En la última década, la
población del Gran Rosario con cobertura médica (obras sociales y
prepagas) se incrementó un 23 por ciento. En el mismo lapso, las camas
de internación en los centros de salud privados del departamento pasaron
de 1.350 a 1.600, una suba del 18 por ciento.
La Capital |
En la última década, la población del
Gran Rosario con cobertura médica (obras sociales y prepagas) se
incrementó un 23 por ciento. En el mismo lapso, las camas de internación
en los centros de salud privados del departamento pasaron de 1.350 a
1.600, una suba del 18 por ciento. Esta diferencia explica las razones
por las cuales escasean las plazas para internación en clínicas y
sanatorios en el área metropolitana.
Los datos surgen de cotejar el
crecimiento poblacional y la cobertura sanitaria de los censos 2001 y
2010, con los números del sistema de salud regional.
Al momento de analizar el panorama, hay
miradas encontradas al interior del sistema privado de salud. Para
Alfonso Quaranta, vicepresidente del Sanatorio de la Mujer y
prosecretario de la Asociación de Clínicas y Sanatorios la situación es
"complicada", tanto que por día dijo recibir "dos llamadas personales de
allegados y conocidos solicitando una cama a falta de plazas". En ese
marco, sugirió a aquellos que tienen una cirugía programada "asegurarse
el lugar con tiempo".
Por su parte el secretario de la
entidad, Eduardo Javkin, reconoció dificultades "sólo estacionales,
cuando se dispara la demanda por ejemplo ante el intenso frío de
invierno". Según Javkin "pese a no haber aumentado en la misma
proporción las camas y el universo de afiliados a prepagas y obras
sociales, eso se compensa con la incorporación de tecnología. Hace diez
años una operación de vesícula implicaba dejar internado al paciente una
semana, hoy puede irse en la misma jornada gracias a los avances y a
las técnicas no invasivas".
Más allá de las interpretaciones, los
datos que surgen de cotejar los índices de 2001 y 2010 son elocuentes.
Según el censo efectuado a meses de la caída del gobierno de la Alianza
en plena crisis de la convertibilidad, el departamento Rosario tenía una
población de 1.121.441 habitantes, de los cuales 663.814 personas
tenían cobertura médica de algún tipo (obra social, prepaga, Pami, y
programas estatales de salud).
En 2010, con crecimiento económico a
tasas asiáticas, la población departamental llegó a 1.193.605. Y la
cantidad de habitantes con cobertura médica proyectada es de 815.113
personas. La proyección surge al no haber publicado aún el Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) datos desagregados a nivel
departamental al interior de cada provincia. Como la población de
Rosario subió en la misma proporción de la provincia se puede deducir
que tuvo un comportamiento porcentual similar en lo referido a su
incremento en cobertura médica.
Comparando los registros de ambos
censos, surge que la población con cobertura médica en el departamento
Rosario creció de 663.814 personas a 815.112 en menos de una década, un
23 por ciento aproximado. Y en el mismo lapso la suba de camas en
clínicas y sanatorios de la región pasó de 1.353 a 1.600, un aumento
cercano al 18 por ciento.
Así, por cada mil personas con obra
social habría casi dos camas (1,96 para ser exactos) disponibles en
efectores de salud. Una menos que las 3 camas por mil habitantes
recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. En el sector
público, de acuerdo al Ministerio de Salud provincial, el departamento
Rosario tiene 3,15 camas por cada mil habitantes sin cobertura social
(ver aparte).
La carencia. Para
Quaranta, el desfasaje se hace sentir en el sistema de salud privado.
"Se nota la falta de camas, ya no es incluso una cuestión estacional,
sino que se registra todo el año. Hay varias razones que inciden, como
la regulación del mercado, las dificultades que tiene el sector para
acceder a créditos, la imprevisión en el cobro, y la política vigente en
materia de aranceles".
El vicepresidente del Sanatorio de la
Mujer contó que a diario recibe "al menos dos llamadas solicitando una
cama de urgencia para alguna intervención, ante la escasez de plazas,
cuando hace una década esas llamadas prácticamente no existían".
Según Javkin, la diferencia en el
crecimiento entre población con cobertura médica y camas se ve atenuada
por la incorporación de tecnología. "Los avances tecnológicos permiten
resolver prácticas médicas con mucha mayor velocidad y eso descomprime
el sistema". Para el secretario de Clínicas y Sanatorios se nota la
falta de camas "sólo ante picos en la demanda por cuestiones
estacionales".
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