Lo forjado por la gestión del
Tata Martino es francamente un aporte casi milagroso para poder salir de
la tortura que le imponía de arranque la tabla de los promedios.
Es decididamente injusto trazar
cualquier intento de análisis de este Newell’s solamente posando la lupa
sobre la caída de ayer 3-2 con San Lorenzo, o sobre la anterior ante
Tigre. Lo forjado por la gestión del Tata Martino es francamente un
aporte casi milagroso para poder salir de la tortura que le imponía de
arranque la tabla de los promedios. La etapa del Tata instaló un punto
de inflexión concreto en la ruta rojinegra, que permitió construir sobre
los escombros un futuro posible, con un presente con nuevas reglas, sin
traumas a cuestas y con un liderazgo que potencia virtudes y absorbe
los desprendimientos negativos.
En ese marco se inscriben las
consecuencias de la dura derrota en el Nuevo Gasómetro que tiró sobre la
mesa vicios de realidad que persiguen a este equipo como sello de
origen. En los últimos dos partidos quedó evidenciado más que nunca que
esta versión leprosa no se preparó de antemano para esta lucha. Tuvo que
ir incorporando elogios, objetivos y un nuevo discurso sobre la marcha,
debido a los éxitos precoces que arrojó la campaña del Clausura.
Pero no hay que olvidar que esta
apuesta nació desde otras necesidades. Tuvo que hacer su caminov y
buscar su propio norte entre urgencias, carencias y especulaciones, que
de a poco se fueron transformando en serenidad, opciones y expectativas
por la clara idea de su mentor, por la rápida recepción de los jugadores
y por un contexto inmediato bastante propicio.
Así Newell’s se fue vistiendo de
equipo serio, solidario, laborioso, con interesantes retoques tácticos
que le acercaron muchas certezas a un equipo que buscaba algo (o
alguien) a qué aferrarse. Y como en la recta final del torneo hilvanó
diez encuentros sin perder, se metió de lleno en el pelotón de punta y
Martino aceptó que le colgaran el pesado cartel de candidato. Aunque
desde allí se exhibieron algunos pasos en falso que obligan a una mayor
cautela al momento de mensurar las reales chances de pelear por el
título.
Poniendo el foco en el traspié con
el Ciclón, este equipo desnudó otra vez que todavía le cuesta imponer su
libreto en cualquier circunstancia. Ayer lo zamarrearon de arranque,
encontró la calma y algunos lujos con los goles de Pablo Pérez y Fabián
Muñoz, y en el segundo tiempo se dejó tragar por la hoguera que
representaba el Nuevo Gasómetro. Y quedó dado vuelta con tres tantos de
cabeza (dos de Gigliotti y otro de Bueno) que lo dejaron perturbado.
Vale recordar que el propio Martino
había apuntado los duelos de visitante con Tigre y San Lorenzo como un
pasaje decisivo en la pugna por el cetro. Fueron dos derrotas
determinantes, con una gran carga de adrenalina y seis goles en contra
que distanciaron al elenco rojinegro de lo más alto.
Boca superó anoche 3-0 a Godoy Cruz y
ahora se alejó a 4 puntos. Tigre sacó uno de ventaja y Arsenal hoy hace
su movimiento. Las posibilidades matemáticas se achicaron
considerablemente y las ecuaciones ya no juegan a las complicidades.
Este Newell’s mostró que necesita guardar sus rótulos en el arcón de las
buenas intenciones y caminar más liviano de ropas en las tres fechas
que restan del torneo.
El sueño se alejó con el triunfo de Boca
A sólo tres pasos del final del torneo
Clausura, Newell’s quedó a cuatro unidades de Boca Juniors. El equipo de
Julio César Falcioni no dejó pasar la chance, despachó al Tomba y pegó
un salto importante en la búsqueda del título. Era una final para los
leprosos y debían recuperarse del traspié sufrido hace una semana en
Victoria frente a Tigre, pero no fue así y resignaron grandes
posibilidades de seguir en la lucha por el sueño. Algo impensado en el
inicio del campeonato y que sorprendió a propios y extraños. Quedó en el
cuarto lugar detrás también de Tigre y Arsenal, que hoy se mide con
Estudiantes (18.10) y de ganar podría quedar a un punto del xeneize. Las
posibilidades matemáticas siguen intactas y la esperanza es lo último
que se pierde, aunque está claro que hay menores chances porque sólo
quedan nueve puntos en disputa. Al conjunto del Tata Gerardo le resta
enfrentar a Independiente (L), San Martín (V) y Lanús (L). A Boca, el
candidato a la vuelta olímpica, le resta visitar a Banfield, recibir a
Arsenal y ser local con el albo. Tigre también podría luchar, pero
piensa mucho más en zafar del descenso directo que en el título. Y la
tiene brava, porque recibirá a San Lorenzo en la próxima y después
chocará con Vélez e Independiente. Por eso, no todo está perdido, pero
como dijo Hernán Pellerano “dejamos pasar el tren”.
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