lunes, 25 de noviembre de 2013

"ESTO ES DIFÍCIL PORQUE NOS FALTA JUEGO", DIJO RUSSO ACERCA DE LA SITUACIÓN DE CENTRAL

Miguel Angel Russo se fue con fastidio por el resultado y debido a algunas actuaciones individuales: "Perder con un gol de pelota parada es como una puñalada", aseveró el técnico canalla.
La Capital | 

Su rostro lo dice todo. La disconformidad se dibuja en los gestos. Las palabras pasan primero por el tamiz de su pensamiento para no decir con crudeza el fastidio que le genera perder con un gol de pelota parada. Y también por la irregularidad de algunas individualidades que no le permiten desarrollar el trabajo ensayado. Miguel Angel Russo habló con Ovación antes de dejar Bahía Blanca y fue contundente: “Esto es difícil porque nos falta juego”, señaló el entrenador canalla. “Y perder con un gol de pelota parada es como una puñalada”, sentenció con dureza.
   —Desmenuzando un poco más el partido, ¿qué te dejó?
   —Todavía es muy reciente. Sí tengo la misma sensación que cuando terminó el partido, más allá de la cancha y del rival. Cada vez que me tocó jugar acá en Bahía siempre salieron los mismos partidos. Mientras no se abren todo es muy peleado y forcejeado. Esto es difícil porque nos falta juego, pero también entiendo la forma en la que se juega en este tipo de canchas.
   —¿Con qué sensación te vas de Bahía Blanca tras la derrota?
   —Con la sensación después de perder y más por una pelota parada, porque eso para mí es como una puñalada. Sí digo que las cosas que son fáciles de resolver son las que menos me gustan. Porque si el rival gambetea a tres y la pone en un ángulo está bien, pero hoy no pasa por ahí.
   —¿Estuvieron demasiado lejos del partido que habían pensado y planificado?
   —Sí, porque son partidos en los que tenés que ganar los duelos individuales. Si no lo lográs todo te cuesta el doble.
   —¿Es sólo cuestión de los rendimientos individuales?
   —Sí, porque es lo que desequilibra. Nosotros tenemos gente que puede hacerlo, pero si no tenés desborde por afuera, si no aparecen los laterales todo cuesta. Lo que no tenemos es el jugador desequilibrante y distinto por adentro. Lo nuestro es todo por afuera.
   —¿Y a esta altura del torneo no están en condiciones de que el rendimiento colectivo potencie a las individualidades?
   —Lo que pasa es que vos podés andar bien colectivamente, pero mal con la pelota. Ante Olimpo, salvo pequeñas cosas, lo que sufrimos fue el gol, que fue de pelota parada, aunque eso te cueste un partido.
   —¿No te molesta que sobre el final del torneo todavía no hayan podido adquirir ese equilibrio al que hacés referencia?
   —Pero todos los equipos, o la gran mayoría, estamos desequilibrados. Salvo tres o cuatro, todos estamos de la misma forma. Igual no es excusa y sabía que nos iba a costar encontrarlo porque el equipo perfecto es muy difícil.
   —¿Le faltan muchos retoques a este equipo?
   —Todo tiene que ver con los rendimientos individuales, porque suben y bajan. Siempre lo individual está por encima de todo. Después, nosotros tenemos que estar preparados porque, como les ocurre a muchos, perdemos muy fácil la pelota.
   —¿Por qué creés que este equipo pasa de tres derrotas consecutivas a ocho sin perder y vuelve a dos caídas seguidas?
   —Acá subimos y nos caemos, pero cuando perdemos agachamos la cabeza y sólo pensamos en cómo solucionar los errores. Eso es un mérito de este equipo, que ya lo hizo en el torneo pasado. Y así será hasta que logremos ese equilibrio que tanto buscamos. Muchas veces los que más nos cuesta es progresar en la ofensiva porque no tiramos una pared, nos cuesta el mano a mano y así se hace difícil.
   —¿Es el peor escenario que estas dos derrotas se produzcan justo sobre el final del torneo?
   —-Sí, porque no las teníamos en mente. De las derrotas siempre me hago cargo, pero en lo personal nunca espero que eso suceda. Hoy esperaba tener cierta cantidad de puntos, pero yo digo que en el fútbol argentino es difícil. Creo que entre los puntos que tenemos y los que podíamos tener estamos a cuatro errores. Acá cuatro aciertos o cuatro errores te marcan la diferencia.
   —¿Son esos errores los que te marcan el destino?
   —Si cometés tres o cuatro errores y los pagás estás abajo y si los aprovechás estás mucho más arriba. El fútbol argentino está así, salvo los equipos que invirtieron mucho y tienen jugadores desequilibrantes.
   —¿Sentís que ahora se le achicó el margen de error?
   —Siempre tuvimos poco margen de error y sin dudas vamos a tener que buscar lo mejor en estos dos partidos que nos quedan porque el torneo que viene será mucho más duro y más difícil que este que termina.
   —Cuando terminó el partido ante Estudiantes la mirada podía ir un poco más allá. ¿Hoy esa visión es distinta?
   —Los márgenes son siempre los mismos y lo nuestro siempre fue partido tras partido.
   —¿Este es uno de esos momentos en los que el plantel debe demostrar la fortaleza a la que tantas veces hiciste referencia?
   —Soy un convencido de que es lo único que nos puede sostener. Hoy en día los equipos que tienen la cabeza fuerte son los que pueden salir adelante.
   —¿Lo notaste muy golpeado al plantel después de la derrota?
   —Sí, porque a ellos les duele perder por un error y no por una virtud del rival. En definitiva es una situación que se puede resolver.
   —No fue tan malo como el de Tigre, pero en este llegaron una sola vez con peligro al arco contrario.
   —Sí, nos costó, pero al rival también le pasó algo similar. Cada vez que vine a la cancha de Olimpo nunca pude jugar bien porque salen partidos trabados y la pelota va y viene. Lo que más me molesta es que erramos muy fácil cuando disponemos de la pelota.
   —En aquel partido contra Tigre hiciste una sola variante y en este también te guardaste dos cambios. ¿Por qué?
   —Nunca explico el tema de los cambios. A los jugadores los conozco y ellos también conocen por qué hago esas cosas. Tiene que ver con algo muy nuestro.
   —Decís que el campeonato que viene será más complicado. ¿Entonces será fundamental encontrar un equipo más sólido?
   —Los nombres los tenemos y a mí no me gusta ir cambiando permanentemente porque de esa forma siento que no estamos ni de un lado ni del otro.
   —¿Puede ser que por la tan mentada presión se reduzca la aparición de los más chicos para encarar el año que viene ?
   —Cuando yo llegué no había chicos, no había nada. El que cree que está todo después se llena de sorpresas. Ese el principal capital del club y el que más voy a cuidar. Lo de Elías Gómez a mi criterio salió bien, pero fue por una necesidad y está dentro de las situaciones del fútbol, pero hay muchos otros chicos a los que también tenemos que cuidar mucho.
   —¿Antes que empiece el torneo imaginabas este nivel del equipo, más allá de los puntos?
   —Mis expectativas no están ni por debajo ni por arriba de lo que pensaba. Yo soy de los que creen que esto es el día a día. En el fútbol argentino es muy difícil predecir o aventurar algo. Tengo un grupo que entiende lo que es jugar en este club y que más de una vez lo demostró.
   —¿El torneo que viene puede acentuar en todos los equipos estos desequilibrios que marcás?
   —El que viene va a ser un torneo con mayores presiones, donde habrá que estar preparado porque siempre te vas a estar jugando algo. Nosotros estuvimos ocho sin perder pero también perdimos otros partidos en los que por ahí merecimos algo más. Igual, muchos partidos los perdimos por baja producción.
   —Hace un par de semanas dijiste que iban a tener que salir a buscar un marcador de punta, pero por ahí lo encontraban dentro del club. ¿A este equipo le hace falta salir a buscar esos dos refuerzos que se pueden contratar?
   —Si aparece alguien que marque la diferencia sí, pero esos jugadores es muy difícil encontrarlos. De todas formas hay que pensar que los que tenemos son jugadores que conocen la camiseta de Central, lo que es jugar en el Gigante de Arroyito y en ese sentido tengo memoria. En más de una oportunidad estos jugadores han sobrellevado la situación. Lógicamente a esta altura nos gustaría tener más puntos y cada derrota al que más le duele es a mí, pero tampoco hay que caer en la locura generalizada ni que todas son cuestiones a resolver. Hay que mantener un equilibrio.

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