Los allanamientos ocurrieron a
fines del 2010 en Villa Hipódromo y en Sauce Viejo. Otro de los
imputados, de 22 años, fue asesinado en diciembre pasado.
Tres santafesinos fueron condenados por el Tribunal Oral Federal por
tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. El debate se
desarrolló en tres jornadas y una veintena de relatos testimoniales se
sumaron a las pruebas contra José Luis Ibarra, quien recibió una pena de
cinco años de prisión; Germán Exequiel Losada, condenado a cuatro años y
medio de prisión, y Elisabet Noemí Pereyra, sentenciada a dos años y
dos meses de prisión.
Los allanamientos, que se produjeron en forma sincronizada y sorpresiva, se realizaron el 22 de octubre de 2010 y estuvieron a cargo de las Tropas de Operaciones Especiales, Guardia de Infantería y Grupo de Operaciones Especiales de la policía. El primero fue en la casa de José Luis Ibarra, en calle Lavaisse 4.104.
Por las cañerías
Entre la parrilla de la cama y el colchón, encontraron una bolsa de nailon negra, anudada, que contenía más de 1,2 kilos de marihuana, con la que se podrían haber confeccionado más de 2.500 cigarrillos de marihuana, y la misma cantidad de clorhidrato de cocaína, armados en cuatro paquetes. Además, había recortes de nailon usados para la confección de esas bochitas de marihuana que se encontraron, y un revólver calibre 32 con un cartucho cargado.
Horas después, la policía allanó una vivienda de Sauce Viejo, ubicada sobre calle 21, entre 6 y 8. Allí vivía Germán Losada, con su novia, Elisabet Noemí Pereyra, quien recién había cumplido los 21 años.
Cuando la policía llegó al lugar, Elisabet abrió la puerta e intentó detenerlos, no quería que ingresaran a su casa. Germán corrió hasta la habitación e intentó deshacerse de los más de 60 envoltorios con marihuana que había escondido dentro de una bolsa blanca, que estaba guardada debajo del colchón de dos plazas de la única habitación del inmueble. En el baño, los agentes también encontraron paquetes con cocaína. Losada había intentado tirarlos dentro del inodoro y en el desagüe. Lograron recuperar algunos, pero estiman que hubo más cantidad que se perdió por las cañerías.
Luego de rendida toda la prueba, fue el turno de los alegatos; en primer lugar lo hizo la Fiscalía, a cargo de Martín Suárez Faisal y después los abogados defensores Tallarico, Rocca y el defensor público oficial Fernando Sánchez, representando a Ibarra, Losada y Pereyra, respectivamente.
Vínculos violentos
Durante el juicio, Ibarra intentó negar las acusaciones, dijo que desconocía a quién pertenecía la droga e inculpó a un cabo de la policía de haberle “plantado la droga”. Sin embargo, esa versión no encontró respaldo en el resto de las testimoniales, que señalaron a Ibarra como uno de los principales comercializadores de droga de barrio Barranquitas. Ibarra contaba con serios antecedentes. Entre el 2006 y el 2011, tuvo cuatro condenas, una de ellas en suspenso por el delito de robo, en distintos grados. Pero además, se lo vincula al tristemente célebre Carlos Alberto Zualet, más conocido como Mente de Pollo, quien en junio del 2007 fue uno de los detenidos por el homicidio del comerciante Mario Laracca.
Sin embargo, los de Ibarra y Zualet no fueron los únicos nombres conocidos en las crónicas policiales. Aquel 22 de octubre de 2010, cuando se realizó el allanamiento en la casa de Germán Losada en Sauce Viejo, también se realizó un procedimiento en una vivienda vecina, ubicada en calle 14, propiedad de Sergio Mourelo, quien en 2005 había sido condenado a seis años de prisión por venta de estupefacientes. En esa casa, el hombre vivía con su hijo Nicolás y en la habitación del joven los agentes de la policía secuestraron un trozo compacto de marihuana, envuelto con cinta de embalar que estaba arriba del ropero. Ambos quedaron imputados en la causa por tenencia simple de estupefacientes.
Sin embargo, el miércoles 14 de diciembre del año pasado, en la esquina de la avenida Vicente Peñaloza y Alberti, de barrio San Martín, Nicolás Mourello, de 22 años, recibió tres balazos. El joven fue trasladado en un auto particular hasta el hospital Cullen, agonizó algunas horas y falleció minutos antes de la medianoche.
Por la muerte de Mourello, se suspendió la realización del juicio contra su padre, Sergio Mourello, debido a que no se encontraba en condiciones de ser sometido al proceso, según los informes médicos presentados por su abogada defensora, Sandra Arredondo.
Los allanamientos, que se produjeron en forma sincronizada y sorpresiva, se realizaron el 22 de octubre de 2010 y estuvieron a cargo de las Tropas de Operaciones Especiales, Guardia de Infantería y Grupo de Operaciones Especiales de la policía. El primero fue en la casa de José Luis Ibarra, en calle Lavaisse 4.104.
Por las cañerías
Entre la parrilla de la cama y el colchón, encontraron una bolsa de nailon negra, anudada, que contenía más de 1,2 kilos de marihuana, con la que se podrían haber confeccionado más de 2.500 cigarrillos de marihuana, y la misma cantidad de clorhidrato de cocaína, armados en cuatro paquetes. Además, había recortes de nailon usados para la confección de esas bochitas de marihuana que se encontraron, y un revólver calibre 32 con un cartucho cargado.
Horas después, la policía allanó una vivienda de Sauce Viejo, ubicada sobre calle 21, entre 6 y 8. Allí vivía Germán Losada, con su novia, Elisabet Noemí Pereyra, quien recién había cumplido los 21 años.
Cuando la policía llegó al lugar, Elisabet abrió la puerta e intentó detenerlos, no quería que ingresaran a su casa. Germán corrió hasta la habitación e intentó deshacerse de los más de 60 envoltorios con marihuana que había escondido dentro de una bolsa blanca, que estaba guardada debajo del colchón de dos plazas de la única habitación del inmueble. En el baño, los agentes también encontraron paquetes con cocaína. Losada había intentado tirarlos dentro del inodoro y en el desagüe. Lograron recuperar algunos, pero estiman que hubo más cantidad que se perdió por las cañerías.
Luego de rendida toda la prueba, fue el turno de los alegatos; en primer lugar lo hizo la Fiscalía, a cargo de Martín Suárez Faisal y después los abogados defensores Tallarico, Rocca y el defensor público oficial Fernando Sánchez, representando a Ibarra, Losada y Pereyra, respectivamente.
Vínculos violentos
Durante el juicio, Ibarra intentó negar las acusaciones, dijo que desconocía a quién pertenecía la droga e inculpó a un cabo de la policía de haberle “plantado la droga”. Sin embargo, esa versión no encontró respaldo en el resto de las testimoniales, que señalaron a Ibarra como uno de los principales comercializadores de droga de barrio Barranquitas. Ibarra contaba con serios antecedentes. Entre el 2006 y el 2011, tuvo cuatro condenas, una de ellas en suspenso por el delito de robo, en distintos grados. Pero además, se lo vincula al tristemente célebre Carlos Alberto Zualet, más conocido como Mente de Pollo, quien en junio del 2007 fue uno de los detenidos por el homicidio del comerciante Mario Laracca.
Sin embargo, los de Ibarra y Zualet no fueron los únicos nombres conocidos en las crónicas policiales. Aquel 22 de octubre de 2010, cuando se realizó el allanamiento en la casa de Germán Losada en Sauce Viejo, también se realizó un procedimiento en una vivienda vecina, ubicada en calle 14, propiedad de Sergio Mourelo, quien en 2005 había sido condenado a seis años de prisión por venta de estupefacientes. En esa casa, el hombre vivía con su hijo Nicolás y en la habitación del joven los agentes de la policía secuestraron un trozo compacto de marihuana, envuelto con cinta de embalar que estaba arriba del ropero. Ambos quedaron imputados en la causa por tenencia simple de estupefacientes.
Sin embargo, el miércoles 14 de diciembre del año pasado, en la esquina de la avenida Vicente Peñaloza y Alberti, de barrio San Martín, Nicolás Mourello, de 22 años, recibió tres balazos. El joven fue trasladado en un auto particular hasta el hospital Cullen, agonizó algunas horas y falleció minutos antes de la medianoche.
Por la muerte de Mourello, se suspendió la realización del juicio contra su padre, Sergio Mourello, debido a que no se encontraba en condiciones de ser sometido al proceso, según los informes médicos presentados por su abogada defensora, Sandra Arredondo.
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