Desde que el sábado pasado una
madre parió un bebé con síndrome de Down en la Maternidad Martin y
manifestó su voluntad de darlo en adopción (sin saber que tenía esa
patología) quince familias rosarinas se mostraron interesadas en hacerse
cargo del pequeño. Julio es ochomesino, pesa apenas dos kilos, se
recupera en la sala de neonatología y generó una gran movida solidaria.
Tanto, que no sólo en Rosario se suman
las parejas que quieren adoptarlo sino que los pedidos llegan desde más
allá de los límites de esta ciudad. Una historia de amor que, sin dudas,
conmueve.
Cuando Alicia Kosinski se enteró de que
había un bebé con síndrome de Down sin familia salió disparada a la
maternidad de San Luis y Moreno con su amiga Marcela Villarreal. Ambas
son integrantes de la Asociación de Padres Ayudando a Padres de Niños
con Síndrome de Down (Apad). Estuvieron con el bebé, lo mimaron, le
cantaron... y la historia comenzó a crecer. A través de las redes
sociales mucha gente se enteró del caso. No fueron pocos los que se
ofrecieron para ir a cuidarlo a la sala de neonatología, otros
averiguaron cómo hacer para llevarle ropa, mantas, mamaderas, pañales y,
en una semana, Julio se vio rodeado de afectos y regalos.
Pero eso no es todo. En tan sólo una
semana, 15 familias rosarinas se ofrecieron para adoptarlo. Y si bien el
caso está en manos de la Justicia y se deberá proceder según la ley,
los matrimonios hablan con alegría y se emocionan con la posibilidad de
que Julio sea parte de su familia (ver página 4).
Acompañado. Durante
toda la semana, Alicia, Daniela y Gladys se turnaron para cuidar a Julio
e intentar que esté solo el menor tiempo posible. La compañía no es
menor si se tiene en cuenta que los médicos manifestaron que el bebé
mejoró notablemente desde que estas mujeres empezaron a cuidarlo. Hasta
aumentó de peso.
Las tres son madres y se emocionan cuando hablan del pequeño.
Muchas personas se acercaron a ellas
porque quieren ver a Julio y les llevan regalitos. Alicia confesó que
tiene en la casa varias bolsas de ropa que le acercaron para vestir al
bebé.
"Julio es hermoso. Estuve con él, lo
abracé, lo llené de besos, le canté, le conté que muchísima gente lo ama
y que pronto saldrá. Todas las mañanas voy a verlo, llueva, truene o
caigan piedras...", contó una de las madres.
"Este caso salió a la luz, ¿pero
cuántos otros habrá?" se preguntaron las mujeres y remarcaron: "La gente
es solidaria, porque más allá de que Julio sea un bebé especial, lo
quieren adoptar. Además, que tantos se comuniquen con nosotras sirve
para demostrar que hay una apertura hacia las personas discapacitadas",
reflexionó Alicia.
Mientras tanto, Julio se recupera en la
sala de neonatología. "Desde que lo comenzamos a visitar el nene cambió
un ciento por ciento porque le damos amor", sostienen. Un ingrediente
fundamental para la vida de todo ser humano
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