La norma prohíbe el expendio de combustible a los conductores sin protección, pero pocos lugares la acatan. Fuera del centro es donde menos se respeta. Los playeros son amenazados y temen hacer cumplir la ley.
En
9 de 15 estaciones de servicio recorridas, El Litoral detectó que se
carga combustible a los motociclistas aunque no tengan casco. Desde
noviembre de 2010, la ordenanza 11.684 prohíbe el expendio de
combustible a los motovehículos cuyos conductores y acompañantes no
posean el casco de seguridad reglamentario. Pero en la mayoría de los
casos no se cumple, sobre todo fuera del centro. “En la zona norte, por
ejemplo Blas Parera, uno ve a toda hora gente haciendo cola sin casco.
“Los empleados de las estaciones no se animan a decirles nada porque
reciben insultos y sufren amenazas”, indicó Javier Seco, secretario
general del Sindicato de Estaciones de Servicio.
Por el contrario, en las zonas más controladas, como el centro y bulevar, se trata de cumplir la medida. “En la Recoleta se cumple mucho la ordenanza, pero en el norte y oeste hemos tenido algunos hechos de violencia e improperios, entonces los playeros se cuidan. No quieren terminar lastimados por una ordenanza”, explicó Ricardo Bertola, de la Cámara de Expendedores de Combustible.
Seco coincidió en que “en la parte céntrica más o menos se cumple la ordenanza, pero en el norte y en las rutas 1 y 168 los empleados han tenido problemas y manifestaron sus inquietudes”.
Dos realidades
En tres de las seis estaciones relevadas en el centro y bulevar -jueves y viernes por la mañana- se detectaron motociclistas cargando nafta sin casco. “El que viene sin casco, se tiene que retirar”, aseguró Diego Madera, playero en bulevar Gálvez y Rivadavia.
Este porcentaje aumenta notablemente fuera de los bulevares. En seis de nueve puntos recorridos por el norte y sur de la ciudad, los conductores cargaron combustible sin inconvenientes, pese a no llevar protección.
Donde hay más control es más efectivo el respeto a las normas. “La mayoría llega con casco porque esta zona está controlada por los zorros, igual que el centro”, comentó Juan, playero de bulevar Gálvez y Sarmiento. De todas formas, reconoció que a veces es difícil hacer cumplir la ordenanza. “A la noche es más complicado porque viene cada uno... Te miran de una forma, que por las dudas, les terminás cargando”.
En este sentido, Seco sostuvo: “No estamos en desacuerdo con la ordenanza, sino con que los obreros tengan la obligación de hacerla cumplir. En febrero un compañero fue agredido por un cliente. Si el municipio quiere que se cumpla, lo tiene que hacer con inspectores, pero ni se ven”.
En el norte, faltan controles y las infracciones de tránsito están a la orden del día. En una estación de Aristóbulo del Valle y Alfonsina Storni, en sólo diez minutos siete motociclistas sin casco cargaron nafta sin inconveniente. En una moto circulaban cuatro adultos y ninguno llevaba casco.
En Blas Parera y Millán Medina, en apenas cinco minutos llegaron diez motociclistas a la estación -ocho sin casco- y todos cargaron combustible. Esta situación se repitió en Blas Parera y Obispo Boneo, Aristóbulo del Valle y Risso, Estanislao Zeballos y Zavalla, J. J. Paso y Zavalla.
En Facundo Zuviría y Martín Zapata, un motociclista llegó a la estación sin casco, unos metros antes del surtidor lo sacó del baúl y lo colocó sobre el manubrio. Recién ahí se acercó al surtidor, donde le cargaron. Como indicó un playero, “no es necesario que lleve el casco puesto; es suficiente que lo tenga en la mano o en el baúl”.
Sin sanciones ni control
En noviembre de 2010, la ordenanza 11.684 fue difundida con la campaña “Con casco cargás”. Personal municipal trabajó en la concientización sobre la importancia del uso del casco en las 36 estaciones de servicio de la ciudad. Y en los surtidores se pegaron calcomanías con la leyenda “Con casco cargás”. A 16 meses de su aprobación, se ve que sólo se acata en las zonas más controladas: el centro y bulevar. Pero fuera de este sector -y sobretodo en el norte- no pasa de ser una calcomanía en los surtidores. Como la norma no contempla sanciones, su cumplimiento queda a merced de la voluntad de los playeros. “La mayoría de la gente viene con casco, pero algunos todavía no lo tienen incorporado. Cuando uno les dice que no les puede vender te dicen de todo, pero tratamos de hacerla cumplir”, contó Duilio, u n playero de Bv. Pellegrini y San Lorenzo. ¿Qué pasa con el empleado que no hace cumplir la ordenanza? Javier Seco, secretario general del Sindicato de Estaciones de Servicio, respondió que no hubo “ningún tipo de consecuencia de la patronal hacia los empleados”.
Desde la Cámara de Expendedores de Combustible, Ricardo Bertola comentó que, junto al Concejo, van a estudiar el tipo de sanción. “No tendría que ser para la estación sino para los motociclistas. Pero como la Municipalidad tiene pocos recursos, no dispone de agentes para hacer efectivo su control. Después de la agresión que sufrió un playero que quiso hacer cumplir la ordenanza, en A. del Valle y Roca, llegamos al acuerdo con el intendente de retomar la campaña, sobre todo en el norte y oeste de la ciudad”.
Por el contrario, en las zonas más controladas, como el centro y bulevar, se trata de cumplir la medida. “En la Recoleta se cumple mucho la ordenanza, pero en el norte y oeste hemos tenido algunos hechos de violencia e improperios, entonces los playeros se cuidan. No quieren terminar lastimados por una ordenanza”, explicó Ricardo Bertola, de la Cámara de Expendedores de Combustible.
Seco coincidió en que “en la parte céntrica más o menos se cumple la ordenanza, pero en el norte y en las rutas 1 y 168 los empleados han tenido problemas y manifestaron sus inquietudes”.
Dos realidades
En tres de las seis estaciones relevadas en el centro y bulevar -jueves y viernes por la mañana- se detectaron motociclistas cargando nafta sin casco. “El que viene sin casco, se tiene que retirar”, aseguró Diego Madera, playero en bulevar Gálvez y Rivadavia.
Este porcentaje aumenta notablemente fuera de los bulevares. En seis de nueve puntos recorridos por el norte y sur de la ciudad, los conductores cargaron combustible sin inconvenientes, pese a no llevar protección.
Donde hay más control es más efectivo el respeto a las normas. “La mayoría llega con casco porque esta zona está controlada por los zorros, igual que el centro”, comentó Juan, playero de bulevar Gálvez y Sarmiento. De todas formas, reconoció que a veces es difícil hacer cumplir la ordenanza. “A la noche es más complicado porque viene cada uno... Te miran de una forma, que por las dudas, les terminás cargando”.
En este sentido, Seco sostuvo: “No estamos en desacuerdo con la ordenanza, sino con que los obreros tengan la obligación de hacerla cumplir. En febrero un compañero fue agredido por un cliente. Si el municipio quiere que se cumpla, lo tiene que hacer con inspectores, pero ni se ven”.
En el norte, faltan controles y las infracciones de tránsito están a la orden del día. En una estación de Aristóbulo del Valle y Alfonsina Storni, en sólo diez minutos siete motociclistas sin casco cargaron nafta sin inconveniente. En una moto circulaban cuatro adultos y ninguno llevaba casco.
En Blas Parera y Millán Medina, en apenas cinco minutos llegaron diez motociclistas a la estación -ocho sin casco- y todos cargaron combustible. Esta situación se repitió en Blas Parera y Obispo Boneo, Aristóbulo del Valle y Risso, Estanislao Zeballos y Zavalla, J. J. Paso y Zavalla.
En Facundo Zuviría y Martín Zapata, un motociclista llegó a la estación sin casco, unos metros antes del surtidor lo sacó del baúl y lo colocó sobre el manubrio. Recién ahí se acercó al surtidor, donde le cargaron. Como indicó un playero, “no es necesario que lleve el casco puesto; es suficiente que lo tenga en la mano o en el baúl”.
Sin sanciones ni control
En noviembre de 2010, la ordenanza 11.684 fue difundida con la campaña “Con casco cargás”. Personal municipal trabajó en la concientización sobre la importancia del uso del casco en las 36 estaciones de servicio de la ciudad. Y en los surtidores se pegaron calcomanías con la leyenda “Con casco cargás”. A 16 meses de su aprobación, se ve que sólo se acata en las zonas más controladas: el centro y bulevar. Pero fuera de este sector -y sobretodo en el norte- no pasa de ser una calcomanía en los surtidores. Como la norma no contempla sanciones, su cumplimiento queda a merced de la voluntad de los playeros. “La mayoría de la gente viene con casco, pero algunos todavía no lo tienen incorporado. Cuando uno les dice que no les puede vender te dicen de todo, pero tratamos de hacerla cumplir”, contó Duilio, u n playero de Bv. Pellegrini y San Lorenzo. ¿Qué pasa con el empleado que no hace cumplir la ordenanza? Javier Seco, secretario general del Sindicato de Estaciones de Servicio, respondió que no hubo “ningún tipo de consecuencia de la patronal hacia los empleados”.
Desde la Cámara de Expendedores de Combustible, Ricardo Bertola comentó que, junto al Concejo, van a estudiar el tipo de sanción. “No tendría que ser para la estación sino para los motociclistas. Pero como la Municipalidad tiene pocos recursos, no dispone de agentes para hacer efectivo su control. Después de la agresión que sufrió un playero que quiso hacer cumplir la ordenanza, en A. del Valle y Roca, llegamos al acuerdo con el intendente de retomar la campaña, sobre todo en el norte y oeste de la ciudad”.
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