lunes, 9 de julio de 2012

A 66 años del primer partido

Fue ante Boca y con 10.000 personas que colmaron el estadio. A fin de año vino Evita y se hizo una nueva “inauguración”, con un clásico que no terminó por falta de luz.

 

 Hace 66 años, la ciudad vibraba. Llegaba Boca a Santa Fe. El Litoral de ese día cuenta en sus páginas que entraron más de 10.000 personas en la cancha, que quedó gente afuera, que la recaudación fue récord para la época. No era por Boca, solamente. Es que Colón inauguraba ese día su nueva cancha, la actual, la que se emplazó en ese terreno descampado y despoblado de 1946, cerquita del Salado, después de arduas gestiones que se habían iniciado a fines de la década del ’30, momento en el que fue adquirido el terreno.

Cuenta la historia que la aparición en escena de Francisco Ghiano fue fundamental en la vida dirigencial de Colón y también en lo que hoy el club goza: tener su cancha propia y en el lugar en el que está.

En 1942, Ghiano se transformó en presidente. En ese verano, se disputó un torneo nocturno en la cancha de Unión y lo ganó Colón, con una destacada actuación de Antonio Saturnino Funes. Ghiano, que tenía una buena amistad con la gente de Rosario Central, ofreció a ese jugador. Y Central aceptó adquirirlo por la suma de 6.000 pesos. Ese dinero fue destinado al relleno del terreno que Colón había adquirido el 2 de marzo de 1939 con la presidencia de Horacio Sosa.

Poco después, Colón, con el antecedente de “Tapón” Funes, procedió a la venta del arquero Raúl Tenuta, del zaguero Esteban Yebra, del wing izquierdo Rubén Marracino y el zaguero Francisco De Santis se fue a Banfield.

La venta de estos cinco jugadores, por gestión personal de Ghiano, fue la base de la construcción del estadio de Colón, que en realidad debía inaugurarse el 31 de marzo de 1946 con un partido amistoso ante San Lorenzo. Pero ese día el estadio estaba totalmente cubierto por las aguas del río Salado, pues se produjo ese año una crecida extraordinaria. Por tal motivo, no se realizó su inauguración en esa fecha, y sí el 9 de julio de ese mismo año, cuando las aguas se retiraron del lugar.

Ese día vino Boca, pero antes hubo una serie de actividades artístico-deportivas. Colón jugó ese día con Botazzi; Portillo y Sabotig; Rebecchi, Arteaga y Enriquez; Aniceto Vázquez, Salomón Elías, Declerq, Carlos María Sosa y Florencio Méndez. El técnico era Felipe Fernández. Por su parte, en Boca jugaron Vacca; Perrosino y De Zorzi; Sosa, Castellani y Pescia; Boyé, que era el capitán y figura, Corcuera, Sarlanga, Vázquez y Pin. Al primer gol del partido lo hizo Pin, a los 14 minutos del primer tiempo; empató Sosa apenas empezó el segundo y desniveló Boyé a los 27. En Colón entraron Rosales por Salomón Elías, Miguel Pesarini por Vázquez, Lucas Sánchez por Méndez, Bernardino Fernández por Sosa, Alberto Rivero por Enriquez, que se lesionó en la cabeza y no ingresaron Santos Di Luca ni Agustín Traversi, que también estaban en ese equipo.

Salomón Elías es el único de los titulares de ese día histórico para Colón y para Santa Fe, que hoy
tiene la dicha de estar para recordar, con gran memoria y rigidez histórica, lo ocurrido aquel día y en los tiempos que vinieron, pues dos años más tarde, en 1948, Colón ingresaba a los torneos de AFA y él (el Turco Elías) tuvo la dicha de ser el autor del primer gol en la historia de los clásicos.

Cuentan sus amigos del café de todas las mañanas en la céntrica esquina de San Martín y la cortada Falucho, que Elías no sólo deslumbra con sus recuerdos que constituyen la historia viviente del fútbol de Santa Fe, sino también entonando unos tangos que amenizan cada mañana de estos “guerreros de la vida” que hoy gozan del merecido descanso de jubilados.

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