La Crema se impuso por 3-1 en un partido lleno de tensión, salió de la zona de Promoción y lo empujó a ese lugar al Santo.
Ambos entrenadores optaron el esquema 4-4-2 y depositaron sus fichas en los volantes externos, quienes debían aportar vuelo por las bandas y facilitar la conexión con los puntas. En el local, la tarea recayó en Carrera y Castro. En tanto, Bogado y Carrusca asumieron el mismo rol en el visitante. El comienzo fue picante y hubo llegadas a los arcos, bajo un contexto apremiante.
Gandín no pudo en un mano a mano con Pocrnjic a los 3 minutos, mientras que Sara le tapó un tiro rasante a Caprari a los 13. Más tarde, Carignano definió apenas afuera. Carrusca y Castro eran los titiriteros de sus respectivos equipos, en el marco de un partido parejo. Pero el que festejó primero fue San Martín: iban 27 del periodo inicial cuando Bogado sacó un remate con veneno desde fuera del área que eludió la resistencia de Sara.
El tanto del ex Argentinos dejaba a Rafaela en zona de descenso directo y bañaba en tranquilidad al Santo. Con su hinchada a punto de estallar de bronca y un rival que se retrasó, la Crema encontró la reacción en cinco minutos. Carrera puso el empate a los 40 y Castro (asistido por Fissore) celebró el 2-1 a los 45. Los santafesinos pasaron a estar fuera de todo y hundió en la Promoción al Santo. Del infierno al cielo con dos estocadas.
En el prólogo del complemento, Rafaela hizo méritos para justificar la ventaja obtenida a través de una ráfaga. Fissore y Serrano gobernaron el medio, Carrera desbordó por derecha, Castro aportó los mejores pincelazos y Gandín peleó cada pelota con potencia. La tarea en ataque del Santo se redujo a los remates de Bogado. Carrusca se ahogó en sus intermitencias y la dupla Graf-Caprari no recibió pelotas limpias para resolver.
Recién a partir de los 25, San Martín asumió la iniciativa. Con Penco y Roberval entre los once, el visitante fue a la carga pero no le pudo hacer agujeros a la sobria defensa santafesina. No alcanzó con el esfuerzo de Bogado, el más claro del perdedor. Rafaela defendió sin sufrir y bajó el telón a los 41 con un contragolpe bien coronado por Gandín. En 90 minutos dramáticos, la Crema tomó oxígeno y mandó al Santo al infierno.
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