lunes, 19 de marzo de 2012

SANTA FE: Una montaña de tierra separa a barrio Los Ángeles de Las Flores

Un montículo ubicado en Azopardo y Larrea impide que los vecinos de un sector puedan pasar hacia el otro. Esta situación lleva casi seis años. Los yuyos altos y la oscuridad son otro problema.

“Posemos para la foto y hagamos de cuenta que estamos en Córdoba por las sierras”, dijeron entre risas los vecinos de barrio Los Ángeles el sábado a la tarde cuando Diario UNO se encontró con ellos en la esquina de Larrea y Azopardo. Fuera de broma, la indignación y la bronca de los vecinos es entendible. Allí, en esa intersección, una gran montaña de tierra impide desde hace casi seis años el cruce tanto peatonal como vehicular desde ese sector hacia Las Flores, pero sobre todo significa un peligro en lo que se refiere a seguridad por la falta de limpieza e iluminación.
Hace unos seis años, se comenzó a construir un plan de viviendas y desde entonces se interrumpió el paso. Larrea es la calle que divide Los Ángeles con Las Flores y por Azopardo desde el primer barrio los vecinos cruzaban hacia el otro para llevar a sus hijos a la escuela Nº 1.255 Malvinas Argentinas, tan sólo caminaban unas dos cuadras y ahora al estar cerrada “deben dar toda la vuelta”.
“Nuestro principal reclamo pasa porque nos cerraron la calle. Del otro lado hay una clínica y está la escuela Malvinas y no podemos pasar, salvo que demos toda la vuelta, ya sea por Blas Parera o Peñaloza y son unas 15 o 20 cuadras cuando estamos a dos”, manifestó Mabel, una de las vecinas que se autoconvocó con los otros ciudadanos perjudicados de ese populoso barrio.
A la inseguridad –por los yuyos altos y la falta de iluminación– se le suma que la montaña de tierra que clausuró la calle impide que el agua se escurra cada vez que llueve. “El barrio está en total abandono, hace seis años que estamos vivienda esta situación y nadie nos escucha y tampoco tenemos representación vecinal para canalizar los problemas”, agregó Mabel.

Reclamo ante las autoridades
Hace unos días, los vecinos se reunieron con representantes de la Dirección de Vivienda de la provincia para plantear la situación que padecen y pedir la habilitación de la calle Azopardo en su intersección con Larrea. Fue en ese momento cuando Alicia Pino –su titular– se comprometió a ir hasta el barrio para conocer de cerca la realidad. Iría hoy a visitar a los vecinos.
Más allá de la bronca, además hay un tema que les preocupa y tiene que ver con dos caños de gas que están al lado de la montaña de tierra en un pozo muy profundo pero al descubierto. Hasta el sábado a la mañana sin ninguna protección porque a la tarde colocaron un alambrado como cerco. “Son dos grandes tubos, uno con gas, pero están en un gran agujero que realmente es un peligro para todos, los chicos juegan cerca sin saber el riesgo que corren”, agregó Carlos, otro de los vecinos.
A él se le sumó Sebastián quien agregó: “La situación es caótica, no hay solución por parte del Estado y tampoco interviene Litoral Gas por el tubo a cielo abierto que cruza por la calle; y además nos impiden la circulación por una calle que es pública, es una falta de respeto tanto del municipio como del gobierno provincial en este tema donde se nos niega este derecho”.
Las casas del plan de viviendas que están en ese lugar fueron adjudicadas en enero y se iban a entregar en marzo, pero observando en el estado en que están, rodeadas de yuyos y sin las mínimas condiciones de habitabilidad, falta un tiempo más para que allí vivan esas familias beneficiadas. Los vecinos se autoconvocaron y demandan respuestas.

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