Los Canallas rosarinos visitan
este lunes al Verdolaga en Capital Federal. A diferencia del encuentro
con Merlo, en el que detectó una euforia previa que podía ser
contraproducente para su equipo, el DT de Central llega más tranquilo al
duelo con Ferro. “Es decisivo como todos y más aún porque el margen es
menor”, señaló Pizzi.
Lo que queda por delante del torneo ya es considerado como recta final.
Por parte de los hinchas, los periodistas y, sobre todo, por los propios
protagonistas. Por eso lo que se impone, ahora más que nunca, es ganar
como dé lugar. ¿De qué manera? Como sea. Gustando o no. Esto se plantea
sencillamente pensando en si en los ocho partidos que restan es viable
la idea de lograr que el juego sea realmente la principal base del
resultado. ¿Qué argumentos tiene Central? Que en los últimos encuentros
levantó su sintonía fina desde lo futbolístico. Y si estaba la sensación
de que el margen de error es cada vez menor, con el triunfo de anoche
de Instituto ante Gimnasia de Jujuy en el norte argentino, todo se
potenció.
Cuando el ajustado triunfo ante
Independiente Rivadavia de Mendoza ya formaba parte de la historia,
Matías Lequi fue contundente en sus declaraciones. "A esta altura del
campeonato, faltando tan pocas fechas sinceramente no me importa mucho
cómo juego, sino que pienso en ganar". Claro, en esa oportunidad el
canalla necesitaba una victoria como el agua, después de lo que había
sido la clara y dolorosa derrota contra Almirante Brown en Isidro
Casanova.
Muy pocos días pasaron cuando la
consulta hacia Juan Antonio Pizzi derivó en otra dirección. El
entrenador entiende que una cosa lleva a la otra. Es más, se atrevió a
decir que "todos queremos jugar bien y ganar. Particularmente estoy
convencido de que para sumar de a tres es necesario tener un buen
funcionamiento".
Los dos tienen razón. Tal vez en
algunas ocasiones el ojo analítico se torna más exigente cuando el
triunfo se consigue de manera ajustada, sufriendo, tal vez más de la
cuenta. Ejemplos no faltan en este presente canalla. Sin ir más lejos,
contra Deportivo Merlo la historia se hizo sumamente complicada, mucho
más de lo que muchos imaginaban.
Pero hubo de todo. Porque así como la
victoria se rescató por encima de todo, también se valoró con mucho
énfasis lo hecho frente a Quilmes, donde el equipo no brilló desde el
juego ofensivo que este plantel tiene como principal característica,
pero sí desde su compostura táctica, concentración y compromiso.
Es ahí donde radica, precisamente, uno
de los puntos fuertes de cara a lo que viene. Es más, en todo esto bien
podrían incluirse los 90 minutos en San Juan por la Copa Argentina,
donde con algunos jugadores titulares, el equipo mostró un juego
convincente. No tan fluido, pero sí sobrio.
La eterna discusión entre lo que
significa jugar bien o ganar no va a encontrar coto en lo que pase con
este Central en las fechas que quedan. El escenario sirve para ponerle
un condimento especial a la difícil labor de este equipo canalla que
está ya en medio de la recta final de un torneo en el que podrá lograr
que su juego guste y conforme, a sabiendas de que el resultado estará
por encima de todo. Aunque, como dijo Pizzi, una cosa deberá ser la base
de la otra.
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