lunes, 26 de agosto de 2013

Colón le ganó a River 2 a 1 en el Monumental

Los goles del Sabalero fueron convertidos por Facundo Curuchet (6 ST) y Tito Ramírez (32 ST). Descontó sobre el final Teófilo Gutiérrez para los Millonarios.
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Colón le ganó a River 2 a 1 en el Monumental

 Después de una impecable actuación, aguantando en el primer tiempo y pegando duro en el complemento, Colón derrotó de visitante a River por 2-1, con goles de Facundo Curuchet (ST 6’) y Rubén Ramírez (ST 32’); descontó Teófilo Gutiérrez en el epílogo (ST 42’).


Desde el primer momento Colón dejó en claro que su propuesta pasaría pura y exclusivamente por aglutinar gente en la mitad de la cancha y esperando para salir rápidamente de contra. Indefectiblemente le cedió la iniciativa a River, que intentaba manejar la pelota a través de Lanzini y Mora, y de poner en ofensiva a sus laterales, Ponzio y Vangioni. Justamente, el encargado de cuidar el callejón del tres se mandó en una de sus tradicionales escaladas y fue víctima de un duro cruce de Alcoba que terminó en falta. Transcurrían 9’ cuando Manuel Lanzini se hizo cargo de la ejecución que fue a parar a la cabeza de Álvarez Balanta y que por poco no pudo marcar el primer festejo del partido.


El Sabalero estuvo más preocupado en defender que atacar y por eso rara vez lograba encadenar una jugada de más de tres pases seguidos dejando muy aislados a Tito Ramírez y Facundo Curuchet. No obstante, el cerrojo funcionaba a la perfección, máxime si se tiene en cuenta que la premisa era no perder. Pero de tanto insistir, muchas veces las mejores estrategias sufren fisuras y el partido, que ya presentaba un monólogo millonario, tuvo dicha excepción ya que, de buenas a primeras, en un minuto (23’ y 24’), el local apretó el acelerador. Primero a través del uruguayo Mora, que no pudo conectar un centro raso de Carlos Carbonero. Y después, mediante un centro de Lanzini que terminó yendo al arco, demandando la intervención del golero sabalero.


Lo del Rojinegro defensivamente era aceptable pero futbolísticamente en ataque aplazado, a punto de sólo contar con una aproximación –lejos estuvo de ser una opción de gol– recién a los 40’ con una bolea defectuosa de Ramírez, luego de la corajeada de Sebastián Prediger, a la postre el mejor valor rojinegro, y que fue a dar a las chapas. Prácticamente Marcelo Barovero fue un espectador de lujo, producto de la anemia ofensiva de Colón.

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