Dos de los cinco imputados por un triple crimen ocurrido tres años atrás en la zona sudoeste de la ciudad fueron condenados a prisión en un juicio oral que se realizó en los Tribunales provinciales. Claudio Miguel Villalba recibió una sanción penal de 13 años y Jorge Osvaldo Mendoza fue sentenciado a 11 años de cárcel. En tanto, los otros tres acusados fueron absueltos por el beneficio de la duda. Tras la lectura del fallo, la fiscal anunció que apelará la resolución.
La Capital |
Villalba y Mendoza enfrentaron los cargos por el triple homicidio calificado por el uso de arma de fuego de Mauro Vallejos, de 18 años; su padre, José Conrado Vallejos, de 42; y de Paulino Herrera, de 36 años y cuñado de Mauro. Los disparos también alcanzaron a Eduardo Vallejos, aunque sólo le produjeron lesiones leves. Por su parte Jesús Acosta, Juan Carlos Acevedo y Gustavo Villalba —hermano de Claudio— quienes fueron absueltos por el Tribunal, llegaron al juicio como partícipes necesarios del hecho, lesiones leves calificadas por el concurso de dos o más personas, uso de armas de fuego y portación de armas. El suceso ocurrió la madrugada del 11 de abril de 2008 rente a la vivienda de las víctimas, en Liniers al 4200.
Sin premeditación. En su decisión, el tribunal oral integrado por Edgardo Fertitta, Juan José Alarcón y Raquel Coscaya decidió modificar la calificación penal con la que habían llegado a juicio los imputados y desestimó la figura del concurso premeditado de dos o más personas como lo había requerido la fiscal Lucía Aráoz.
Los jueces le atribuyeron a Claudio El cuatro Villalba la figura de autor de doble homicidio agravado y portación ilegal de arma de guerra; y a Mendoza la de autor de homicidio agravado y portación ilegal de arma de uso civil.
¿Por qué Villalba fue acusado de doble homicidio? Porque durante el debate penal y través del informe de los médicos que realizaron la autopsia de rigor quedó demostrado que los proyectiles que ingresaron a los cuerpos de Paulino Herrera y de José Conrado Vallejos eran de un revólver calibre 38. Precisamente el arma que El cuatro reconoció haber portado el día del trágico episodio.
A su vez, Mendoza admitió haber disparado con un revólver calibre 32 y los proyectiles que atravesaron el cuerpo de Mauro Vallejos eran de ese calibre.
El Tribunal también decidió la nulidad de lo investigado en relación a las lesiones que dijo haber sufrido José Vallejos, por lo que archivó las actuaciones. Y optó por no aplicar sanción penal alguna a Gustavo Villalba, Jesús Acosta y Juan Carlos Acevedo por "el beneficio de la duda razonable". Por eso quedaron en libertad apenas terminada la lectura del fallo.
Apenas la secretaria del juzgado de Sentencia Nº8 anunció la absolución de los tres imputados, una familiar de uno de ellos dejó caer algunas lágrimas mientras esbozaba una sonrisa en una clara mezcla de sensaciones. Las tres mujeres que la acompañaban en la sala de audiencias también expresaron su satisfacción por el fallo.
Pidió perpetua. Durante sus alegatos, la fiscal Lucía Aráoz había requerido prisión perpetua para Claudio Miguel Villalba como coautor de triple homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego. La fiscal también le atribuyó la portación ilegal de arma de guerra y lesiones leves calificadas. Asimismo, había pedido la misma sanción para Jorge Osvaldo Mendoza, a quien le atribuyó los mismos delitos en calidad de coautor y lo acusó de portación ilegal de arma de uso civil.
La representante del Ministerio Público Fiscal también había solicitado prisión perpetua para Jesús Acosta y Gustavo Villalba, en este caso como partícipes primarios del triple crimen. A su vez, requirió 10 años de cárcel para Juan Carlos Acevedo como partícipe secundario. La acusadora formuló el pedido al considerar que tuvieron intención premeditada de matar a las víctimas. Pero luego pidió al tribunal que en forma subsidiaria se contemplaran condenas a 25 años de cárcel.
Durante las audiencias del juicio Claudio Villalba había narrado su versión sobre el incidente que derivó en la balacera fatal. Contó que Eduardo Vallejos había pasado frente a su casa en una moto que manejaba otro joven y había rozado a su esposa y a su bebé cuando cruzaban. "Les dije que los habían chocado y me preguntaron si nos habíamos comprado la calle", recordó. Villalba indicó que poco después Vallejos apareció otra vez acompañado por un joven conocido como Baba y le pegaron una patada a su hermano Gustavo. Entonces comenzó un forcejeo que culminó con Vallejos amenazándolos con quemarle la casa.
Buscando soluciones. Luego de escuchar disparos en la calle, que atribuyó a Baba, y de hablar con otro vecino que supuestamente le dijo que Eduardo Vallejos le había dado armas para que le disparara, Villalba decidió "ir a hablar con el padre del agresor (José Conrado Vallejos) para solucionar en forma pacífica el tema". Sin embargo, la fiscal desestimó la posibilidad de que los imputados hayan sido agredidos con armas por los Vallejos cuando fueron a la vivienda de Liniers al 4200. "Cuando ya había finalizado la gresca Claudio recogió un arma de su casa y recorrió unos 200 metros para ir a la casa de las víctimas. Es decir que su decisión fue pensada", explicó.
También sostuvo la fiscal que algunos de los testigos que estaban en la propiedad de los Vallejos distinguieron a El cuatro cuando abrió fuego contra las víctimas. Y señaló que esas personas también observaron a los demás imputados en la escena del triple crimen.
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