La joven rosarina prófuga que
escapó con el nene dice que lo hizo para protegerlo: "No huyo de la
Justicia" Nora Monserrat rompe el silencio. En los Tribunales de la
Ciudad de Rosario insisten en que restituya al niño a Estados Unidos.
Nora y su hijo Dante están
prófugos. Desde hace más de dos semanas, las fuerzas de seguridad de la
provincia y el país, además de Interpol, los buscan por pedido de la
Justicia local, que decidió que el chiquito de dos años y medio debe
regresar con su padre a Estados Unidos. Sin embargo, la joven se resiste
y sus palabras afloran como sentencias: "Si se lo entrego, no lo veo
más. Sentir a mi hijo en mis brazos es lo único que me mantiene viva".
Habla con LaCapital desde la clandestinidad y asegura que la restitución
sería "trágica". Mientras nada se sabe de su paradero, se empecina en
una frase que expone con creces su actual sensación: "No se pueden meter
con la ley natural de dar mi vida por mi hijo". Y vuelve a defenderse:
"Yo no huyo de la Justicia, busco Justicia. No escondo a mi hijo, lo
protejo".
Los Tribunales rosarinos determinaron
que la médica Nora Monserrat debe restituir el menor a su país natal,
tal cual lo reclama el padre, que tramita allí el divorcio con la joven y
disputa la tenencia del pequeño. Mientras la Cancillería argentina
tiene en sus manos la solicitud a la policía internacional ante una
eventual fuga del país, la madre parece estar dispuesta a todo. Al menos
así lo expresa a través de un contacto con este diario por correo
electrónico certificado por su familia. Nora rompe el silencio.
Impotencia. "No existe
crueldad superior a la amenaza de quitarme a mi hijo. Qué impotencia
tan grande siento, qué desprotección; sólo me mantiene viva y con
fuerzas para luchar el sentir a Dante en mis brazos. Sé, sin dudas, que
si voy a Estados Unidos no lo veo más, me lo quita. Cuando fui a vivir
con él, no sabía quién era, ahora entiendo qué clase de perverso es",
relata.
Dante nació en Estados Unidos en junio
de 2009. Cuando el bebé tenía tres meses, el matrimonio (también
concretado en ese país) entró en crisis y Nora pidió la separación a su
esposo Brett Purcell. Así, la joven, de 32 años, decidió viajar a
Rosario con el nene y se inició una historia donde no faltaron las
acusaciones de apropiación ilegal, por el lado paterno, y de
incumplimiento de deberes, además de rechazo explícito, desde la parte
materna.
"Nuestro noviazgo duró unos diez años y
transcurrió entre Argentina y Estados Unidos, mientras yo estudiaba la
carrera de Medicina. Una vez que me recibí, me fui a vivir con Purcell y
enseguida nos casamos. Empecé a conocer la verdadera cara de mi marido,
lo que durante el noviazgo creía que eran defectos de carácter y
siempre justifiqué porque estaba muy enamorada. La convivencia me mostró
una personalidad de psicópata y controladora que me hizo una mujer
totalmente infeliz y sometida, sufrí de violencia psicológica brutal",
cuenta Nora.
La ahora prófuga, también asegura haber
consensuado con su ex pareja la salida de Norteamérica y pactado un
reencuentro de la familia en Rosario. Pero, Purcell la denunció por la
apropiación ilegal del niño e inició el trámite de divorcio.
A partir de que desde Estados Unidos se
solicitó a la Justicia santafesina el regreso de Dante, los diversos
trámites en Tribunales fueron siempre favorables al papá. No obstante,
Nora remarca como insólito que su ex esposo reclama la tenencia cuando
jamás se hizo responsable de la manutención de la criatura.
"En Estados Unidos, el pasaporte
firmado por ambos padres es la autorización para viajar y este documento
es válido por cinco años. Lo hicimos a los dos meses y medio de vida de
Dante y viajamos a los tres meses y medio, nadie le hace un pasaporte a
un bebé para que viaje a los 18 años", explica la profesional para
dejar en claro que existía el consentimiento de Purcell a la hora de
traer el niño a Rosario.
Una vez aquí, la médica presentó la
documentación sobre esta conformidad ante la Justicia, pero el Tribunal
Colegiado sostuvo que no se cumplió el Tratado de la Haya sobre
secuestro internacional y de ese modo hizo lugar a la demanda para
restituir al niño.
La Justicia ya falló dos veces a favor
del papá y durante todo el camino transcurrido hubo todo tipo de
controversias (ver aparte). La defensa de Nora planteó la
"inconstitucionalidad" de todo lo actuado en la causa debido a que no se
habrían respetado determinados pasos procesales , como la designación
de un defensor del niño, la no ponderación de las pruebas que la mujer
sumó a su favor, y que no fue notificada de las actuaciones.
Resistencia. Pero la
médica resiste en el ostracismo. "Nunca vino a ver a su hijo, nunca se
comunicó conmigo, él siempre supo donde vivíamos con Dante, jamás le
pasó un peso, jamás mostró interés. Toda su familia fue invitada a
participar de la vida de Dante, así se lo hice saber. Mi hijo tiene
clara su identidad, sabe que tiene un papá porque yo se lo digo, es un
ser libre con una cabecita sana. ¿Por qué nadie puede ver que el padre
no lo quiere?, acusa a la Justicia. "Tuve que escuchar que el padre está
desesperado por saber dónde está Dante; no tiene vergüenza, siempre
supo dónde estaba, que demuestre qué hizo para acercarse al nene, cuándo
se preocupó si comía o quién le paga la obra social, los pañales y la
leche. Que demuestre si se interesó por saber si su hijo es feliz", se
sincera la joven.
"Basta de doble moral, de doble
discurso, de falta de ética y códigos. Es muy grande la responsabilidad
que tiene esta gente en sus manos. La vida de mi hijo y la mía están en
sus manos", advierte con su pensamiento hacia los Tribunales antes de
cerrar el contacto exclusivo con LaCapital con palabras tan férreas como
simples y exactas: "Yo no escondo a mi hijo, lo protejo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario