SANTA FE: Confirman el procesamiento por el crimen del chico de 10 años
Un joven de 20 años, integrante de la llamada banda de los Maraqueros, seguirá preso acusado de matar a Marcos Benítez.
La Cámara de Apelaciones en lo Penal de Santa Fe confirmó el
procesamiento por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” para
Marcelo Orlando López. El imputado, de 20 años y apodado “Negrito”, es
uno de los miembros de la banda de los Maraqueros, que desde hace años
mantiene atemorizados a los vecinos de El Arenal, en el barrio San
Lorenzo.
López está acusado de ser el autor del disparo que mató a Marcos Benítez,
un chico de 10 años que el 23 de noviembre a las once de la noche fue
alcanzado por una bala proveniente del zanjón Tacca, también llamado
terraplén Irigoyen.
El chico estaba sentado en la vereda,
tomando jugo con los hijos de un vecino de enfrente. Acababan de cenar y
habían salido a la calle porque estaba fresco, cuando se desató la
balacera.
Pelea de bandas
Los
testigos coinciden en que esa noche se escucharon varias detonaciones
-por lo menos seis-, de las cuales una fue la bala que impactó en la
axila del menor, que murió prácticamente en el acto.
Por esa
muerte una decena de jóvenes de la zona fueron arrestados. A todos ellos
la Justicia dictó “falta de mérito”. No obstante no poder comprobar la
participación del grupo en el crimen de Benítez, el juez de Instrucción
Nicolás Falkenberg obtuvo una radiografía de lo que sucede en ese
barrio, copado por la pelea de las bandas Maraqueros y del Gauchito Gil.
Algunos de los indagados dijeron conocer a “Negrito” López, otros
directamente ignoraron su existencia y ninguno de ellos le atribuyó la
muerte de la criatura. Lo cierto es que casi todos aseguran que se trata
de uno de los miembros de los Marqueros.
Personal de la
Sección Homicidios de la URI arribó a la conclusión de que el grupo
tiene su refugio en una chacarita de General López al fondo; y que esa
noche perseguían a miembros de la banda del Gauchito Gil, que tiene su
guarida en calle Uruguay al 4200, cerca del santuario.
Único acusado
Aunque nadie lo denunció en un primer momento, el nombre de López
circuló con fuerzas en la barriada. Finalmente, un testigo que hoy
cuenta con protección policial se animó a contar lo que vio sobre el
terraplén, cuando Marcelo López cargaba la pistola en compañía de otros
dos conocidos que se apodan “Maxi” y “Peladito”.
La policía
allanó varios domicilios en busca del delincuente, hasta que el 19 de
diciembre -casi un mes después del hecho-, el prófugo se presentó en
Tribunales en compañía de su abogado Ignacio Ferreyra.
La
estrategia de la defensa durante la indagatoria fue decir que acababa de
enterarse de que estaba siendo buscado y que se encontraba viviendo en
Santo Tomé, donde trabajaba en una chanchería. También ofreció testigos
que justificaron que López, que cumplía horario de 19 a 24, se
encontraba trabajando en el momento de la tragedia.
Confirmó la Sala III
Nada de eso sirvió para convencer al fiscal, que solicitó la prisión
preventiva del imputado. El juez Falkenberg, a cargo del Juzgado de
Instrucción Octava durante la feria judicial, aceptó la medida y dictó
el procesamiento el 30 de enero por el delito de “homicidio agravado por
el uso de arma de fuego”.
La defensa apeló la resolución y
la Sala III -integrada- se expidió el 9 de marzo confirmando en todos
sus términos el procesamiento y la prisión preventiva. Los camaristas
Eloy Suárez, Julio César Rondina y Sebastián Creus, revisaron cada una
de las declaraciones reunidas durante la instrucción y avalaron la
decisión final.
A favor y en contra
El abogado Ignacio Ferreyra, sostuvo que “no se cuenta con el grado de
probabilidad respecto de la participación de Marcelo López en los
sucesos” en que murió Marcos Benítez.
Cuestionó
contradicciones de los testigos; y afirmó que “por la oscuridad de la
zona, resulta casi imposible que (uno de ellos) haya podido divisar a
seis metros de distancia a López disparar repetidamente con un arma
calibre 9 mm hacia donde estaba el menor”.
Por su parte, el
Fiscal de Cámaras coincidió con el procesamiento y reconoció que “los
vecinos, muchos de ellos testigos directos, se niegan a declarar por
temor a represalias”.
En los considerandos, los camaristas
aceptaron como “acertada” la declaración del vecino, “acerca de que el
disparo provino de la zona del zanjón Tacca”.
Asimismo,
analizaron el testimonio de otro testigo que vio a López cuando cargaba
el arma y disparaba en la misma dirección que dijo el otro vecino. “No
existe contradicción en estos dos relatos”, aseguraron los jueces de
segunda instancia.
A propósito de las fotografías que la
defensa esgrimió como prueba de la imposibilidad de ver claramente en
horas de la noche, la Sala III dijo que “debe entenderse que sin lugar a
dudas (las cámaras) no pueden registrar con total fidelidad lo que el
ojo humano percibe”.
Peligro de fuga
Para la Cámara de Apelaciones corresponde confirmar la prisión
preventiva ante el inminente “peligro de fuga” que significaría que
López atraviese el proceso en libertad. Además del delito que se le
imputa y de la pena en expectativa, los jueces recordaron que lo fueron a
buscar a su casa el 25 de noviembre -dos días después del crimen- y no
lo encontraron. Su búsqueda continuó en las localidades de Desvío Arijón
y Coronda, con orden de captura de fecha 28 de noviembre de 2011,
concretándose su arresto recién el día 19 de diciembre de 2011 cuando
decidió entregarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario