A tono con el mensaje austero que está predicando el papa Francisco en todo el mundo, Arancedo aseveró que ‘el evangelio se encuentra más cómodo con medios pobres. El espíritu de pobreza, que es signo de confianza en Dios, nos ayuda a vivir el llamado a la conversión pastoral“.
Al inicio del mensaje ante sus pares del Episcopado argentino, el presidente del cuerpo destacó como ‘motivo de gozo y compromiso eclesial“ el inicio del pontificado de Jorge Bergoglio y la reciente beatificación del Cura Brochero.
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