lunes, 5 de agosto de 2013

ROSARIO: Cinco barrios sin agua junto a un estadio que utiliza 80 mil litros

Vecinos de la zona noroeste de Rosario deben cargar diariamente sus tanque de noche o llenar tachos, bidones y botellas. Al lado está el Estadio Mundialista de Hockey, donde es posible acceder al líquido elemento. El Ente Regulador de Servicios Sanitarios pidió informes a Assa acerca de la prestación que se brinda en el lugar.
/La Capital | 
Cinco barrios sin agua junto a un estadio que utiliza 80 mil litros

 Es un absurdo de larga data, pero no se subsana. Y en verano se agrava. Salvo en el centro, en toda la periferia de Rosario, la ciudad con dos arroyos y el río Paraná, el más caudaloso de América después del Amazonas, el agua es escasa y casi tan sagrada como una vaca en la India. Allí la población ya está entrenada en la tarea de cargar diariamente sus tanques de noche, llenar tachos, bidones y botellas en alguna canilla y lavar la ropa y los platos y bañarse en horas inverosímiles. Aunque hay cinco barrios al límite oeste del municipio (Los Unidos, Floresta, Tango, el de los terrenos de la Cooperativa de la Vivienda y villa La Antena) donde el problema torna a burla. Ubicados en "Mendoza al fondo", como dicen los vecinos, o Calasanz al 9300, todos están prácticamente "secos". Pero rodean y contemplan cómo en el Estadio Mundialista de Hockey se riega a diario el césped sintético de su campo de juego con unos 80 mil litros de agua potable, porque la de pozo la deteriora.
El vicepresidente del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), Alberto Muñoz, pidió la semana pasada un informe a Aguas Santafesinas SA (Assa) para que se explicite cómo se alimenta de agua potable la cancha (ver aparte). Y aclaró ante La Capital: "Que esa zona de Rosario no es la única con problemas de agua, no es nuevo. Hay 30 barrios más con poquísima presión. todos cercanos a Circunvalación, porque la planta potabilizadora de Arroyito ya no tiene más capacidad de producción y creció demográficamente la ciudad. Pero hay algo crítico que se está manifestando, porque antes los problemas eran estivales y ahora comienza a escasear el agua en invierno y también en el macrocentro, donde las torres crecen a ritmo acelerado".
Por eso se hace imprescindible la culminación en Granadero Baigorria de la planta potabilizadora (sólo se realizó el muelle para la toma de agua y falta la planta y el acueducto). Tendrá una producción equivalente al 25 por ciento del volumen que actualmente distribuye Arroyito. Cuando se termine (estaba prevista para fines de 2013), abastecerá fundamentalmente a la zona norte y también el área que circunda al estadio.
El estadio, que integran también el Centro de Salud José Raúl Ugarte y una flamante escuela, aún sin nombre (Nº 1.390), pertenece al municipio. Por convenio se le otorgó la gestión deportiva a la Asociación de Hockey del Litoral (Rosario), que lo mantiene con ocho empleados. Allí juegan y se entrenan clubes que carecen de campo con césped sintético y escuelas que integran los programas barriales de deporte.
Ambos establecimientos del estadio también padecen o han sufrido la falta de agua mientras observan cómo se manguerea la cancha. Y tuvieron que recurrir, en más de una oportunidad, al servicio de la cuba de Assa para garantizar la atención primaria y el dictado de clases.
Los campos de hierba sintética no pueden estar secos y el agua neutraliza su efecto abrasivo, que puede provocar quemaduras cutáneas. El líquido la refresca (un día de mucho calor la temperatura puede elevarse varios grados por encima de la temperatura ambiente) y hace más idóneo el desplazamiento en el juego. Pero, por todo eso, debe ser regada en su totalidad, por ejemplo, en el entretiempo de un partido. Y eso supone grandes caudales de agua.
En esta cancha sintética de agua (tal su nombre real) se echa mano a 80 mil litros en los días más tórridos y de mayor actividad. Pero unos miles de litros menos, en ese contexto, aún hacen obscena la cifra si se tiene en cuenta que una familia de cinco personas puede gastar cien litros para lavar los platos, que se invierte algo más que eso para el ciclo de un lavarropas o se usan 2.500 para una pileta de lona chica.
El campo del estadio tiene 91,4 por 55 metros, lo pueden llegar a rodear 12 mil espectadores y posee una iluminación con una potencia 40 por ciento superior que la cancha de Central. En 2010 fue epicentro del XII Campeonato Mundial de Hockey Femenino y, dos años después, recibió a la 20ª edición del Champions Trophy.
También en esos momentos en la zona faltó agua y el estadio no fue la excepción. Todo se subsanó con cubas, las mismas que Assa lleva a los barrios carenciados en verano. Cubas que no dejaron de llegar luego de los torneos hasta Miglerini y Calasanz, a la vista de muchos vecinos sin una gota en sus canillas.
"¿Por qué no regar la cancha con agua de pozo?", es la pregunta que cae de maduro. La respuesta es técnica: el agua subterránea tiene nitratos y sales, además de bacterias. Y hay procesos que contrarrestan esos componentes, como la potabilización (la desinfecta) y la filtración y desalinización. Se podría perforar la napa y, si realizaran esos procesos, algo que no es extremadamente costoso, podrían usar ese agua y ahorrar recursos valiosos como la potable. Pero es necesaria una inversión.
Extensión de cañería
Alberto Muñoz (Enress) pidió detalles a Assa sobre cómo se alimenta de agua el estadio. La empresa respondió que, como la cancha está emplazada fuera del área servida con agua potable pero hay una cañería de 110 milímetros que alimenta al barrio Tango, se realizó en 2010 un trabajo (obra por cuenta de terceros) en representación del Fideicomiso Jockey Club. La obra nunca fue concluida y figura Assa como paralizada con un avance del 98%, pero funciona desde el Mundial de Hockey.

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