El titular de la Guardia Urbana Municipal (GUM), Gustavo Franco, sufrió las consecuencias de la euforia estudiantil: un joven le pintó el saco con un aerosol. No se registaron hechos de violencia ni hubo detenidos.
La Capital |
Unos 350 estudiantes, que celebran el comienzo del último año de clases de la secundaria, recorrieron esta mañana las calles del centro haciendo sonar bocinas, estallando petardos y cantando a viva voz, lo que sacudió la tranqulidad de la madrugada rosarina.
"Trabajamos desde las 4.30 con varios móviles de la repartición recorriendo los lugares donde se reunieron estos grupos de 40 o 50 jóvenes que festejaban ruidosamente tratando de disuadirlos de su actitud", aseguró hoy el titular de la Guardia Urbana Municipal (GUM), Gustavo Franco.
En declaraciones al programa "El primero de la mañana", Franco reveló que la euforia de los estudiantes lo tuvo a él mismo como blanco de los excesos de la celebración. "Fue un hecho anecdótico, pero uno de los chicos con un aerosol me pintó el saco", contó Franco, sin perder la calma.
"Son unos 350 chicos los que salieron a festejar, apelamos a la responsabilidad de sus padres para que no cometan excesos, el Estado no puede ser el único que tenga que controlar la situación", reflexionó Franco, quien señaló que "más allá de los cánticos no se registraron hechos violentos ni hubo detenciones".
Vale destacar que desde la semana pasada en la zona céntrica grupos de estudiantes se encuetran para celebrar el comienzo del último año de crusado de la escuela secundaria. Sus festejos quiebran la montonía de la madrugada con gritos, bocinazos y el estallido de fuegos artificiales.
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