INT. Las tabacaleras perdieron la pulseada en Australia
La Justicia de ese país
desestimó un recurso presentado por las multinacionales contra una ley
que establece que los paquetes de cigarrillos deben ser homogéneos, sin
logos identificatorios y con propaganda que advierta sobre los graves
problemas que puede ocasionar el fumar.
![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vtOU3BeRAz9qHtCwAkAPUXFGS3FaiPB_8k_cx9a7nJmq5Nq0Q2xLQNZASSfmElpaPEIkd8Tfem2_Cp_H8_n38YpSKoIHGOJCKnioANXW9S03h5N9Oy=s0-d)
![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_tGxjQncxeaPJmgWlQul5fIQ_5Ge5qo-9TXYqkq1bqVe7owPB09sP9EmX0ZI1A1xAa1c3fI49sBMwf_z8-uhwteKFJrp3MmybUZcxPr5pR626Hr5IuD=s0-d)
Las multinacionales del tabaco perdieron hoy el pulso con el Gobierno de
Australia a raíz de que la Justicia desestimara su recurso contra ley
que obliga a que los paquetes de cigarrillos sean homogéneos y sin
publicidad.
El Tribunal Superior de Canberra dictaminó que la
ley, que entrará en vigor el próximo 1 de diciembre, no contraviene la
Constitución ni infringe los derechos de propiedad intelectual como
denuncia la industria tabaquera.
Australia se convierte así
en el primer país en adoptar el empaquetado genérico, sin marcas ni
textos de promoción del tabaco, mientras que otros países como Gran
Bretaña, Canadá o Estados Unidos se estudian medidas similares
Encabezados por la británica British American Tobacco (con marcas
internacionales como Lucky Strike), los demandantes incluyen a Japan
Tobacco International, Imperial Tobacco (Cohiba o Golden Virginia) y
Philip Morris (Marlboro, L&M o Chesterfield).
“Al menos
una mayoría de este tribunal opina que la ley no es contraria (a la
Constitución de Australia)”, afirmaron los jueces, que presentarán sus
argumentaciones en una fecha posterior.
Las compañías no
podrán recurrir la sentencia y tendrán que empezar a empaquetar el
tabaco en cajetillas de color verde oliva, con tipografía homogénea y en
letra pequeña la marca, a partir de la fecha de entrada en vigor de la
nueva ley.
Además, las advertencias sanitarias con tumores
cancerígenos y bebés enfermos que ocuparán el 75 % de la parte frontal
de los envoltorios y el 90 % de la posterior.
Uno de los más
firmes defensores de la ley es la fiscal general australiana, Nicola
Roxon, exministra de Sanidad y cuyo padre murió de cáncer de esófago
provocado por el tabaco cuando ella tenía 10 años.
“Es un
hito para el control del tabaco en el mundo. Otros países podrían
considerar ahora tomar medidas parecidas”, declaró Roxon.
Tras conocer el veredicto, el presidente del Consejo de Tabaco y Salud,
Mike Daube, afirmó que se trata de “una victoria masiva para la salud
pública” y “la peor derrota de la industria tabacalera mundial”.
Daube, que dirigió el comité que asesoró al Gobierno sobre la ley,
recordó que “las compañías tabaqueras se han opuesto al empaquetado
homogéneo con más ferocidad que contra cualquier otra medida”.
Las empresas tabaqueras insisten en que la ley les causará pérdidas
millonarias y que viola sus derechos de propiedad intelectual al
prohibirles utilizar sus logotipos.
El portavoz de British
American Tobacco, Scott McIntyre se mostró “extremadamente defraudado”
con la decisión del Tribunal Superior y agregó a la prensa, que “al
final del día nadie gana con el empaquetado homogéneo excepto los
criminales que venden cigarrillos en Australia”.
El portavoz
indicó que no obstante cumplirán con la normativa, aunque consideran
que “el Gobierno no tiene el derecho de sustraer la propiedad
intelectual de las compañías”.
Para Sonia Steward, portavoz
de Imperial Tobacco, “la legislación facilitará el trabajo de los
contrabandistas al abaratar sus costes“ y precisó que el Estado debería
compensar a las compañías por privarles de su imagen de marca.
Algunos países como Honduras, la República Dominicana y Ucrania se han
opuesto en la Organización Mundial del Comercio (OMC) a la normativa
australiana al considerar que vulnera los derechos de propiedad
intelectual.
Según las autoridades hondureñas, la
legislación elimina “la función básica de una marca, que es permitir a
los consumidores distinguir productos de distintas compañías”.
Los denunciantes también alegan que la normativa australiana pondrá
restricciones al comercio al regular el empaquetado del tabaco, aunque
de hecho sus exportaciones a Australia tienen un volumen poco
significante.
En los años 90, el Ejecutivo de Camberra
prohibió la publicidad del tabaco en cualquier medio de comunicación y
soporte, así como el patrocinio de todo tipo de evento.
Unos
15.000 australianos mueren cada año a causa de dolencias relacionadas
con el tabaquismo, un hábito que según fuentes oficiales cuesta cada año
unos 31.871 millones de dólares a la arcas del Estado de este país
oceánico.
El Gobierno aspira a recortar el número de personas fumadoras del 15 % de la población actual al 10 % en 2018.
Otros países como Gran Bretaña, Canadá o Nueva Zelanda estudian medidas similares a la adoptada por Australia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario